Alumnos de la Escuela Prat sorprendieron a su profesora en el día de su cumpleaños
GESTO. Pidieron permisos y cumpliendo todos los protocolos, le llevaron torta y obsequios para agradecer su labor educativa en escuela inclusiva.
Un cumpleaños 45 especial tuvo la profesora Ruth Sepúlveda, luego que la semana un grupo de alumnos, aprovechando el permiso de salida para niños y en compañía de sus padres, acudieron hasta la casa de la docente para hacerle entrega de diferentes muestras de afecto por su labor como educadora durante esta pandemia.
Ramos de flores, globos, obsequios y hasta una torta fueron parte de los gestos de aprecio que recibió por parte de sus estudiantes esta maestra que desde hace 11 años imparte clases en la Escuela Arturo Prat Chacón, ubicada en el sector norte de la ciudad.
Los pequeños, que cursan cuarto básico en dicho establecimiento, se organizaron junto a los apoderados para rendirle un pequeño homenaje a esta profesora, quien, según manifiestan los mismos padres, ha logrado establecer un fuerte vínculo con sus estudiantes, que va más allá de la sala de clases, en tiempos donde la relación alumno-docente se ha visto dificultada por la emergencia sanitaria.
"Durante esta pandemia la profesora nunca ha dejado a los niños de lado. Siempre se ha preocupado de que todos sus alumnos participen de las clases online, aún cuando muchas veces algunos no cuentan con los medios para acceder. Es una muy buena docente", enfatizó la apoderada Rosa Escobar.
Vocación
Para Ruth, la visita de sus alumnos fue toda una sorpresa, sobre todo por la situación sanitaria que afecta al país.
"Nunca me imaginé algo así. Me sentí muy agradecida por tan lindo gesto. Todos mis alumnos estaban con sus mascarillas y cumpliendo los protocolos de distanciamiento. Uno a uno fueron dejando sus regalos en la puerta de mi casa. Definitivamente no era momento de abrazarnos, pero todo tiene su tiempo bajo el sol", puntualizó la maestra.
La docente agrega que durante estos cuatro años, ha aprendido a conocer a cada uno de sus alumnos, enfatizando que en esta etapa de sus vidas el acompañamiento y compromiso del docente es fundamental en su aprendizaje.
"No me considero una profesora cariñosa, pero sí muy exigente en cuanto al aprendizaje. Soy de la idea de enseñarles con amor, de no ser dura con ellos y respetar sus ritmos de aprendizaje. Siempre les digo que ellos pueden dar un poco más. Somos una escuela inclusiva y en mi curso tengo niños con diferentes diagnósticos, desde alumnos que les cuesta más que a otros aprender, así como también hay alumnos aventajados, y todos requieren mi atención. Es un trabajo muy personalizado el que se debe realizar con ellos. En el curso somos como una familia", señaló la educadora.
Por último, la docente destaca que las clases a distancia han significado un reto tanto para ella como para sus alumnos, ya que ninguno estaba preparado para pasar de las clases presenciales a las virtuales. Sin embargo, Ruth explica que cuando existe el compromiso por educar, es posible superar todo obstáculo.
"Todos los docentes trabajamos por una educación inclusiva, mirando y poniendo real atención a los intereses de los niños. Creo que eso a los alumnos los marca mucho, cuando el profesor piensa en ellos se hace la diferencia", apuntó Sepúlveda.