Segundo retiro
Tal como se esperaba, el nuevo giro desde los fondos de AFP es casi un hecho, ante un gobierno sobrepasado desde todo punto de vista: sin oferta y sin contención. Debe insistirse en que se trata de una mala medida, pues las personas están destruyendo el dinero de sus jubilaciones, sin embargo, qué esperábamos ante el objetivo problema económico de hoy.
Hay medidas que exigen tiempo para su desarrollo e impacto. La educación obligatoria, la rebaja de aranceles, entre otras. En estos casos, los efectos se percibieron años o décadas después, como suele ocurrir con las políticas de largo plazo.
Con el muy probable segundo retiro de hasta un 10% de los fondos de AFP (guardando las proporciones) pasará algo parecido. Las consecuencias no serán advertidas ahora, sino en mucho tiempo más.
La ecuación es difícil. La población tiene objetivamente un problema ahora: el desempleo está alto (en realidad afecta a un cuarto de la fuerza laboral regional y del país) y las ayudas del gobierno no han alcanzado. Los apoyos financieros como postergación de créditos ya fueron cumplidos, por lo que en general, la situación financiera de las personas es precaria, pese a que la economía repunta.
Quizás por ello, la mayoría de los chilenos apoya esta acción impulsada desde el Congreso. Según la Encuesta Plaza Pública Cadem, el 87% de los encuestados está de acuerdo con que se apruebe un nuevo retiro parcial de los fondos, mientras que el 11% rechaza esta opción. A mayor abundamiento, el 80% asegura que de prosperar la iniciativa solicitaría el dinero a su AFP.
En detalle, sobre las razones para el segundo retiro, el 27% señala que es para ahorrar y tener en caso de emergencia, 18% para la compra de alimentos e insumos básicos, y 16% para pagar deudas. Además, el 17% argumenta el retiro por la desconfianza en las AFPs, 8% para el pago de cuentas, 6% para el pago de arriendo o crédito hipotecario, y un 3% para aprovechar la oportunidad de sacar los fondos sin pagar impuestos. Del mismo modo, el 49% cree que la caída de ingresos por la pandemia debiera financiarse con esta modalidad, versus un 47% que considera que debiera ser financiada con un aporte directo del Estado.
Debe recordarse que el primer retiro de recursos fue usado fundamentalmente para pagar deudas y comprar alimentos, según dieron cuenta varios análisis. Tanto la magnitud de la emergencia como la racionalidad de los chilenos es sorprendente. ¿Qué habría sido de muchas familias sin ese retiro?
No es la mejor solución, sin duda; es derechamente mala, a lo que debemos sumar el efecto futuro insoslayable de las pensiones que alguien deberá asumir. Algo tan real como la Ley de la Gravedad.