El parque Archipiélago de Juan Fernández se defiende de las especies invasoras
Uno de los lugares más asombrosos y misteriosos del planeta está en Chile. Un archipiélago rico en biodiversidad tanto marina como terrestre que alberga especies que no habitan en ningún otro lugar del mundo. Se trata del Parque Nacional Archipiélago Juan Fernández (PNAJF).
En esta tierra recóndita abundan leyendas, como la que inspiró la célebre novela de Robinson Crusoe de Daniel Defoe -y que da nombre a una de sus islas-; historias de piratas, de corsarios y de hasta un antiguo tesoro escondido que afanados buscadores aún intentan desenterrar.
Este lugar, es también un ejemplo mágico de cómo la vida logra restablecer sus atributos y niveles de biodiversidad en los sitios más degradados por el desarrollo humano.
Guillermo Araya, administrador del PNAJF, cuenta que a pesar de ser un territorio con un ecosistema único, está considerado dentro de las diez ecorregiones con mayores amenazas a nivel mundial. Esto, debido a las actividades y eventos provocados por el ser humano, como los incendios forestales, la tala de flora nativa y la introducción de especies exóticas invasoras que han puesto en peligro la frágil y rica biodiversidad del archipiélago.
Desde años, científicos y guardaparques vienen trabajando en la erradicación de estas especies con algunos ejemplos exitosos que han permitido, por ejemplo, que la fardela blanca, un ave marina Vulnerable a la extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), aumente su número de parejas reproductivas hasta en un 40 %.
Según la bióloga y jefa de la sección de conservación de la diversidad biológica de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), Javiera Meza, lo que más destaca del PNAJF es su endemismo, es decir, la presencia de especies únicas que no existen en otro lugar del mundo. Esta área protegida es un pequeño gigante que se caracteriza por ser un ecosistema de gran riqueza, con 213 especies de flora nativa, de las cuales 135 son endémicas. Una tasa de endemismo del 63,4 %, una de las más altas en el mundo, superando a Galápagos o Hawaii.
Este tesoro natural, ubicado en el Océano Pacífico, a 800 kilómetros al oeste de Santiago de Chile, fue declarado en 1977 Reserva de la Biósfera por la UNESCO. En total, no sobrepasa las 10 mil hectáreas y su territorio lo componen tres islas: Robinson Crusoe, la única habitada durante todo el año; Alejandro Selkirk, la más joven y con las mayores alturas del archipiélago, y la pequeña isla Santa Clara.
Para comprender su formación hay que imaginar una cadena montañosa sumergida en el océano. Allí, hace miles de años, irrumpieron volcanes en la superficie marina creando islas, cuenta Héctor Gutiérrez, jefe de proyectos de la ONG Oikonos. Esta irrupción de islas permitió que especies de flora de distintas partes del mundo se asentaran y evolucionaran ahí.
Algunas llegaron producto de los vientos, como semillas de los Andes; otras, producto de las corrientes oceánicas que trasladaron semillas o esporas provenientes de lugares tan lejanos como Nueva Zelanda o Australia. Pero hay un arbusto que es un verdadero fósil viviente, con familiares que habitaron en la Antártica. Es el único miembro sobreviviente de un antiguo linaje cuyo origen es de hace 69 millones de años. Se trata del falsa pimienta o Lactoris de Juan Fernández (Lactoris Fernandeziana).
Como hay una gran distancia con el continente, la única fauna que pudo llegar fueron las aves, afirma Javiera Meza. Son 15 especies de aves nativas en total, seis especies de aves marinas y nueve especies de aves terrestres que habitan en el PNAJF, entre estas últimas está el blindado (Geranoaetus polyosoma exsul) y el churrete de masafuera (Cinclodes oustaleti baeckstroemii). Pero los más emblemáticos y carismáticos son el picaflor de Juan Fernández (Sephanoides fernandensis) y el cachudito (Anairetes fernandezianus), ambos presentes en Robinson Crusoe, y el Rayadito de Masafuera (Aphrastura masafuerae), endémico de la isla Alejandro Selkirk.
Meza agrega que también existe una entomofauna -compuesta por insectos- que es bastante rica, pero "poco estudiada". Lo que más llama la atención, sin embargo, es el bosque del PNAJF ya que este es completamente endémico. Entre las muchas especies que lo conforman, está una de las palmeras más australes del mundo: la chonta (Juania australis), que puede alcanzar de 10 a 15 metros de altura y que está considerada en peligro de extinción por la pérdida y degradación de su hábitat producto de especies vegetales invasoras como la zarzamora (Rubus ulmifolius), el maqui (Aristotelia chilensis) y la murtilla (Ugni molinae), destaca Gutiérrez.
El origen volcánico del archipiélago explica la geografía de las tres islas que componen el PNAJF. Las condiciones de viento y salinidad presentes han generado procesos erosivos en su topografía y devastado sus recursos naturales, situación que la convierte en una zona que presenta múltiples amenazas para su biodiversidad.
Los incendios forestales y
Posee una tasa de endemismo de 63,4 %, superior a la de Galápagos o Hawaii. La fardela blanca, nidificante endémica de Juan Fernández, es la primera ave marina protegida dentro de un plan de conservación a nivel nacional.
Por Barinia Montoya
Esta información es republicada en el marco de una alianza con el medio internacional de noticias Mongabay Latam.
Made in Chile
Especies invasoras