"Soy, y eso me hace sentir que soy auténtica"
ANTOFAGASTINIDAD. Alma Véliz Fanta, psicóloga.
Alma Véliz Fanta es hija de Alma y Víctor, ambos nativos de esta región. Su madre nació en Chuquicamata y su padre en Antofagasta.
Es la hija menor de cinco hermanos, de los cuales una falleció a los pocos meses. Alma nació en Antofagasta en 1982 en las primeras horas del día.
"Mi madre me cuenta siempre con alegría que las personas de la clínica estaban sorprendidas porque el lugar estaba repleto de muchas flores de regalo por mi nacimiento. Mis padres eran muy queridos y los amigos también esperaban que luego de tres varones naciera una niña".
¿Qué era lo mejor de tu infancia?
- Pasaba largo tiempo conmigo misma, para inventar, crear y jugar en lo que mi creatividad me propusiera.
De muy chica me dicen que fui bien inquieta hasta que pasé por un periodo de bastante timidez ya que estuve inicialmente en colegios que no permitían mi espontaneidad y creatividad. Mi madre decidió inscribirme en actividades extracurriculares donde siento que pude expresarme y explorar muchas facetas artísticas que me hacían muy feliz. Incluso muy pequeña, alrededor de los 10 años, participé de coanimadora en un programa infantil llamado "patatín patatán", del entonces canal Telenorte. Siempre recuerdo con mucha risa lo muy divertido que era los sketch y entrevista que preparábamos con más niños de modo muy espontáneo.
¿Qué aprendiste de tus padres?
- Ambos siempre han sido muy trabajadores e hiperquinéticos en el hacer, construir, generar ideas y en eso me siento muy identificada.
Si bien somos muy distintos, siento que de mi madre aprendí la inquietud por siempre estar haciendo cosas, la espontaneidad y la alegría. Ella es muy sociable, siempre pendiente de hacer sentir bien a los demás y fácilmente conecta con las personas. Es la más pendiente de la familia y de mantenernos conectados, una experta en organizar juntas con familia y amigos. El gusto por viajar y conocer personas y lugares.
De mi padre aprendí la organización, el ser metódico, la responsabilidad y el dar lo mejor en aquello que uno emprende. La creatividad, el ponerle pasión y corazón a lo que se hace. Mi padre si bien conoce mucha gente, es más ermitaño, le gusta cuidar sus espacios y tener actividades que le alegren la vida, como la arquitectura y la pintura entre otras cosas.
¿Qué es lo que más te gusta de ti y qué te gustaría que supieran de ti?
- Mi espontaneidad, sensibilidad, alegría e intuición. Me gusta ver al otro a través de sus ojos y navegar hacia su interior, siento que desde ahí conecto y me encuentro con el otro y con su alma profunda. Me gusta que independiente de los años puedo seguir teniendo alma de niña. No intento ser nada, simplemente soy y eso me hace sentir que soy auténtica.
¿Qué énfasis debe tener la región para lograr el desarrollo?
- Creo que el desarrollo se da por su gente, no por la explotación de sus recursos. Y que su riqueza natural es más profunda y compleja. No podemos desarrollarnos si no tenemos raíces firmes; por lo tanto, siento que se vuelve crucial el valorar su identidad, su pueblo, su gente, su diversidad. Volver a sentir amor por la tierra, por el arte en todas sus formas, su naturaleza árida e infinita.
¿Cuál es el espacio de la región que más te gusta?
- Disfruto mucho de las montañas y la playa, los sitios más lejanos, silenciosos y no habitados; limpios y poco explorados. Donde la naturaleza es más virgen y el silencio te inunda de una paz infinita. Donde puedo pasar horas recibiendo el abrigo de los rayos del sol y de noche dejarme bañar por la luna y su manto de estrellas.
Me deslumbra la geomorfología del desierto, sus formas, quebradas, explorar sus rincones y todas las sorpresas que te encuentras al explorarla. El contraste de colores de sus montañas, las puestas de sol y toda esa gama de colores que hacen que cada día se pinte un cuadro distinto.
En días tan complejos, ¿qué consejo te permitirías darle a la gente?
- Estos son tiempos de ampliar la mirada, de develar, de esclarecer, de reconocer el potencial que somos como especie, con infinitas posibilidades. Si bien los movimientos y los cambios pueden ser muy incomodos, incluso dolorosos. Nos invitan a estar más despiertos y tomar la oportunidad para hacernos más cargo de nuestro destino. Pues seremos todos creadores de los que nos está ocurriendo.