Dirigentes piden ayuda para abastecer ollas comunes
SOLIDARIDAD. Los aportes han decaído tras el fin de la cuarentena y hace semanas escasea la carne. Sus encargados aseguran que muchas personas aún comen en ellas.
El levantamiento parcial de la cuarentena cuando la comuna entró a fase 2, permitió que muchos antofagastinos que la estaban pasando mal salieran a las calles a buscar algún empleo, lo que se vio potenciado aun más con el ingreso a la fase 3.
Tras lograr cierta recuperación económica, estas personas dejaron de asistir a las ollas comunes que existen en la ciudad, pero aquello no puso fin a estas ayudas solidarias, que se mantienen activas.
Gissela Martínez, dirigenta del campamento Altamira, ubicado en el sector centro de la ciudad, sobre la población René Schneider, explicó que las ollas comunes siguen funcionando para los vecinos que se mantienen en una condición de precariedad.
El problema -agrega- es que en las últimas semanas los aportes han decaído y ya se echan de menos productos esenciales, como carnes y proteínas en general.
"Al principio, cuando comenzó el peak de las ollas comunes en Antofagasta, todo bien, llegaba harta ayuda, la olla funcionaba cada día para cerca de 300 personas. Pero cuando levantaron la cuarentena, muchos perdieron el entusiasmo, como si todo el mundo hubiese entrado a trabajar, y eso nunca fue así. Tenemos familias que todavía dependen de la olla", explicó la dirigenta.
Martínez agregó que actualmente se está cocinando para poco más de 40 familias (una 120 raciones de alimentos), trabajo que es financiado por una agrupación local y la solidaridad de los vecinos del campamento que están en mejor situación.
"Nos las hemos arreglado gracias a estos aportes, comiendo puro arroz , fideos y garbanzos. A veces, cuando tenemos carne, comemos carne, pero siempre en poca cantidad. Si hemos comido carne es por la colaboración de algún vecino, pero no es parte de la minuta", explicó.
Los Arenales
Una experiencia similar manifestó Jéssica Eulogio, del macro campamento Los Arenales, en el sector norte, quien es parte de la asociación "Rompiendo Barreras".
Según comentó, cada vez se hace más difícil mantener las siete ollas comunes que funcionan en ese lugar, y que hoy son fuente de alimento para cerca de 755 personas.
"Todo lo que era cooperación y ayuda finalmente, ha cesado considerablemente. Ahora lo poco y nada que llega (aportado por diversas ONG's), lo hacemos durar lo más que podemos. Es complejo tener un menú diario, uno va cocinando de acuerdo a lo que va teniendo. No podemos decir que vamos a hacer carne, si no tenemos", explicó.
La dirigente acotó que dicha colaboración se traduce en 350 mil pesos a la semana, que dividido en los siete comités del "Rompiendo Barreras", deja a cada uno con 50 mil pesos semanales. "Todo lo que llega se reparte entre los siete comités (...) en verdad necesitamos apoyo de las autoridades, porque hay vecinos que no están trabajando, muchos de ellos con niños pequeños", dijo.
Aporte
Patricia Dueñas, parte de la ONG "Amor al Prójimo", trabaja en la olla común que se realiza en la junta de vecinos del sector Pantaleón Cortés y que abastece a 85 personas.
La mujer explicó que el municipio durante la época del exalcalde (s) Ignacio Pozo, comprometió diversos aportes a las ollas comunes, entregando el primero en septiembre (500 mil pesos), pero el segundo (un millón de pesos, dividido en dos cuotas), no ha llegado.
"El municipio se ha demorado mucho en entregar la segunda patita de este apoyo, entregó los primeros 500 mil pesos, pero han pasado varias semanas y no ha entregado lo demás. Ya no sabemos si ese beneficio se hará efectivo con el cambio de alcalde, situación que nos preocupa", manifestó Dueñas.
Requerimientos
El nutricionista y director nacional del Colegio de Nutricionistas Universitarios de Chile, Francisco Mena, explicó la importancia de incluir proteínas en la dieta regular de las personas, a fin no sufrir disfunciones en el organismo.
"Cuando faltan las proteínas se produce una disfunción. En el sistema inmune, las proteínas transportan algunos nutrientes en el torrente sanguíneo. Además, si no se ingieren, se pierde mucha musculatura porque el organismo consume las proteínas que están en el cuerpo, en los músculos", precisó.
No obstante, es en los niños en crecimiento donde la ingesta de este alimento no debe faltar. "Un niño que puede tener una potencialidad de obtener una talla alta, por ejemplo, o un desarrollo cognitivo más allá, podría quedar limitado por el hecho de que al no consumir proteínas, o hacerlo esporádicamente, no logrará construir tejidos y desarrollar otras funciones".
El profesional precisó que una alternativa a las proteínas que se consumen en la carne, son los lácteos y las leguminosas, mezcladas con cereales. Por ejemplo, lentejas con mote o quinua.
"Estamos esperando el aporte municipal. A la espera de esa donación dejamos de pedirle a los vecinos".
Yolanda Díaz,, presidenta JJ.VV. Salitre Bajo
"Han disminuido mucho las cooperaciones. Vamos cocinando de acuerdo a lo que tenemos".
Jéssica Eulogio,
dirigenta de Los Arenales.
"Con el fin de la cuarentena, las ayudas cesaron un poco, como si todos hubiesen vuelto a trabajar".
Gissela Martínez, campamento Altamira.