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Elecciones en Estados Unidos

El presidente Donald Trump no solo ha impresionado al mundo, también ha dividido a la sociedad de su país hasta niveles poco vistos. Las elecciones presidenciales de 2020 se celebrarán el martes 3 de noviembre de 2020. Donald Trump, se enfrentará al candidato demócrata Joe Biden, quien fue vicepresidente de Barack Obama.
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Poco proclives a observar lo que ocurre en el mundo somos los chilenos, aunque es fuera de nuestras fronteras, en especial entre las naciones más poderosas, donde se toman decisiones que impactan profundamente nuestro quehacer cotidiano.

Estados Unidos está actualmente en medio de un proceso electoral que puede implicar la reelección del presidente Donald Trump, o bien, de otra alternativa. La del demócrata Joe Biden aparece como la posibilidad más cierta en ese ámbito. Como pocas veces, la principal potencia del planeta está estresada y dividida, en particular por los efectos de casi cuatro años de administración del señor Trump.

Difícil no advertir que el mandatario ha cruzado varias líneas, ha encerrado a nación y ha sumado complicadas escaladas con China e incluso con sus socios europeos, mientras Latinoamérica parece más lejana que nunca de los intereses estadounidenses.

¿Ha hecho Trump de EE.UU. un mejor país? Los resultados económicos hasta antes de la pandemia eran muy buenos, pero el manejo del coronavirus ha sido paupérrimo, al punto que esa nación es la más golpeada en número de enfermos y víctimas fatales.

Uno de los puntos más complejos ha sido el conocer que Trump mintió a sus ciudadanos respecto del peligro que implicaba el COVID-19, según lo deja en claro el último libro de Bob Woodward, "Rage" (Rabia). Antes, en "Fear" (Miedo) había puesto en tela de juicio la idoneidad y conocimiento de Trump respecto de política exterior, con el relato de varios de sus hombres más cercanos.

El mundo estaba acostumbrado a los populistas, nuestra región latinoamericana especialmente, pero no el llamado Primer Mundo. Hoy lo conocen de cerca con el magnate de los negocios inmobiliarios.

El problema es que la magnitud de la influencia estadounidense marca el mundo. De allí que la incertidumbre y los temores de conflictos y recesiones por las guerras comerciales que lleva adelante se hayan multiplicado. EE.UU., debe recordarse, es un tercio del PIB planetario. Resulta difícil creer que Trump corregirá sus errores y enmendará el camino, veremos qué decisión es la que toman los ciudadanos de ese país.

Angelitos

"¿Cómo lavar el dolor, entonces, en esa penumbra que no acaba, cuando se van los angelitos?". Francisco Javier Villegas, Doctor en Didáctica
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Este tiempo en que el encierro, el confinamiento y las dificultades sociales y económicas siguen envolviendo a la población, pareciera que no estamos ni siquiera entre paréntesis. Tampoco estamos en un tiempo de sobrevivencia o en eso que llaman "espacio de cuarentena". Porque los días se han ido en cuadruplicar, además, esa cantidad. A ratos, ni siquiera conectamos con el miedo. Sin embargo, hay familias anónimas que han estado, en esta pandemia, con un dolor postrero porque han perdido a sus angelitos. Y, hoy, solo claman por ese aire y aliento de amor inextinguible.

En el abrazo del abrazo hacia esos hijos todo tenía que alzarse para comprender la llama del alma donde se cruzaba el deseo de acompañar ese viaje de la vida donde nada debía quebrarse porque todo tenía que brillar. La lámpara de la realidad, como un aliento en extremo, era moverse siempre para acompañarlos. A lo que sentían. A lo que iban. A lo que deseaban. A tener un goce común. Era, entonces, un estar dando la lucha, corriendo tras ese vuelo de juegos, risas o sueños. Pero, también, a los remedios y las inyecciones. Era un deseo que se inclinaba, por cierto; era afanar en el día a día cuando todo se iba en contra. Aunque, a esos padres, se les iba ese dolor derramado y la ruta diaria no siempre encendía el aire para todos los esfuerzos.

En la luz de esos ángeles maravillosos, muchos padres van de anónimos investidos en ese fruto de la vida que es un regalo, para ellos, como un viejo misterio que nadie sabría explicar, muchas veces. Con un valor identificante, era regalarse el nombre de los hijos y su compañía, como que fuera el último instante; era quedar embobados porque la propia piel es la que se queda en el nombre de esos angelit@s y en ese color que hoy, en este tiempo de sufrimiento, en muchos casos, desaloja y conduele. No digamos todo lo que se hace y todo lo que ovilla el corazón de madres y padres. No escribamos toda la realidad de esa navegación. Ni tampoco miremos esa luz de sueño que nos corta el alma. Sin embargo, hay angelit@s que, en estas semanas, han partido porque la propia vida les ha costado. Porque no hubo un contenido de primera luz que hiciera el milagro de la vida misma ni tampoco, en este tiempo, existió la previsión de salud desde nuestro Estado.

