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Los efectos del retiro previsional

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Estamos en pleno desarrollo del retiro masivo del 10%, lo que va a significar un gran alivio económico para millones de personas. Según un estudio realizado por la Cámara Chilena de Comercio, más del 80% de los afiliados a las AFP realizará la solicitud para poder retirar el monto correspondiente, por lo que habrá mucha mayor liquidez en el mercado.

Lo anterior permitirá levantar el cada vez más alicaído mercado nacional, afectado fuertemente desde octubre del año pasado. En esta línea, el retiro tendrá un efecto reactivador importante, porque probablemente más de la mitad de los US$20 mil millones que podrían retirarse van a ir directamente al consumo. El 80% de la gente que realice el retiro lo va a consumir en los próximos tres meses y, por lo tanto, va a ser un paliativo desde el punto de vista de amortiguar la caída del gasto privado, el cual representa aproximadamente el 75% del PIB nacional.

Existen muchas razones por las cuales la gente optará por retirar el 10% de sus fondos de las AFP. El mencionado estudio de la Cámara Chilena de Comercio constata que el 60% de las personas que harán el retiro ocuparán parte de los fondos en compras de alimentos e insumos básicos. En tanto, los escenarios a futuro también se encuentran entre las principales opciones para usar el monto del retiro. Así, el 20% de los encuestados aseguró que dentro de sus planes se encuentra invertir en un negocio o emprendimiento, lo cual es sumamente positivo tanto en lo personal como para el mediano y largo plazo de la economía, principalmente para el empleo.

Las compras que no son de primera necesidad también aparecen dentro de las opciones de quienes van a realizar el retiro, ya que las mejoras y los bienes de equipamiento para el hogar suman un 16% del interés de los beneficiados. Por cierto, esto también tendrá un efecto reactivador del mercado de aquí a fines de año. Sin embargo, la mayor parte del dinero que ingresará a la economía va a ir al consumo básico. También, obviamente, a pagar cuentas de la luz, arriendos y deudas.

Pero no se puede dejar de mencionar a la gente que se ha quedado sin trabajo por causa del coronavirus, que por lejos suman más de un millón de personas. Muchos de esos compatriotas van a poder paliar en parte las inmensas carencias que han debido sufrir durante los últimos cinco meses, con este dinero "caído del cielo". Otros, los más afortunados, podrán incluso iniciar algún emprendimiento personal con los fondos retirados.

En suma, el proceso que estamos viviendo va a tener un impacto expansivo en nuestro mercado interno, reduciendo en unos 4 a 5 puntos porcentuales la esperada caída del PIB para este año.

No al antipopulismo

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Los economistas de formación neoclásica nos aterrorizan con el populismo. De derecha o de izquierda, parece estar a la vuelta de la esquina. Populismo es un término vago. Incluye todo lo que escapa de los marcos de la manera neoclásica de entender la economía. Los keynesianos son populistas, el gobierno chino es populista, Bolsonaro es populista. Quienes quieren un sistema de pensiones colectivo son populistas, lo son también los que quieren autorizar al Banco Central a financiar el déficit fiscal, los partidarios de un sistema de educación y de salud unificado, los que consideran que se debe subsidiar el transporte público... Para qué decir quienes quieren proteger ciertos sectores económicos, subsidiar otros, o impedir las inversiones extranjeras en algunas actividades.

Para el economista de corte neoclásico, el mercado es más grande. En todo. La libertad para invertir, ofrecer y comprar es garantía de eficiencia. Eliminar las fronteras comerciales y financieras al mundo global es fundamental para progresar y convertirnos en buenos para algo. La intervención discriminatoria del estado es anatema. Las decisiones de inversión de los capitalistas individuales deben decidir la orientación estratégica de la economía nacional. ¿Con qué derecho alguien puede tomar decisiones en nombre de todos? es el argumento que les parece decisivo. ¿No entienden la democracia? Al parecer, tampoco entienden al estado nacional como un centro de poder; que en el trasfondo está la nación a la que pertenecemos todos y todas. Para la escuela de economía neoclásica el estado existe exclusivamente para asegurar la libertad de las decisiones individuales. Nada más.

Revestidos de la convicción de que su saber es científico, tratan como charlatanería populista lo que no entienden. Están seguros de que salirse de los márgenes de su ciencia es muy peligroso: el mundo será tragado por la mediocridad. Desde Moisés y San Pablo no éramos advertidos tan tajantemente de que, sin su guía, estamos destinados al infierno.

Después de las devastadoras crisis financieras mundiales y las insatisfacciones masivas producidas por el recetario neoclásico, no estaría de más un poco de humildad. Conozco pocas escuelas de ciencias naturales que den por sentado el grado de certeza que se permiten estos economistas "científicos". Ellas más bien escuchan, se autocritican, examinan constantemente sus presupuestos y sus verdades históricamente cristalizadas. Nuestros neoclásicos creen saber demasiado. Hay que pedirles un poco de silencio reflexivo. Menos amenazas con consecuencias espeluznantes. Más disposición colaborativa para pensar nuevas posibilidades, nuevas maneras de entender el poder nacional y la economía en el mundo de poderes globales. El orden mundial de mercados, y normas financieras y comerciales se fue. En ese ánimo abierto, sus habilidades serán apreciadas.

Llega la hora de desapegarse de las verdades y pensar de verdad.