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Inician proceso para proteger zona del gaviotín y visitan el nuevo santuario de La Chimba

MEDIOAMBIENTE. Proyecto en Hornitos busca convertir en santuario un área de 2.800 hectáreas que estuvo a punto de ser licitada para proyectos turísticos.
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En Hornitos, comuna de Mejillones, la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, recibió de manos del presidente de la Fundación para la Sustentabilidad del Gaviotín Chico, Vanni Bogio, el Informe Técnico Justificatorio a través del cual se solicita formalmente que se inicie el trámite para declarar Santuario de la Naturaleza el sector comprendido entre Itata y Gualaguala, iniciativa que apunta a proteger legalmente esta área de nidificación del gaviotín chico, que además posee un alto valor natural y patrimonial.

La secretaria de Estado, junto el intendente regional, Edgar Blanco; el seremi de Medio Ambiente, Rafael Castro; autoridades regionales, parlamentarios de la zona y vecinos del sector, mostraron apoyo a la iniciativa en el que diversas actores han trabajado para establecer la primera área protegida de la comuna de Mejillones bajo la figura de "Santuario de la Naturaleza".

"Con la creación del área buscamos proteger las colonias de gaviotín chico y otras especies que habitan el lugar, además de los sitios arqueológicos y el valor escénico del sector, para conservar la biodiversidad, dar espacio a la educación ambiental y promover el desarrollo de turismo de bajo impacto, involucrando a las comunidades locales en la gestión efectiva del área protegida", afirmó la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt.

La propuesta de Santuario de la Naturaleza cubre una superficie cercana a las 2.800 hectáreas, dividida en dos polígonos, entre Punta Itata y Punta Gualaguala, área que incorpora en sus límites uno de los principales sitios de nidificación del gaviotín. Este sector corresponde a una subcolonia compuesta por dos áreas: Gualaguala y Hornitos y es el segundo más importante después de Pampa Mejillones, aportando con el 25,2% de los nidos de toda la región de Antofagasta.

Arqueología

El lugar tiene también un valor muy importante desde el punto de vista patrimonial y arqueológico, ya que se han identificado más de 19 cementerios y 10 sitios residenciales de distintos momentos de la prehistoria (4.000 a 6.000 años), todos ellos ubicados en la planicie litoral del sector, entre Hornitos y Gualaguala.

En la ocasión, el intendente Blanco dijo que "hemos trabajado en esta iniciativa junto a parlamentarios, concejales, consejeros regionales, el alcalde de Mejillones e integrantes de la empresa privada. Todos en conjunto con el propósito de proteger amplios terrenos dispuestos para el gaviotín y para la belleza que tenemos en nuestra Región de Antofagasta".

En tanto, el seremi de Medio Ambiente, Rafael Castro Meza, precisó que "la entrega de este documento es un hito muy importante, ya que se trata de la primera área protegida oficial en la comuna de Mejillones, largamente esperado por la junta de adelanto, vecinos, la Fundación para la Sustentabilidad del Gaviotín Chico, entre otros actores".

Humedal

En el recorrido por la región, la ministra Schmidt realizó una inspección de la Aguada La Chimba, humedal que recientemente el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad aprobó la creación del área como Santuario de la Naturaleza, un humedal urbano con alto valor paisajístico y hábitat para especies endémicas de este tipo de ambientes.

La declaratoria permitirá proteger el caracol de la Chimba (Heleobia chimbaensis), especie en categoría vulnerable, altamente susceptible a presiones y amenazas debido a que su hábitat es muy reducido, y altamente dependiente de la disponibilidad de agua.

Desde el 2018 Fundación Kennedy junto a Copec, vienen desarrollando un trabajo de recuperación investigación y conservación en el lugar y esperan ir avanzando en gestiones que permitan resguardar el área. "Con esta alianza con la Fundación Kennedy lo que hacemos es darle valor a un humedal urbano que está ubicado en pleno desierto, mejorar este espacio público que es de los antofagastinos implica aumentar su calidad de vida hoy pero también para el futuro", dijo Arturo Natho, gerente general de Copec.

Peces, anfibios y caracoles entre especies más frágiles de la región

PROTECCIÓN. Están siendo impactados por la intervención humana y el cambio climático.
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Un estudio efectuado por el Ministerio de Medioambiente en la región y principalmente en la provincia El Loa, catastró las especies más frágiles y que corren serios riesgos de desaparecer si no se toman medidas oportunas.

Roberto Villablanca, biólogo e investigador de la Secretaría Regional de Medioambiente explicó que "las principales alertas están en los ecosistemas asociados a salares, ríos y también en las cuencas hídricas donde se han visto alteraciones importantes que han puesto en riesgo, como a la ranita del Loa, y que podrían tener severos impactos de no tomar medidas ahora".

El profesional de la cartera de Medio Ambiente precisó que "la mayor preocupación está en anfibios como ranas, que se han detectado en el salar de Ascotán -muy parecidas a la ranita de El Loa, incluso de la misma familia-, en el sector de Tilopozo, al sur del salar de Atacama y en el salar de Carcote. Allí hemos visto que estas especies endémicas son las más frágiles, debido a una serie de factores, pero principalmente por la alteración e impacto del hombre en sus ecosistemas hídricos".

Otra de las especies que está bajo el peligro de desaparecer y que está dentro de la clasificación que ha efectuado el Ministerio del Medioambiente "es el pejerrey del Loa. Se trata de un pez que ha sido bastante afectado por la intervención del hombre en la cuenca del río Loa. Así también por la intervención de la trucha, la que se comporta como un depredador en el río, alterando e incluso llevando casi a la extinción a esta especie nativa del Loa", explicó Roberto Villablanca.

"Otro pez nativo que se encuentra en fragilidad es del género Orestias, conocidos como Karachi, presentes en el salar de Ascotán. Por último, los otros anfibios altoandinos, del género Telmatobius, parientes de la ranita del Loa, presentes en Vilama, Puquios, Carcote, Ascotán, Amincha, que también son microendémicos y con poblaciones muy reducidas", agregó.

Roberto Villablanca explicó además, que tras el estudio efectuado a la cuenca del río Loa y de salares andinos, "detectamos otras fragilidades que afectan a microorganismos. Como la situación crítica de los caracoles del género Heleobia, presentes en los salares, en especial en Ascotán y Salar de Atacama. Estas están en cuidado de extinción debido a que se han alterado sus hábitats".