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"Debemos disfrutar las cosas simples"

ANTOFAGASTINIDAD. Arturo Basadre Reyes, empresario.
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Inquieto, de fácil conversación, siempre está viendo la oportunidad de hacer algo nuevo y cree firmemente que la región puede dar ese gran salto para no depender de la minería. También destaca su faceta de "motoquero", pero esa pasión está en el congelador hasta nuevo aviso.

Aunque nació en Chuquicamata, Arturo Basadre Reyes (casado, dos hijas y cinco nietos) en la práctica es un antofagastino. Creció en el corazón de la ciudad, en calle Ossa entre Riquelme y Serrano, y desde niño estuvo ligado al mar en interminables jornadas deportivas en el extinto Club Náutico, practicando remo y waterpolo. Eran otros tiempos.

Hace poco decidió regresar a la universidad para completar un proceso que dejó pendiente en 1980, cuando egresó de la carrera de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Técnica del Estado. Ahora busca titularse en la Universidad de Antofagasta y cerrar ese ciclo.

¿Qué te motivó a regresar a la universidad tantos años después?

-El tener un capítulo abierto, una promesa no cumplida, que se concreta con el apoyo de mi familia.

¿Qué lecciones sacas de esa experiencia en esta etapa de tu vida?

-Perder el miedo a la tecnología y hacer rendir un PC, entender la nueva forma de aprender y cómo usar las redes digitales para ello. La velocidad con la cual buscaban información los milenials era increíble. Comenzamos a hacer equipos, ellos eran rápidos con la tecnología y yo aplicaba el análisis. Al final, resultó ser un grupo de amigos, el curso más numeroso de egresados, y aún hay lazos de afecto, que pienso serán de por vida.

¿En lo personal, cómo te ha afectado la pandemia?

-Llevo 41 años casado y nunca habíamos tenido la oportunidad con mi señora de estar juntos tanto tiempo, extrañamos a nuestros nietos y familia, somos aclanados nos gusta estar junto a la naturaleza, y nos da nostalgia recordar los almuerzos, el pescado a la leña, la playa, ver revolotear a los nietos, y al resto de la familia. Sentimos la soledad y la llenamos con los cumpleaños cantados en la puerta de las casas cuando se puede o por videoconferencia.

¿Qué tipo de sociedad crees que surgirá de esta emergencia?

-Creo que es sólo la advertencia que debemos focalizarnos en nuestra familia, en disfrutar de las cosas simples de la vida. De qué te sirve el auto más caro, si no lo puedes disfrutar. Entender que solos somos nada, importa el médico, aflora la importancia de todos los que aportan a nuestras vidas y que ignoramos, hasta que nos hacen falta, no somos seres superiores. Si uno se contagia, se entrega a Dios, no somos inmortales, ni podemos controlar la vida. En el balneario se ve el agua transparente como antaño y el aire se nota más limpio. Las noches sin el ruido de los pubs son un oasis. Creo que emergerá una nueva forma de convivencia, centrada en el ser y no en el tener. Vivimos el fin de la era moderna, para pasar a otra post moderna.

¿Qué rol asignas al emprendedor y al empresario en el mundo que tenemos por delante?

-El emprendedor gatilló su inventiva, está en la calle repartiendo verduras, vendiendo ropa, mascarillas y lo que pueda. Eso sí, salvo las mascarillas y los alimentos, se ve poco valor agregado. "Unámonos para salvarnos o moriremos por separado" parece ser la consiga, esa de Nicanor Parra, los desafíos están dados. El teletrabajo generó cambios en hacer un montón de cosas, hay algunas que deben ser presenciales, pero por ejemplo la industria del cobre despidió a 35.000 trabajadores e incrementó su productividad. Creo que varias industrias se verán fortalecidas después de la pandemia al ser más competitivas, lo que ayudará a superar la crisis en un tiempo menor al pensado.

En lo personal, ¿cómo te definirías como persona?

-Emprendedor por naturaleza, altamente comprometido con el desarrollo y sustentabilidad de mi tierra.

Eres un apasionado por las motos.

-Mi padre tenía moto y yo tengo moto desde los 16 años, recuerdo que para comprarla trabajé todo un verano en Coopenor, en el que hoy es el Unimarc de la Gran Vía. Esa vez que me compré una Lambretta, luego tuve una Suzuki, y varias más hasta llegar a la Harley, que la vendí hace poco.

¿Cuáles son tus mayores tesoros en la vida?

-Mi señora, mis hijas, mis nietos, mi familia, que son el pilar que me ha acompañado siempre. En lo que se me ocurra, ahí están ellos siempre a mi lado.

¿Cuáles son sus sueños no cumplidos?

-Sueño con una región atractiva para vivir, con excelencia en salud, colegios destacados y universidades de prestigio mundial, que realicen investigaciones en hacer que el desierto con agua no tan sólo florezca, sino que se convierta en el granero del mundo.

¿Cómo te gustaría que fuera conocida nuestra región?

-Como la región que logra ser desarrollada gracias a la autogestión de sus habitantes, con un futuro sustentable y líder en productos alimenticios a nivel mundial. Este sueño sí es posible.