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A propósito de la reactivación

El territorio fue uno de los más golpeados por la violencia y la pandemia... ¿No dice algo este fenómeno respecto a cómo nos conducimos y que hay cosas por cambiar? La autoridad central y el sector privado deben tomarse más en serio el reclamo de parte de la población. Hasta ahora la conversación sigue pendiente y exigirá hacer, mucho más que palabras.
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Cuando parece hemos pasado lo peor de la pandemia y las comunas más complicadas avanzan en el proceso de desconfinamiento, conviene resumir algunos de los efectos sufridos durante estos meses, los que sin exagerar, han resultado bastante terribles para personas, familias y emprendimientos, entre tantos otros.

La cifra de enfermos y especialmente muertos, es una cicatriz que quedará abierta por mucho tiempo. Superamos la barrera de 20 mil contagiados (poco más de 19 mil recuperados), 467 activos y 493 fallecidos. Lo último es lo más doloroso.

Por otro lado, aunque las cifras económicas muestran un leve repunte, debe apreciarse que las consecuencias han sido demoledoras, tanto que el desempleo afecta al 27% de los trabajadores y las ollas comunes siguen allí, en varios espacios.

En todos estos meses, una de las pocas actividades que siguió funcionando e incluso aumentó su producción con menos trabajadores, fue la minería. Eso es una buena noticia considerando el aporte hecho a las alicaídas marcas fiscales, pero exige un mejor conocimiento respecto a qué efectos tuvo en el resultado mantener operaciones que son complejas, en particular por el traslado y alta movilidad de empleados desde distintas regiones del país.

Si algo reveló la pandemia -y antes la discusión del 18 de octubre- fueron las virtudes y precariedades de nuestra región; repetimos: la más golpeada por el coronavirus en términos de víctimas fatales e infectados.

Al respecto, es mucho lo que hay que hacer y cambiar, pero primero exige reconocer que lo ocurrido esconde el fracaso de un modelo de gestión, que tiene traducciones concretas: falta de viviendas, áreas verdes, calidad de la educación y salud, liderazgos, solo por nombrar algunos.

No saquemos cuentas alegres: eso es un error; el momento es para enfocarse en corregir los déficits y proyectar un nuevo trato entre todos los actores de cara al futuro y los desafíos. La caridad no es suficiente. Todos los que viven y trabajan en el territorio deben entender que el momento es crítico, pero una oportunidad enorme para encarar el mañana.

Plebiscito: cuidémonos y participemos

"Como municipalidad estamos haciendo un minucioso trabajo para responder a las medidas impuestas por la autoridad sanitaria". Ignacio Pozo Piña, Alcalde de Antofagasta
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El pasado 28 de septiembre, Antofagasta se liberó de una cuarentena de casi 100 días. La reacción obvia era que miles de personas se agolparían en el sector centro de la ciudad, en las tiendas, en el mall. Y así fue.

La imagen de un Paseo Prat atestado de gente en plena pandemia me hace temer por el éxito del plebiscito en nuestra comuna, especialmente cuando este gran encuentro democrático está a la vuelta de la esquina -y sobre todo- porque pese a conocer las circunstancias sanitarias en las que hoy se da este proceso, no se logró implementar un sistema de votación, quizás aún más innovador, uno que permitiera, por ejemplo, un sufragio de personas con covid con verdadera capacidad de integrar y evitando cualquier desplazamiento, tal vez, mediante el abanico de opciones que nos ofrece la era digital, considerando que la tecnología invadió nuestros hogares y estuvimos obligados a transformar nuestras vidas a un sistema con clases online y teletrabajo.

A pocas semanas de vivir este relevante e histórico momento para nuestro país, en el que todos los ciudadanos deberíamos estar presentes y participar, con responsabilidad cívica y compromiso social, nos encontramos con situaciones como estas, que lejos de desmotivarnos deben animarnos aún más a cumplir con nuestro deber ciudadano, por nosotros y por todos.

