Preocupante "relajo" ante las medidas sanitarias en balnearios de la ciudad
PANDEMIA. Antofagastinos sostienen que tras el paso a la fase 3, gran parte de los visitantes a las playas no está respetando la distancia social y el uso de la mascarilla.
Basta permanecer tan solo unos minutos en el Balneario Municipal para advertir que la obligación de utilizar la mascarilla (siempre que no se esté dentro del agua, haciendo ejercicio, o ingiriendo algún alimento), no se cumple a cabalidad por parte de todas las personas.
Cada vez son más los antofagastinos, especialmente aquellos entre los 20 a 40 años, los que no ocupan esta protección, pese a las insistentes recomendaciones del Ministerio de Salud.
Paola Román, de 50 años, es una dueña de casa que normalmente, pasadas las 14 horas, lleva a pasear a su nieto al Balneario Municipal para distraerse. No obstante, el hecho de que no todos los visitantes tengan cuidado con las recomendaciones preventivas, le preocupa.
"Me parece mal, y una manera de actuar muy irresponsable por parte de las personas, porque se exponen y nos exponen a nosotros, que sí estamos cuidándonos, usando la mascarilla. Creo que no han tomado consciencia de lo que significa pasar a otra fase, ni sobre el hecho de que hay que cuidarse mucho más, para no retroceder", precisó.
Acotó que "hay muchos niños en la playa que andan sin la mascarilla, jugando incluso con otros niños, y eso no debería ser porque igual se enferman y transmiten, los papás tienen que cuidarlos".
Una opinión similar manifestó la trabajadora de supermercado de 24 años, Karen Valverde, al relatar que tras visitar el Balneario (por primera vez ayer), no le gustó mucho lo que vio.
"Deberíamos preocuparnos más, el virus no se ha pasado, puede volver incluso con más fuerza y así vernos en la obligación de nuevamente tener que retroceder de fase (...) uno quisiera que todos nos cuidemos, pero así como veo ahora, sigue habiendo gente sin pensar en las medidas de seguridad", dijo.
Confianza
Alin Cordero, de 24 años, locataria de uno de los stands de la feria "Arte en la costa", explicó que una de las situaciones que puede influir en que la gente, una minoría a su parecer, circule sin mascarilla, pasa porque se rompen con facilidad después de estar en la playa.
"A veces las mascarillas se rompen, nosotros vendemos, vienen niñitos a comprar cuando se les rompen (...) he visto más a gente que anda con la mascarilla mal puesta, debajo de la nariz, que no la usa porque está fumando, o comiendo...", relató.
Fiscalización
Al respecto, el seremi de Salud (s) Manuel Herrera, explicó que si bien hay preocupación por este tema, se están realizando las acciones pertinentes. "Ahora que se terminó la cuarentena de fin de semana, seguimos fiscalizando justamente el uso de la mascarilla. Tenemos un programa de fiscalización, acompañándonos de cuadrillas sanitarias".
Eso sí, acotó que estos refuerzos tienen una función educativa más que sancionatoria. "Su objetivo es educar y promover la salud; no harán un sumario porque una persona no esté usando su mascarilla. La idea es convencerlos mediante la educación y conciencia del riesgo", dijo.
Relajo
El director de salud de la CMDS, Wilfredo Montoya, explicó que con el cambio de fase la gente se relajó, comportamiento que resulta bastante riesgoso considerando la experiencia internacional.
"La gente se ha relajado, no solo en el borde costero, en las playas, hoy son varios los sectores de la ciudad donde se puede ver personas sin usar su mascarilla, o usándola mal. Creo que esto se debe un poco a que las cifras de contagios han disminuido, hecho que hace que la gente se sienta con más confianza", dijo.
El directivo agregó que aún entendiendo el rol clave de los entes fiscalizadores, el llamado sí o sí tiene que ser a las comunidades, a que se cuiden, "ya que no contamos con el personal fiscalizador para poder cubrir todo los requerimientos y si no somos capaces de cuidarnos, podríamos retroceder", dijo.