Durante este 2020 en la Región de Antofagasta las cifras de defunciones totales, que consideran todas las causas de muerte, experimentaron un fuerte incremento en comparación al año pasado. Todo debido a los decesos asociados al coronavirus.

En 2019 las defunciones fueron 3.085 y de este universo las principales causas de muerte son los tumores digestivos (286), las enfermedades isquémicas del corazón (197) y cerebrovasculares (184), respectivamente.

Mientras que este año, y tras la llegada de la epidemia, las defunciones totales en la región suman 3.261, correspondiendo los decesos por coronavirus las causas más recurrentes, con 550 muertes confirmadas, cifra que se eleva a 732 si consideramos los fallecimientos sospechosos por el virus.

En ese sentido, si solo se toma como referencia la cifra de decesos confirmados por covid, estos representan un 16,8% de las defunciones totales.

En las comunas de Antofagasta y Calama, las defunciones totales registraron su peak este año entre junio y julio. Hasta mayo la curva de decesos, en el caso de la capital regional, no superaba las 165 muertes, mientras que en los dos meses siguientes la cifra se disparó llegando a los 279 fallecimientos, un aumento del 69% que se explicaría por las víctimas de la pandemia.

Pero la situación más dramática se registró en la capital de la provincia de El Loa. Durante el mismo periodo las defunciones totales pasaron de 87 en mayo a 241 en junio, reportando un incremento de 177%.

Hoy, tras meses de lucha contra la pandemia, las cifras de defunciones totales en ambas comunas se han estabilizado, lo que coincide con la baja en el número de muertes por covid.

El impacto del virus

El doctor Francisco Salvador, médico internista e Infectólogo del Hospital Regional de Antofagasta, dijo que junio y julio fueron dos meses particularmente críticos en relación al fallecimiento de pacientes covid y el impacto que tuvo en las defunciones totales.

"A nosotros nos tocó de cerca mucho de la mortalidad sobre todo de personas que no alcanzaron a tener un manejo en la Unidad de Pacientes Críticos. Tuvimos días en que llegaron a morir tres personas en menos de 24 horas. Incluso, hubo ocasiones en que no solo eran personas sobre los 80 años las que morían, sino que tuvimos una semana en la que fallecieron pacientes menores de 60 años", comentó el especialista.

El profesional agregó que si bien hoy en día la situación de mortalidad se ha bajado a nivel nacional, insistió en que "lamentablemente hay veces que no se logra aquilatar todo lo que ha pasado".

"Hay que considerar que la mortalidad del coronavirus en este momento está bordeando los 76 decesos por cada 100 mil habitantes. Eso quiere decir, que si uno lo compara, por ejemplo, con la mortalidad de hace 20 años de los infartos, era aproximadamente de 68 por cada cien mil habitantes, hoy en día con todos los avances y lo que se hace en prevención y manejo llegamos a 50 por cada 100 mil habitantes. Por lo tanto, el coronavirus en ocho meses ha sido mucho más mortal que la peor de las mortalidades que tenemos en nuestro país", explicó.

Un total de 41 casos nuevos de coronavirus se registraron en la Región de Antofagasta, según las cifras del Ministerio de Salud.

Ayer también se reportó el fallecimiento por coronavirus de una persona.

La pandemia ha afectado a 21.861 personas, de ellos 21.065 se han recuperado.

La medicina preventiva juega y jugará un rol clave en la salud de las personas de Chile durante parte importante de su ciclo de vida y, en especial, en las etapas posteriores a los 60 años.

En ese contexto, el Observatorio del Envejecimiento para un Chile con futuro -que surge de la alianza entre la Universidad Católica y la Compañía de Seguros Confuturo- elaboró un reporte sobre medicina preventiva en adultos mayores en tiempos de pandemia, detectando que las consultas médicas en las personas sobre 65 años -tomando como referencia las atenciones de urgencia entre el 1 enero y el 6 septiembre- retrocedieron 52,2% (27.321 menos) en la Región de Antofagasta respecto de igual periodo de 2019.

El reporte -que incluye la mirada de diversos expertos del sector público y académico- destaca que la pandemia del COVID-19 ha afectado a todo tipo de atenciones de salud, tanto por las solicitudes y estrategias de la autoridad para no exponer a las personas, sean mayores o no, así como también por la disposición de las propias personas a asistir a instancias necesarias para su salud.

"En este sentido, la importancia de enfrentar la salud, tanto referida a atenciones preventivas, de urgencia como a controles de enfermedades crónicas, se transforma en un desafío que se deberá asumir a la brevedad, en especial si se considera que no existe una solución concreta a la pandemia de Coronavirus en el corto ni en el mediano plazo y una disminución constante y de tal magnitud en las atenciones plantea potenciales problemas en la salud de la población", destaca el estudio.

Riesgos

María José Gálvez, directora de estudios del Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), al ser consultada en el reporte sobre los potenciales efectos de la pandemia, indica que "las personas por no haber ido a consultar a tiempo se pueden haber expuesto a ciertos riesgos y ciertas patologías que, sin una rehabilitación temprana, pueden tener consecuencias importantes en la discapacidad, entiéndase enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, traumatismo encéfalo craneanos, entre otros, que en el fondo van a seguir existiendo y que si no se consulta a tiempo o existieron barreras de acceso a la rehabilitación podrían terminar en una discapacidad".