Peruana que padece cáncer y está varada en Calama pide que la dejen retornar
HUMANITARIO. Desde la Defensoría Penal Pública solicitaron al consulado que se gestione la autorización para que pueda volver a su país. Mujer además tiene una depresión endógena.
Que la dejen regresar a Tacna para poder reencontrarse con su familia es lo que pide la ciudadana peruana Rosa R., de 36 años, quien está varada en Calama luego de que por la falta de un documento, quedara sin cupo en un transporte humanitario que salió en julio.
La historia de Rosa en Chile ha sido bastante dramática. Fue detenida en febrero de este año en un bus por transporte de drogas, aunque ella hasta el día de hoy asegura que solo estaba llevando la encomienda que le encargó una amiga. Luego de eso ingresó a la cárcel de Calama, pero debido a que padece de un cáncer cervicouterino, una diabetes, hipertiroidismo y una depresión endógena, se le permitió el arresto domiciliario -el cual cumplió en un cité- para evitar que se contagiara de covid-19 dentro del penal.
Viaje frustrado
El 22 de julio se abrió una posibilidad para su retorno, pero la falta del examen PCR frustró la posibilidad de embarcarse en el bus que llevó hasta la frontera a otros ciudadanos peruanos que también estaban varados en la región.
"Era mi felicidad. Ese día incluso ya me habían llamado para pasar a buscarme, pero en la misma mañana me llamaron para saber si tenía el examen PCR, como no lo tenía, quedé abajo. Yo había estado preguntando todos los días si faltaba algo, y me habían dicho que no, que estaba todo en regla. Necesito volver a mi hogar, a estar con mi madre que está en sus últimos días y a estar con el niño que estoy criando. No soy su madre, pero tengo un niño bajo mi cuidado", explicó la ciudadana peruana.
El abogado de la Defensoría Penal Pública, Álvaro Gazón, explica que en esa entidad están muy preocupados por la situación de Rosa, quien se ha convertido "en un punto ciego" para la institucionalidad.
"Su situación de salud es muy delicada y la actuación del consulado peruano no ha sido eficiente. Solo redes de apoyo en el mismo cité en el que está ahora viviendo, la ayuda de una organización de mujeres de Calama, de la Defensoría y la de un párroco que también es peruano, le han permitido a Rosa tener para mantenerse y acceder a atención de salud y su medicación necesaria".
Gazón además explica que después de ese viaje frustrado, se le realizó el test a PCR a Rosa y salió negativo, por lo cual cumple con los requisitos para viajar. Ahora solo falta que el consulado peruano gestione su retorno, lo que hasta el día de ayer no había ocurrido.
Historia
Los problemas de Rosa comenzaron en febrero de este año, cuando viajó desde Tacna a Santiago, según su versión, para comprar ropa ya que se dedica al comercio en Tacna.
"Una conocida en el Terminal en Arica le pidió a una amiga con la que yo venía, que le lleve hasta Santiago una encomienda y yo confié porque eran unos jugos y golosinas, y para nosotros hacer esos favores es normal. Tuve la mala suerte de estar en el momento equivocado", dice.
A la salida de Calama detuvieron el bus en que viajaba. "Hicieron bajar a todos los extranjeros. Revisaron la bolsa de mi amiga, le hicieron los test y salió que era cocaína líquida. Nunca pensé que me pasaría algo así. Yo estaba con vestido y sandalias, porque era verano, pasé mucho frío en la celda en que nos tenían y no entendía por qué me pasaba todo esto".
Rosa dice que su estadía en la cárcel fue compleja, sobre todo por las disputas de territorio y el mal trato a los extranjeros. "Hasta por una silla peleaban, yo no podía más, pensé que me moría ahí".
El esposo de Rosa, desde Tacna, se pudo comunicar con el defensor Álvaro Gazón, quien logró cambiar la prisión por el arresto domiciliario. Su esposo es la única persona de su familia que sabe que Rosa fue encarcelada por tráfico de drogas. Al tiempo él perdió su empleo y posteriormente su relación se quebró.
Rosa dice que de parte del consulado no ha tenido apoyo. "Debo haberles enviado miles de correos y haberlos llamado miles de veces, pero nunca respondieron, hasta esta semana en que me ofrecieron 80 mil pesos de apoyo. Pero yo no quiero dinero, quiero que me den una ventana para poder regresar a mi país. No soy chilena, no trabajo acá, mi vida no está acá, mi vida está en Tacna y tengo derecho a regresar a mi país".
"Necesito volver a mi hogar, a estar con mi madre que está en sus últimos días y a estar con el niño que estoy criando"
Rosa R., ciudadana peruana varada en Calama