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Subsidio al empleo

Los recursos contemplados a este programa de impulso al empleo alcanzan los US$ 2 mil millones, utilizados del fondo Covid por US$ 12 mil millones. Como es sabido, el desempleo alcanzó en Chile un nuevo nivel histórico al situarse en un 13,1% durante el trimestre móvil mayo-julio, rango similar a lo que muestra la Región de Antofagasta.
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Ya son casi 1.000 los empleadores que han reinscrito a sus trabajadores en el plan de subsidio al empleo, comprometido hace algunos días por el gobierno, a propósito de la crítica situación causada por la pandemia de coronavirus.

El plan considera primero una ayuda económica para crear nuevos trabajos y alcanza hasta el 50% de la remuneración de los nuevos trabajadores contratados, con un tope de hasta $250 mil mensuales. En el caso de las mujeres, jóvenes, y personas con alguna discapacidad, este subsidio a la contratación será mayor, por lo que se extenderá hasta un 60% de sus remuneraciones y hasta $270 mil mensuales.

El segundo componente del programa es el impulso y subsidio a la recuperación de los empleos que fueron suspendidos por la ley de la protección al empleo. Este subsidio será de $160 mil por trabajador reincorporado y sólo podrán acceder las empresas que hayan sido afectadas por la pandemia con una caída en sus ventas o ingresos brutos mayor a 20% en el cuatrimestre abril-julio de este año respecto al mismo periodo de 2019.

El subsidio se canalizará a través de las empresas de primera categoría o pequeños contribuyentes y podrán acceder al beneficio solo las que aumenten el número total de trabajadores contratados con respecto a julio pasado y que, además, mantengan al menos el 80% de la nómina de trabajadores a esa misma fecha. No se beneficiará a las empresas que traspasen a trabajadores entre firmas del mismo grupo empresarial. Para acceder al beneficio, las empresas con más de 200 trabajadores a julio de este año no podrán repartir utilidades en el periodo que se acojan a estas facilidades, salvo lo mínimo que establece la ley, que es de 30%.

Como es sabido, el desempleo alcanzó en Chile un nuevo nivel histórico al situarse en un 13,1% durante el trimestre móvil mayo-julio, lo que representa un incremento de 5,6 puntos porcentuales en 12 meses, de acuerdo a la información del el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). La cifra afecta a poco más de 1,5 millones de personas, aunque en realidad es mucho más, considerando que los inactivos promedian el 30%, incluyendo el nivel regional.

El proyecto impulsado por el ejecutivo es correcto, pues apoya a quienes perdieron su puesto, dinamiza la economía y aporta al empleo formal tan necesario.

Humanizar la humanidad (I)

"La masificación de nuestras vidas, en el reino de las comunicaciones nos conectamos con todo el mundo menos con nosotros". Pedro Aranda Astudillo, Fundador de la Corporación Gen
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"La gente feliz no es rentable, con lucidez no hay necesidades innecesarias". Antaño se escuchaba "contigo pan y cebolla" pues amar y ser amado era respirar plenitud. El imperio del consumo, del progreso voraz e insaciable trastornó la brújula que nos orientaba hacia el espíritu de la vida, y nos volcó al dominio de la materia y endiosarse con ella. Marshall McLuhan (+1980) uno de los investigadores socioculturales más acertados se refiere cómo las creaciones humanas a su vez "nos amasan" a su semejanza. "Los grandes avances de la civilización son procesos que casi hunden a las sociedades por lo que ellas mismas producen".

El Covid 19 nos puso el cable a tierra, por ello sólo ataca a los humanos, nos tiene postrados en todo sentido. Profundizar los hechos, obliga. Este virus arrasó los continentes de rey a paje y nos tapó la boca, nos incomoda respirar, de abrazarnos a los codazos. Nos enrostró y desnudó nuestra máxima limitación: ¿qué es un portaaviones con una tripulación infectada? ¡Sucedió!. ¡Las prepotencias desplomadas por un virus invisible!

Si desde los humos milenarios nos erguimos como humanos, el virus nos volvió a la igualdad y projimidad en la interdependencia de infectarnos, pero a su vez despertó la solidaridad: ollas comunes entre otras actividades.

Nos puso de señero sublime para siempre al personal de salud, que por meses de meses entregan sus vidas por sus prójimos bordeando la vida y la muerte. Una sociedad para que sea humana debe entroncarse en sus raíces, todo y todos venimos del gran útero del universo, del útero de nuestra madre, para volver al útero de la tierra. Nacemos como Familia Humana.

