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periodista y escritor

Primera transmisión radial desde Antofagasta

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Era el 12 de octubre de 1920. El vapor "Taltal", de propiedad del armador Jaime Pedreny Gassó, navegaba rumbo a Valparaíso en uno de sus frecuentes viajes de cabotaje. El viejo barco había zarpado desde Antofagasta tres días antes y sus pasajeros y tripulantes no se percataron que se hallaban navegando en las temidas "alturas de Coquimbo". La embarcación avanzaba hacia su destino en el puerto coquimbano, donde recalarían para dejar parte de los pasajeros, tomar alguna carga y reabastecerse de combustible para sus calderas.

Como corresponde antes del arribo, el capitán y los oficiales, hacían planes para el desembarco y las maniobras en dicho puerto. El telegrafista afinaba el oído para recibir el lenguaje Morse, dado que el silencio se había prolongado más de lo normal. De improviso, se oyó una voz por el altavoz del puente de mando: "Les habla Jaime Pedreny, para que se reporten del viaje. No se sorprendan que en lugar del Morse estén escuchando mi voz, trasmitida desde mi oficina en Antofagasta. Hoy hemos logrado reemplazar los puntos y las rayas por nuestras voces. Así será desde ahora. Estamos tan contentos que queremos compartir nuestra alegría con ustedes... Hagan todos los cambios para que los pasajeros escuchen música. Harán el viaje acompañados por una selección de las mejores zarzuelas ¡Buen Viaje!".

Los pasajeros bailaban en cubierta, sorprendidos y alegres, sin saber que se lo que escuchaban era una transmisión radial. Creían que se trataba de una victrola con un parlante, como se estilaba en esos tiempos de "los locos años veinte".

Así se dio inicio en Chile a las transmisiones radiales.

¿Quién fue Jaime Pedreny Gassó, el hombre que cubrió las distancias, trasmitiendo su voz desde Antofagasta?

Jaime Pedreny nació en Tarragona, en 1888. A los 18 años llegó a Antofagasta, que -en esos años- vivía la prosperidad del boom salitrero. Los puertos se hacían estrechos para recibir tantos barcos y veleros que venían a llevarse el salitre. Tal era la efervescencia portuaria, que su coterráneo, Matías Granja, construyó un puerto al lado sur de la ciudad: Coloso.

La población crecía con rapidez. La ciudad también mostraba un creciente desarrollo. Pedreny se dedicó a la construcción y logró edificar dos edificios emblemáticos: la Intendencia (se incendió en 1953) y la Casa Consistorial (actual Casa de la Cultura), además de la Casa Jiménez y el Mercado Municipal.

Asociado a una empresa naviera, se transformó en armador del vapor "Taltal". Fue esta actividad la que lo puso en contacto con la transmisión de mensajes en el lenguaje Morse y le surgió la idea de trasmitir la voz humana con aparatos inalámbricos. Se asoció con el "gringo" Maxwell Styles, ingeniero de la Compañía de Electricidad. Su hogar, ubicado en calle Eduardo Le Fort, fue su taller experimental, lleno de alambres e instrumentos de radio, las novedosas "válvulas de rayos catódicos" de marca "Marconi" (tubos). Allí se quemaron las pestañas, hasta dar con la solución.

Se trataba de reemplazar el lenguaje Morse por la voz humana.

Hasta que llegó ese memorable 12 de octubre, cuando el éxito premió las agotadoras horas de esfuerzos y luego de superar sucesivos fracasos.

Hasta hoy se insiste que fue en Santiago donde por primera vez se realizó una transmisión radial. Se afirma que el 19 de agosto de 1922 el ingeniero Enrique Sazié y el profesor Arturo Salazar, desde el diario "El Mercurio" de Santiago, emitieron la primera audición radial inalámbrica, con la marcha de la Primera Guerra Mundial "It's a long way to Tipperary".

Sin embargo, dos años antes -en 1920- tripulantes y pasajeros del vapor Taltal viajaron hasta Valparaíso acompañados por los ritmos de zarzuelas, difundidos por Jaime Pedreny, desde su hogar en Antofagasta. Pedreny fue el primer locutor de la radio "Norte" CA-127, que años más tarde se transformó en la radio Cooperativa Vitalicia.

Jaime se casó con Matilde Palma. Sus hijos fueron Jaime, Hermes, Horus, Isis e Yryne. Desde 1941, los restos mortales de Jaime descansan en el Cementerio General de la ciudad. Falleció en un accidente de aviación, cuando despegaba en un biplaza "Fairchild" desde el aeródromo de "La Chimba", donde por muchos años un monolito recordaba el accidente, en el mismo sitio en que capotó el avión que pilotaba. Felizmente, en la urbanización de ese sector, una calle lleva su nombre. Una calle muy cercana al lugar preciso en que Jaime Pedreny terminó sus días.

Jaime

Alvarado,