Así, l@s angelit@s, que no se quejaron en el aire y solo levantaron el íntimo deseo de tener sus propias alas, estuvieron aquí como niñ@s bellos escuchando los ánimos de sus padres, recibiendo el corazón como un cielo inundado de estrellas y en ese solar, a pesar de todos los dolores, miraron a los que más los amaron, en esa vida que era como una montaña dulce y lejana; en esa complicidad y comunión que era otra mirada como un manojo de lilas o una cosecha de sentires. Tal, como dijo la divina Gabriela, dando el regazo sobre llagas y duelos humanos.

Las cosas que hacen enternecer, los dejaron absorbidos porque era el trabajo del amor con los hijos. Más aun, mirando a esos padres que derramaban callados la penumbra cegada de una enfermedad. Cuando parte un ángel ya no andas, entonces; te quedas en silencio, en secreto y te vuelves a un estado de no querer nada. Te olvidas de ti. Es una marca insoslayable porque no sabes qué decir, qué contar, qué sentir. ¿Dónde quedaron esos despertares, el estar en casa, sus fidelidades alegrando a todos a pesar de ese pulso que se exhalaba temblando?

Sorry, Mr. Hume

"Actúan de acuerdo a la lógica que rompe todos los espejos que no aseguren su belleza y fomenten el enamoramiento de su propio rostro". Patricio Peñailillo, Integrante de la Sociedad Chilena de Filosofía Jurídica y Social
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En 1932, Heidegger dijo que cuando las cifras de millones en asambleas populares se tengan por un triunfo, entonces volverán a atravesar todo este aquelarre como fantasmas las preguntas: ¿para qué?, ¿hacia dónde?, ¿y después qué? La semana pasada las autoridades de la Universidad de Edimburgo eliminaron el nombre David Hume de una de las torres de dicha universidad escocesa debido a las presiones de un número importante de estudiantes que inició una campaña propiciada por el movimiento Black Lives Matter, mediante una misiva en la que solicitaron quitar el nombre del filósofo empirista del siglo XVIII a uno de los edificios de la universidad mencionada. Puesto que se había conocido una carta del filósofo con contenido racista - en una nota a pie de página de su libro «Sobre los caracteres nacionales», de 1753- que, ciertamente va en contra del viento que sopla en favor de las denuncias actuales contra el racismo, entre otras patologías sociales como el machismo y la homofobia en estos tiempos en que la práctica de cancelación cultural es un tipo de acción extendida viralmente por el mundo. Así con el caso Hume 2020 ha triunfado una vez más en estos días la intolerancia asociada a asuntos de otros siglos que responden a un mundo distinto y distante del nuestro.

David Hume filósofo del siglo XVIII, que entre otros asuntos cruciales conducidos por él en favor de la filosofía, se encuentra el haber despertado del sueño dogmático a Kant, quien a la vez logró la síntesis teórica entre el racionalismo liderado por Descartes y el empirismo conducido principalmente por el pensador escocés. Dicho lo anterior, es probable que estos asuntos del dominio de la filosofía sean medianamente conocidos por quienes hoy evalúan extemporáneamente expresiones y conductas de hombres y mujeres alejados del siglo XXI, pues sólo focalizan su interés en aquello que les sirve para sus propósitos, ya que actúan de acuerdo a la lógica que rompe todos los espejos que no aseguren su belleza y fomenten el enamoramiento de su propio rostro. Nick Cave, cantante y escritor australiano en su blog personal Red Hand Files dijo en agosto pasado, -en mi opinión acertadamente- a propósito de la corrección política que ésta «ha crecido hasta convertirse en la religión más triste del mundo».

Si llevamos a cabo una indagación genealógica asociada a expresiones o palabras impropias de políticos, filósofos o científicos de tiempos pasados, es probable que muy pocos escapen de una eventual falta a lo políticamente correcto y es esperable como ha ocurrido con Hume, que algunas obras de Hegel o de Nietzsche sean impugnadas desde la certeza moral contemporánea, sus bustos destruidos y los edificios o salas académicas nombradas en honor a sus figuras, sean re-bautizadas por algunos movimientos que han secuestrado la cultura actual cuyo propósito es, al parecer, re-escribir la historia.