Humanizar la humanidad nos es un verbo irrevocable, el reto para la economía, la política, la educación: "El derecho y deber de vivir en paz" entre nos-otros y no contra vos-otros. La pedagogía para reconstituirnos como humanos empieza con "el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos" Eduardo Galeano. Aprender a escuchar la conciencia, como es un templo, démonos el espacio-tiempo de reconocernos por dentro, donde nacen nuestros comportamientos. Por el algo el virus nos encerró… Es tan perentorio como tomar agua, comer… Pero, nuestra civilización nos redujo al activismo de acciones y reacciones, y, con la pandemia de la prisa "no hay tiempo" para tomar distancias frente a los hechos. ¡El que pestañea pierde!

La masificación de nuestras vidas, en el reino de las comunicaciones nos conectamos con todo el mundo menos con nosotros mismos. Así, nos quedamos vacíos, solos en la intemperie del anonimato. Este sufrimiento runruneante nos sangra por dentro pues existimos para convivir. Los animales pueden vivir bien en un zoológico adecuado, los seres humanos al final del día se enferman por una sociedad enferma y un medio ambiente ardiente. "Paren este mundo que me quiero bajar", un clamor ya de décadas… Humanizar la Humanidad es una exigencia de sobrevivencia.

Ser comunidad

Nicolás Salinas Sepúlveda , Director área participación y comunicaciones, Creo Antofagasta
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Esta semana la Región de Antofagasta comenzó un nuevo proceso. La ansiada Fase 2 trae consigo curiosidad e incertidumbre respecto a cómo enfrentaremos el desafío de mantenernos a salvo.

Después de meses confinados en nuestras casas o lugares de trabajo, debemos poco a poco retomar nuestras rutinas, esta vez, de una manera distinta. ¿Cómo reencontrarse sin miedo?, ¿cómo no confundir entre distanciamiento físico y distanciamiento emocional?

Cada uno ha vivido, y está viviendo, este momento histórico en situaciones y circunstancias únicas. Hemos sentido el miedo, la ansiedad y la angustia de distintas formas. Eso es lo que nos une en nuestra esencia como seres humanos y desde ahí, debemos encontrar los códigos que nos conviertan en un "nosotros", que al mantenerse unidos, puedan mejorar el escenario en que todos interactuamos.

Más que nunca la ciudadanía necesita retomar la confianza en que juntos somos capaces de crecer y avanzar. Es imperativo que al no poder estrechar nuestras manos, volvamos a mirarnos a los ojos y creer.

Esta paradoja de tener que alejarnos pero siguiendo unidos, es lo que nos desafía como sociedad. Interactuar desde el intelecto, buscando las formas de auxiliar al que está necesitado, igualar las oportunidades del que está creciendo y acompañar al que está solo.

Quizás es momento de desprendernos de terrores infundados y asumir que esta nueva forma de relacionarnos es parte de una nueva forma de sociedad. Ya será imposible intercambiar sonrisas con quien te cruzas en la calle y abrazar a quien lo necesite, será un privilegio solo entre quienes comparten bajo un mismo techo. Y aunque parece un obstáculo infranqueable, ya es parte de nuestra cotidianidad y no debe impedirnos que busquemos otras formas de interactuar.

Es nuestro desafío generar nuevos espacios de encuentro en que construyamos sociedad. Ya es demasiado brutal darnos cuenta que los modelos hasta ahora impuestos van cayendo como una torre de naipes. Somos nosotros los llamados a observar y re pensar qué haremos de ahora en adelante.

Tal como dice el filósofo alemán Gabriel Markus, "Cuando pase la pandemia viral necesitaremos una pandemia metafísica, una unión de todos los pueblos bajo el techo común del cielo del que nunca podremos evadirnos. Vivimos y seguiremos viviendo en la tierra; somos y seguiremos siendo mortales y frágiles. Convirtámonos, por tanto, en ciudadanos del mundo, en cosmopolitas de una pandemia metafísica. Cualquier otra actitud nos exterminará y ningún virólogo nos podrá salvar".

Si queremos que todo cambie, tenemos que involucrarnos, participar más que nunca, colaborar, co-crear. Viendo el vaso medio lleno, esta es "la" oportunidad en que podemos interactuar virtualmente, sin usar tiempo en desplazarnos de un lugar a otro y desarrollando cada vez de mejor forma el don de la ubicuidad. Podemos estar, debemos estar.