El 15% de los asalariados de la región pasó a teletrabajo durante la pandemia
FENÓMENO. Experto adelanta que apresurado cambio de sistema puede tener efectos negativos.
En abril, la periodista Claudia Zazzali comenzó a trabajar como jefa de comunicaciones de la empresa Lomas Bayas. Eran los días iniciales de la pandemia en Chile y, por lo mismo, no sorprendió que se le pidiera hacerlo desde su hogar para evitar riesgos innecesarios.
Así comenzó una rutina laboral muy distinta a cualquier otra que haya vivido antes. Reuniones diarias por Zoom y Team con organizaciones sociales, universidades, servicios públicos y con sus nuevas jefaturas, llenaron su agenda durante casi siete meses.
"Conocí todas las aplicaciones posibles para videoconferencias, nunca había tenido tanta pantalla en mi vida", bromea la periodista, con pasado en canales de televisión.
Sin embargo, con el mejoramiento de las cifras su rutina podría cambiar. El anexo de contrato para teletrabajo vence en noviembre y de no mediar imprevistos, en diciembre pasará a régimen presencial.
"Será raro, porque por fin conoceré a mis compañeros. O sea, los conozco, pero sólo de manera virtual", comenta.
Teletrabajo
Debido a la pandemia, el teletrabajo se transformó efectivamente en una realidad habitual para miles de personas.
Según datos del INE, en el trimestre julio-agosto, el 15% de los asalariados de la Región de Antofagasta declaró realizar labores desde su propia casa, mientras que la estimación para el mismo trimestre móvil del año anterior era de 0,5%.
Considerando que el total de asalariados en esa fecha se estimó en 216.494, la cantidad de teletrabajadores durante esos meses sería de 32.435 personas, versus las 1.195 personas que lo hacían en 2019.
Acelerado
Para Sergio Valenzuela, académico de las escuelas de Administración y Psicología de la Pontificia Universidad Católica, la gran característica del paso a teletrabajo en Chile fue la manera acelerada en que se produjo, la que contradice todo lo recomendado en el mundo.
En efecto, el especialista comenta que estos procesos de cambio, para que sean provechosos, deben ser paulatinos, idealmente por etapas, y acompañados de capacitación, cosa que la pandemia no permitió.
"Cuando uno pasa a la virtualidad debe hacerlo de a poco, porque trabajar a distancia no necesariamente implica las mismas capacidades y competencias que hacerlo presencialmente, entonces esa transición hay que hacerla bien", dijo.
Sepúlveda explica que las experiencias más exitosas de teletrabajo fueron las que combinaron ingresos parciales (unos días presenciales y otros online), acondicionamiento de recursos (equipos para conectarse, espacios adecuados), capacitación en uso de los medios (cómo trabajar bien y de manera saludable) y organización (cómo me coordino, cómo entrego reportes, cómo me evalúan, etc.), entre otros.
"En Chile se aprendió desde el ensayo y error, y eso no es bueno porque trae consecuencias de todo tipo", sostiene.
El seremi del Trabajo, Álvaro Le Blanc, reconoció que el coronavirus hizo que gran parte de la fuerza laboral pasara a no presencial bruscamente, sin ser eso lo ideal. Sin embargo destaca que, en general, el trabajador se adaptó bien y grandes conflictos entre las partes no se registraron.
"No hemos recibido reclamos masivos ni significativos, sí varias consultas. Las más significativas fueron las relacionadas con los derechos que tiene el trabajador, como el derecho a sala cuna o los horarios de alimentación, y hay que señalar que el teletrabajo en ningún caso puede significar un menoscabo", precisó la autoridad.
Le Blanc recordó que entre medio se dictó la Ley de Teletrabajo en Chile, lo que aportó un marco legal más preciso a esta nueva práctica.
Evolución
Con el mejoramiento de la situación sanitaria en la región y el fin de las cuarentenas, se piensa que la cifra de teletrabajadores irá descendiendo, aunque también se cree que muchas personas quedarán con teletrabajo, total o parcial.
El seremi concuerda, sobre todo por las ventajas que ofrece esta modalidad a las organizaciones, empresas, y a los propios trabajadores.
"Permite compatibilizar el trabajo con el mundo familiar, permite que el trabajador pueda ordenar sus horarios, también disminuye los tiempos de traslado y trae aparejada una disminución de costos", dijo, y agregó como otra ventaja que facilita la incorporación al mundo laboral de mujeres, adultos mayores y personas con discapacidad.
Para Sergio Sepúlveda pese al brusco inicio que tuvieron muchas personas en el teletrabajo, el balance no es negativo, pues quedó demostrado que los trabajadores tienen gran capacidad de adaptación.
"Fuimos de menos a más, pero en general yo siento que pese a todas las dificultades, la gente se adaptó. Por ejemplo, el uso de las plataformas, que era un temor, la gente aprendió súper rápido. Aprendimos que no eran cosas del otro mundo, la pandemia generó una necesidad y nos adaptamos a ella", manifestó.
Sobre lo que viene, Sepúlveda piensa que seguramente muchas empresas ya se dieron cuenta que no es tan imprescindible el trabajo presencial, y por ende mantendrán algunos cargos en teletrabajo.
"Te permite ahorrar costos, tener una infraestructura más liviana, esto va a implicar para muchas organizaciones replantearse cómo crecer, sus canales de venta, dónde poner más los énfasis. Para muchos esto va a seguir", coincide.
Contacto
Claudia Zazzali comenta que, pese a que a que el teletrabajo ha sido una buena experiencia, extraña el contacto con otras personas.
"Yo soy de generar vínculos y eso espero que se produzca cuando al fin pueda conocer a mis compañeros en persona. Compartir un café, saber qué harán el fin de semana, ir generando un ambiente de trabajo rico. A mí en lo particular no me gustaría estar siempre con teletrabajo", confiesa.
"Creo que de alguna u otra manera impacta no conocer detalles de la otra persona. Creo que ese contexto más humano y más cercano ayuda a que todo fluya, y no sólo hablo de pega. Al final somos seres humanos, no programas", agrega la trabajadora.