Por eso es que aprovecho este espacio, para hacer un llamado transversal a todos los ciudadanos, a no perdernos este gran momento en la historia de Chile. Las próximas semanas serán decidoras respecto del nivel de participación que tendrá el plebiscito en nuestra comuna.

El llamado es a protegernos y cuidarnos, porque la pandemia sigue latente, basta ver los casos de otras regiones y también lo que ocurre con el comportamiento de algunos ciudadanos y ciudadanas en Antofagasta, la masiva reunión de vehículos "tuning" hace unos días o el rebrote del covid en la feria Juan Pablo Segundo encienden la voz de alerta, sin ir más lejos, desde el 28 de septiembre al 8 de octubre, nuestras Atención Primaria de Salud (APS) ha trazado 480 casos.

Como Municipalidad, estamos haciendo un minucioso trabajo para responder a las medidas impuestas por la autoridad sanitaria y el Servel, para que nuestros ciudadanos puedan concurrir con confianza a los locales de votación, porque más allá del difícil momento que estamos viviendo, a nivel global, el 25 de octubre viviremos un proceso que debe ser democrático, integrador y especialmente motivador.

Tocopilla, desalación y desarrollo sustentable

"El escenario nos demuestra que la realidad y los sueños -como la seguridad hídrica- pueden dialogar y confundirse". Fernando Cortez Guerra, Gerente general, Asociación de Industriales de Antofagasta
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Aguas Antofagasta inauguró oficialmente un estratégico proyecto para Tocopilla, se trata de la planta de desalación de agua de mar con una capacidad de 75 litros l/s, en el sector de "Caleta Vieja". A partir de ahora, Tocopilla es la ciudad de mayor población de A. Latina abastecida al 100% con agua desalada y, además, con respaldo para el 100% de su consumo con el recurso cordillerano. La inversión de US$ 26 millones significó 2.700 puestos de trabajo en su construcción. Sin duda, un proyecto estratégico que oxigena el urgente plan de desarrollo para Tocopilla, que hoy vive una compleja y desafiante situación económica y social.

En Antofagasta, al entrar en operación el proyecto de construcción de su segunda planta desaladora (550 litros l/s), programado para el 2023, Antofagasta y Mejillones se abastecerán al 100% con agua desalada y, Antofagasta se transformará en el mayor centro urbano de América Latina con esta modalidad al 100%, un logro que vale la pena destacar en el desierto más árido del mundo, y en un país que anticipa una crisis hídrica importante hacia el año 2040.

Vale la pena destacar igualmente la experiencia de Taltal, cuya planta tiene una capacidad de abastecimiento del 20% de su población.

A nivel industrial es fundamental destacar el avance realizado por las empresas mineras en el uso de agua de mar y eficiencia hídrica, considerando que el costo de bombeo eléctrico del recurso hacia la operación en altura se eleva entre 8 a 10 veces.

El caso de BHP, con una planta para Escondida construida en 2006, y luego la construcción de la mayor desaladora del continente inaugurada en 2018, con 2.500 litros de agua por segundo, es ejemplar. Por su parte, Antofagasta Minerals, lidera en el uso de agua de mar en procesos de Centinela y Antucoya, desalando y reciclado para campamentos y ciertos usos en faena. Codelco espera adjudicar la construcción de su planta desaladora el 2021, con una inversión de US$ 1.000 y una capacidad de 1.600 l/s.

Estos logros en pocas décadas dan cuenta de un escenario tecnológicamente revolucionario y que aún puede sorprendernos. Lo mismo está ocurriendo con la energía solar, que alguna vez fue una distante fantasía de profesores universitarios. Hoy, con la capacidad de producción energética solar más grande del mundo, y decenas de proyectos de energía renovable en la Región de Antofagasta, soñamos con la producción de hidrógeno verde, otro recurso que dará mucho que hablar en los próximos años.

El escenario nos demuestra que la realidad y los sueños -como la seguridad hídrica- pueden dialogar y confundirse, y que es posible impulsar proyectos de gran escala con una mirada sustentable, en beneficio de las personas y el medio ambiente ¡Sigamos cumpliendo sueños!