Cifamac avistó dos ballenas azules alimentándose frente a Mejillones
PROYECTO. Organización ambientalista intenta identificar la ruta migratoria de esta especie, la más grande en los mares del mundo.
Un inusual y asombroso avistamiento realizó la organización ambientalista Cifamac la jornada del lunes en la costa de Mejillones.
La ONG registró en video a dos ejemplares de ballenas azules, el mamífero más grande del mundo, que alcanza los 25 metros de longitud.
El descubrimiento se enmarca en un estudio que levanta Cifamac, llamado "Operativo Ballena Azul", en diversos puntos de la costa nortina, y que pretende, mediante el avistamiento y seguimiento de las ballenas, determinar su ruta de migración a fin de establecer un trayecto seguro, fuera del alance de embarcaciones mayores.
Así lo explicó la investigadora, Ana María García, quien destacó la importancia de este trabajo pensando en la protección de estos animales.
"Teníamos la esperanza de encontrarlas, antes habíamos visto ballenas azules en esta época del año y por eso creímos que tendríamos posibilidades en estos meses. La última ballena que vimos de este tipo fue en 2016, al igual que ahora, lejos de costa, hay que salir a aguas profundas, unas 12 millas aproximadamente (casi 20 kilómetros) para encontrarlas", precisó.
"No habíamos tenido oportunidad de verlas, porque no habíamos estado haciendo salidas de navegación específica para buscarlas, por eso necesitamos proyectos especiales para salir, porque hay que navegar más horas, más tiempo y más lejos de la orilla", agregó la profesional.
García explicó que los ejemplares divisados corresponden a una ballena adulta y una más joven, que si bien nadaban juntas, es muy temprano para definir su parentesco.
"No podemos decir que son madre y cría, no lo sabemos todavía, también pueden ser compañeras de ruta. Se estaban alimentando frente a Mejillones", detalló.
Catálogo
La también docente de la Universidad Santo Tomás, dijo que tras el hallazgo, lo que viene en la investigación es realizar un catálogo comparativo de ballenas azules, a fin de poder reconocerlas y saber sus rutas.
"Tenemos que comenzar a hacer un catálogo de ballenas azules, y compararlas con las que hay en el golfo Corcovado, en Chiloé, donde existe una zona de alimentación de ballenas azules, para luego ver en base a su trayecto, si la costa nortina es uno de sus pasos migratorios y de alimentación. Se cree que estos cetáceos tienen a sus crías en Galápagos, y que se alimentan en Concorvado, pero eso todavía no es seguro, se está estudiando", precisó la experta.
Conservación
La investigadora explicó que con la caza de ballenas (en Chile hasta 1970, aproximadamente), esta especie llegó a estar en peligro de extinción.
Hoy en el mundo, solo quedan algunos cientos de estos mamíferos marinos.
"Existen muy pocos individuos en el Pacífico Sureste de estos ejemplares. Aun se sabe muy poco, por eso son tan importante este tipo de estudios (el cual es financiando por Padi, en EE.UU.), porque solo existen unos cientos de estas ballenas en el mundo, no miles. Por eso, es que tan necesario estudiarlas", dijo.
Tráfico
La profesional manifestó que este estudio permitirá, tanto en la bahía de Antofagasta, como Mejillones, y en coordinación con diversos organismos, entre ellos la Armada, obligar a las embarcaciones mayores a navegar por sectores alejados de la ruta migratoria.
"En la bahía de Mejillones hay mucho tráfico de embarcaciones, sobre todo de barcos mercantes. Ya tuvimos en octubre una ballena jorobada muerta debido a una colisión con una embarcación mayor (...) estamos trabajando con el gobernador marítimo de Antofagasta, el capitán de Puerto de Mejillones, con la industria, para así lograr que ojalá pronto podamos tener el trayecto regulado y evitar que se atropelle a las ballenas en esta zona de Mejillones", afirmó.