"Hay enseñanzas que no se olvidan"
IDENTIDAD. Cinthia Castillo, deportista e instructora.
Cinthia Castillo vivió su infancia en los 80 en el sector de la avenida Brasil, frente a los juegos infantiles, que para ella siempre fue un gran panorama con los amigos de la cuadra.
"Podíamos jugar en la calle afuera de nuestras casas muy tranquilos y confiados, también vienen a mi recuerdo el clásico paseo a la Plaza Colón, a ver los desfiles los días domingo, después de bajada por la calle Bolívar y llegábamos al Galeón, un barco que funcionaba como entretenimiento familiar".
Hija de Carlos y Victoria, estudió en varios colegios de la ciudad, lo que le enseñó a ver y compartir en distintas realidades. Luego estudió y se tituló en Diseño de Interiores en la desaparecida Universidad José Santos Ossa, tiempos muy activos de mucho aprendizaje y experiencias.
¿Cuál es la principal enseñanza de tus padres?
- A mis padres les agradezco ante todo la vida, este regalo de lo que significa estar viva y sana. Y la gran enseñanza para mí tiene ver con el estar como padres, cuando no siempre las situaciones son ideales. Saber que puedes contar con su apoyo incondicional es una gran enseñanza.
¿Qué es lo primero que sueles pensar al despertar?
- Despierto muy temprano, agradezco el poder hacerlo. En este periodo de pandemia intento casi todos los días comenzar a las 05 AM practicando yoga online con mi maestra querida Bachanpal Kaur y nuestro grupo.
¿Cómo y cuándo te vinculaste con el deporte?
- Recuerdo que de pequeña me gustaba el ballet, mi papá también siempre ha practicado deportes hasta el día de hoy, jugábamos tenis, paseos en bicicleta, trotar, pero ya más grande fue en el Colegio Antofagasta donde primero participé en casi todas las academias y encontré mi pasión por el baile, la gimnasia rítmica. Fue aquí que junto a nuestra profesora, Náyade Serrano Julio, y mis compañeras, que con esfuerzo y corazón, alegría y sudor, como decía nuestro grito de guerra, logramos ganar dos campeonatos nacionales: en 1990 en el Coliseo Municipal de La Serena, y en 1991 en la U. Católica de Valparaíso.
Años después, terminando la universidad comencé en el Gimnasio Taira a hacer clases de baile entretenido y me fui especializando con el tiempo.
En estos tiempos de cuarentena, la zumba ha tomado gran protagonismo, ha sido una gran alternativa online para muchos ayudando a liberar el estrés del confinamiento y mantenerse activos.
¿Cómo es la experiencia de enseñar?
- Ha sido muy enriquecedora y un gran desafío, fue de manera muy inesperada. Es increíble cómo al paso del tiempo hay enseñanzas que no se olvidan, y otras nuevas en las que se debe estar constantemente aprendiendo, adquirir nuevos conocimientos. Hoy estamos adecuadas a los tiempos y entrenamos online.
¿Cuáles son los principales valores que deja el deporte?
- Para mí el deporte es un valor en sí mismo, porque es un camino a conocerte, conectar con tus habilidades y emociones, a liberar lo que llevas en ti, desafiar tus temores, a trabajar en equipo, fortalecer el respeto para ti y para los demás, demostrarte que puedes superarte con corazón y tenacidad, disfrutar con los logros y llorar con las derrotas... Aprendes todo el tiempo.
¿Qué es lo mejor de ti?
- Mi compromiso, la alegría de entregar conectada con lo que mueve a mi alma, pasando por todas las áreas, en el trabajo lo vivo muy a pulso con clases de zumba kids que imparto en la escuela E77, con niños hermosos, llenos de amor y cariño para entregar.
¿Qué características definen a los nortinos?
- La gente del norte, somos gente de esfuerzo, con ganas siempre de salir adelante, queremos a nuestra tierra, a nuestra ciudad, hemos ido aprendiendo a lo largo de la historia cómo desarrollarnos en este desierto, entendiendo que nos falta mucho aún.
Es así también como aparece la mujer nortina clave en este desarrollo, como sociedad y en su conexión con la tierra lo que lleva a fortalecer lazos más allá de sus familias, apoyando e impulsando lo colectivo.
¿Qué espacio de la región te gusta más y por qué?
- Nuestra región es hermosa, nos da la posibilidad de ir al cerro o a la playa, con el deporte tuve la oportunidad desde pequeña de empezar a conocerla. Mejillones, Tocopilla, Calama, en otras ocasiones las salitreras, por supuesto San Pedro de Atacama. Ser del norte me ha enseñado a contemplar el desierto en sus texturas, colores, formas y sensaciones, poder observar hacia el mar disfrutar de hermosos y anaranjados atardeceres, acompañados de este clima que fascina a todos los que vivimos acá.
¿Qué cosa has aprendido en estas semanas y meses tan inciertos
- Con la pandemia hemos experimentado miedo, vulnerabilidad, incertidumbre, pérdida de muchas vidas, el covid-19 nos obligó a bajarnos de la vorágine con que nos movíamos como mundo y ser compasivos, empatizar, tomar conciencia que nos guste o no, todos somos uno y que vivimos en el mismo planeta y que nadie se salva solo. Estamos frente a una gran tarea, soy positiva y quiero confiar y creer que lo podemos hacer mejor.