Los negocios no esenciales sufren con las restricciones
CRISIS. Despidos de personal y cierre de empresas son algunos de los efectos negativos de las cuarentenas.
A partir de hoy a las 22 horas y hasta que la autoridad sanitaria no levante la cuarentena en las comunas de Antofagasta, Mejillones, Tocopilla y Calama, aquellos negocios que no sean "esenciales" vivirán un nuevo periodo de inactividad comercial que afectará sus arcas financieras, ya mermadas desde el estallido social en muchos casos.
Antofagasta y Mejillones ya experimentaron el impacto económico de un confinamiento obligado, medida que en mayo pasado se extendió por 23 días, con severas consecuencias.
Farmacias, supermercados, bancos, estaciones de servicio y locales para pagar cuentas son algunos de los comercios que sí pueden abrir durante la cuarentena obligatoria por el COVID-19, ya que son considerados como "servicios esenciales".
Mejillones
La Joyería Florencia's, en la comuna de Mejillones, no califica en la categoría "indispensable", por lo que deberá permanecer otra vez cerrada hasta que la medida sea levantada. Una situación que durante el confinamiento anterior ya tuvo consecuencias económicas para su dueño, Jorge Jofré.
"En la primera cuarentena tuve cero ingresos, lo que significó lamentablemente la pérdida del trabajo para la persona que tenía atendiendo la joyería en ese tiempo. En mi caso, tuve que cubrir con recursos de otro lado el pago de arriendo ($212.000) del local", explicó el pequeño empresario.
Según detalla Jofré, hasta antes del estallido social sus ventas mensuales superaban los tres millones de pesos. Sin embargo, a partir de ahí, el negocio comenzó tambalear, disminuyendo sus ingresos a menos de la mitad. Luego -dice- vino el golpe económico derivado de la pandemia. Y ahora su negocio deberá asumir una segunda cuarentena.
"Tendré que volver a cerrar. Otra vez tendré que decirle a la persona que me atiende el local que no podré seguir trabajando con ella. Es complicado, pero por otra parte es comprensible, porque no se puede ir contra la autoridad. De alguna manera tendré que pagar el arriendo sin producir y ver si después de la cuarentena podemos seguir o tendré que cerrar definitivamente", enfatizó.
Este joyero comenta que la situación de los distintos comercios en el vecino puerto es similar. Incluso señala que varios no volvieron a abrir tras el primer periodo de confinamiento obligado.
Antofagasta
Marcela Silva tiene un pequeño negocio de paquetería en el centro de Antofagasta. De su comercio dependen otras dos personas con quienes trabaja.
La mujer no sabe qué pasará con su local si esta nueva cuarentena se extiende por igual o mayor tiempo que la anterior.
"Estamos viviendo una permanente incertidumbre. La situación económica no es buena para nadie en este momento. En los últimos meses varios locales han debido cerrar porque las restricciones sanitarias no permiten trabajar de buena forma. Los negocios de venta directa, como éste, dependemos del trato con los clientes. Si antes que apareciera el virus el negocio siempre estaba lleno, hoy son muy pocas las personas que están dispuestas a esperar su turno para ingresar. Sin duda la atención de público ha disminuido considerablemente", puntualizó.
Calama
Si bien la comuna de Calama recién cumplió dos semanas de cuarentena, la que fue decretada a partir del pasado 9 de junio, la crisis sanitaria ya estaba se venía manifestando hace tiempo en algunos rubros comerciales de la zona.
PSC Piscinas es una empresa dedicada a la construcción, reparación y mantención de este tipo de espacios recreativos. Según explica su dueño, Guillermo Godoy, el fuerte de su negocio estaba en la localidad de San Pedro de Atacama, donde prestaba servicios principalmente a los grandes hoteles de la zona.
En su caso, la dificultad para traer los implementos para piscina desde Santiago debido a las cuarentenas activas en la capital del país ,y la falta de pasajeros en los complejos turísticos de San Pedro, terminaron por lapidar su emprendimiento.
"Lamentablemente cerramos. Nosotros teníamos la representación de varias marcas de implementos para piscina que operan en Santiago. Hoy está todo absolutamente cerrado. El stock de productos está, pero no hay quien distribuya a regiones. Los pedidos están demorando entre tres y cuatro semanas en llegar, pero los clientes no están dispuestos a esperar tanto tiempo", manifestó.
El micro empresario agrega que las restricciones de ingreso a la comuna han impacto en el turismo y con ello a su negocio.
"Nosotros atendíamos a los hoteles más grandes de San Pedro de Atacama y dado que el turismo está detenido, simplemente hasta ahí llegamos con las mantenciones. Si no hay pasajeros no hay plata y si no hay plata no hay servicio", declaró.