"Me declaro un hombre de espíritu libre"
ANTOFAGASTINIDAD. Daniel Guevara Cortés, abogado.
Daniel Guevara Cortés es nieto de nortinos y se define a sí mismo como "santiaguino por circunstancias", pues en realidad ha hecho gran parte de su vida en Antofagasta.
Guevara es un abogado, con experiencia en el servicio público y en el mundo privado. Fue seremi de Bienes Nacionales en el gobierno de Ricardo Lagos, y presidente del Tribunal Ambiental hasta el año pasado. Entre ambos hitos, tuvo una oficina de abogados, asesoró a empresas, fue dirigente de Renovación Nacional y candidato parlamentario.
Esta inquietud y constante búsqueda de nuevos desafíos también la ha llevado a los planos más íntimos de su vida. Ha escalado algunas de las cumbres más altas de la región y además tiene estudios avanzados de guitarra clásica, por citar algunas de sus aficiones menos conocidas.
Próximo a cumplir 50 años de vida, Guevara explica que ya no busca poder, sino sabiduría, y no cierra puertas a ninguna opción en el futuro.
¿Cómo fue tu infancia, qué recuerdos guardas de esa etapa de tu vida?
- Mis padres Gemima y Daniel, que en agosto cumplieron 50 de casados, se trasladaron de Santiago teniendo yo un año de vida, a vivir a Buenos Aires en el turbulento 1973, y en esa gran ciudad nació Ana Ester mi hermanita.
Como niños disfrutamos por 15 años la vida de barrio con amigos, el colegio público, el deporte al aire libre, la biblioteca municipal, el Conservatorio de Música con la profesora de Guitarra Menotti, o los mundiales (1978 y 1986).
¿Qué personas o experiencias influyeron en que seas la persona que eres?
- Agradezco a mi madre que se dedicó a motivarnos en la lectura, el buen diálogo, la vida cultural, y a mi padre en los afectos, la lealtad y animarnos a mirar el mundo sin temores.
¿En lo personal, como has vivido estos meses de pandemia?
- En familia. Agradezco a Lis Salazar por su paciencia, chispeza y los 25 años de amor juntos, con quien hemos vivido la experiencia maravillosa y desafiante de ser padres de Ámbar, quien nos ha enseñado en pandemia a disfrutar de la mesa vegana; a Dani que es un intelectual, pianista; y Zafira, una desafiante y apasionada activista por los derechos de las minorías.
¿Qué rasgos de ti mismo son los que más destacas?
- Me declaro un hombre de espíritu libre, amante de la vida, y que próximo a los 50, estoy pasando de buscar el poder a buscar el saber y de la inteligencia a la sabiduría.
¿Qué te mueve, qué te apasiona en la vida?
- Tengo el privilegio de vivir en la tierra donde aportaron mis abuelos; han nacido mis hijos, y en la cual he podido contribuir -espero- en más de 20 años al desarrollo, calidad de vida y mejora de las confianzas en la Región de Antofagasta y macrozona norte, desde la función pública, y ahora como profesional privado, emprendedor y organizador de Constituyentes del Norte, un programa de formación cívica en Facebook.
¿Cuál es su lugar favorito de la región, por qué?
- Tenemos una maravillosa cordillera con los volcanes más altos del planeta tierra, y muy cerca de Antofagasta.
Soy un agradecido en conocer y ascender con mis amigos atacameños, volcanes como el majestuoso Licancabur, y disfrutar de una caminata en el Cerro Coloso o el Cerro Moreno. En los lugares más áridos surgen los humedales, aves migratorias y cuando cae la noche se besan el Desierto de Atacama con la Vía Láctea.
¿Qué libro recomendarías leer y porqué?
- En la comunidad de Iglesia, estamos leyendo el libro de JOB. También recomiendo los escritos y poesía de doña Gabriela Mistral.
¿Cómo crees será la sociedad post covid?
- Confío tengamos más personas como Carmen Cartier, de Galería Jacarandá en Salvador Reyes, que durante la pandemia/confinamiento, dejó de cobrarle arriendo a los locatarios, incluyendo @liscreaciones. Si multiplicamos solidaridad, tendremos una mejor sociedad.
¿Qué visión tienes de los desafíos que enfrenta nuestro país?
- Nuestro país necesita construir grandes acuerdos con respeto a los derechos humanos, con más emprendimientos, e instituciones de Justicia confiables, y reconocer que junto con los derechos hay deberes. Las grandes libertades comprometen grandes responsabilidades. Hemos superado en el pasado las grandes confrontaciones, y lo haremos ahora también: somos un país prevalente.