Usando ALMA, los investigadores han logrado revelar una galaxia extremadamente lejana y por lo tanto extremadamente joven. La galaxia llamada SPT0418-47 no parece tener brazos espirales, pero sí tiene dos características típicas de la Vía Láctea: un bulbo central (el grupo de estrellas en el centro) y un disco rotante. Se encuentra tan lejos que su luz ha tardado unos 12 mil millones de años en alcanzar la Tierra, eso significa que estamos mirando cómo era el Universo cuando tenía sólo mil cuatrocientos millones de años, un 10% de su edad actual. Lo impresionante de este descubrimiento es el parecido de esta galaxia con otras galaxias cercanas y la Vía Láctea, contrario a las especulaciones de modelos y observaciones menos precisas, que predecían un Universo joven caótico, turbulento e inestable, con galaxias en proceso de formación y sin estructura definida.
Debido a que esta galaxia se encuentra tan lejos, es casi imposible realizar observaciones detalladas, ya que es demasiado pequeña y débil. Los científicos superaron esta dificultad utilizando otra galaxia cercana como una lupa, un efecto conocido como lentes gravitacionales. Con este efecto, la gravedad de la galaxia cercana distorsiona la luz de la galaxia lejana, magnificándola. SPT0418-47 aparece como un anillo casi perfecto alrededor de la galaxia cercana, gracias a su alineamiento. Con estos datos, el equipo pudo reconstruir la verdadera forma y movimiento del gas de esta galaxia distante y revelar que quizá el universo temprano no fue tan caótico como lo imaginamos.
El estudio completo se puede encontrar en la revista Nature: "A dynamically cold disk galaxy in the early Universe". https://www.nature.com/articles/s41586-020-2572-6
Penélope Longa-Peña es astrónoma del Centro de Astronomía de la U. de Antofagasta, www.astro.uantof.cl