La nadadora de aguas gélidas que entrena en un tambor con hielo
CAMPEONA. Bárbara Hernández, la mejor del mundo en su especialidad, no obtuvo permiso del gobierno para trasladarse y se prepara en la casa de sus padres.
Efe
La nadadora chilena de aguas gélidas Bárbara Hernández, conocida mundialmente como "la Sirena del hielo", lleva meses sin entrenarse en el agua y ve descongelarse sus opciones de éxito desde el interior de un tambor de basura lleno de hielo en el que practica durante la cuarentena impuesta en Santiago.
La atleta nacional, campeona del mundo en un kilómetro en aguas heladas y la mejor del ránking mundial por tercer año consecutivo, ha debido lidiar este último tiempo con la decisión de la autoridad gubernamental de no incluirla en el listado de permisos otorgados a deportistas olímpicos y futbolistas para el retorno al entrenamiento al aire libre en zonas en cuarentena. Cuenta que el hecho que su deporte no sea de carácter olímpico le ha impedido volver a las prácticas sin el "Permiso único colectivo para deportistas".
Por eso, desde la casa de sus padres en Recoleta entrena a duras penas para preparar la ultramaratón de Manhattan y ser la primer atleta chilena en conseguir la Triple Corona de aguas abiertas (que se complementa con el cruce del Canal de la Mancha, entre Francia y Reino Unido; y el de Catalina, entre la isla homónima y la costa de California).
¿Cómo nadar durante unas 10 horas los 47 kilómetros de aguas abiertas a 16 grados alrededor de la isla neoyorquina sin haber nadado desde el 13 de marzo?
-Esto es amor al agua y a la bandera, nada más.
PROBLEMAS de LA SIRENA
La nadadora, primera mujer en cruzar nadando el Canal Beagle, dice que en una situación normal habría preparado la cita con tres o más meses de antelación, a una media de 100 kilómetros semanales en piscina climatizada y sesiones en el mar para mantener el cuerpo en contacto con el frío, ya que no viste más que un traje de baño cuando compite, ni neopreno ni grasa.
"Ahora estoy en mi tambor de la basura, con un poco de agua y hielo, para aclimatarme, porque eso ni siquiera es nadar, es para no perder la sensación del frío", reconoció Bárbara Hernández.
Aunque en el plan "Paso a paso" del gobierno ya hay varias comunas de Santiago que han vuelto a liberar, con ciertas restricciones, el tránsito de sus ciudadanos, la situación general de cuarentena en la Región Metropolitana dejó a la sirena varada en el jardín de la casa de sus padres y a la espera que el ministerio del Deporte contemple su petición para poder al menos practicar en las seis semanas que le quedan para viajar a Nueva York.
"Me darían un permiso especial para ir al Estadio Nacional, a la piscina climatizada. Ahí entrenaba antes de la pandemia, de seis a diez de la mañana todos los días. Las autoridades evalúan las posibilidades y restricciones de volver a entrenar. La esperanza es lo último que se pierde", relata.
Estas excepciones fueron entregadas a inicios de julio para unas mil personas del mundo del fútbol profesional y 250 atletas olímpicos clasificados o en proceso de clasificar a los JJ.OO. de Tokio.
En ese permiso no entró Hernández, quien entre lágrimas -recuerda-, se quedó sin nadar y con la única alternativa de realizar simulaciones de entrenamientos en casa.
"He estado entrenando en seco y he agarrado el coraje para ahora ir igual a hacer esto aunque no haya nadado en piscina. Estoy entrenándome en casa con una hora de yoga, una de bicicleta en ritmo de hasta 160 pulsaciones por minuto estable, más dos horas de preparación física", agregó.
A falta de un mes y medio para tirarse al agua que rodean la isla de Manhattan, Hernández tiene claro que necesita el permiso sanitario de gobierno para nadar ya: "Yo entiendo que hay mil deportistas que deben estar en la misma situación que yo. Pero, ¿cuántos de estos compiten por Chile en seis semanas? Creo que es un filtro lógico, mi calendario está vigente y el de otros no".