A 29 años del aluvión, experto advierte que la ciudad sigue siendo vulnerable
DESASTRE. Desde 1916, Antofagasta ha sido afectada por siete eventos importantes, aunque el peor de todos fue el de 1991, que dejó 91 fallecidos y 16 desaparecidos.
La madrugada del 18 de junio de 1991, Antofagasta experimentó uno de los desastres más violentos de su historia. Seis aluviones afectaron distintas áreas de la ciudad, cobrando 91 víctimas fatales y dejando 16 desaparecidos y unos 800 heridos.
A 29 años de lo ocurrido, el director del Centro Ingeniería en Mitigación de Catástrofes Naturales de la Universidad de Antofagasta (UA), Jorge Van Den Bosch, recuerda las condiciones excepcionales que se dieron ese día, y que desencadenaron una lluvia torrencial sorpresiva e inusual.
El tema ha sido estudiado en profundidad por el geógrafo-hidrólogo, quien explicó que para que generen aluviones, los "chubascos" se deben concentrar en pocas horas. Lo contrario solo produce corrientes de barro con daños y alguna destrucción, pero no aluviones con alto poder destructor, como fue el de 1991.
"Efectivamente, la madrugada del 18 de junio de 1991, un frente frío incursionó hasta Antofagasta provocando la mayor intensidad de lluvia conocida en la zona. Los cálculos indican que cayó un volumen de agua del orden de 2 millones de m3 sobre los cerros y la ciudad, dejando unos 400.000 metros cúbicos de barro", expresó.
El resultado fue una tragedia: el suelo no pudo evacuar e infiltrar adecuadamente tal cantidad de agua y procedió a movilizarla como corrientes de barro y aluviones que bajaron durante la madrugada a la ciudad, arrasando viviendas e instalaciones a su paso.
Una de los sectores más afectados fue Villa El Salto, donde unas 40 personas perdieron la vida cuando un río de barro y rocas embistió contra sus casas en plena noche.
"Si uno se fija en intensidades de otras tormentas, todas la lluvias se distribuyen desde 4,5 a 12 hrs, lo que permite que el suelo haga su trabajo de amortiguación del escurrimiento. Sin embargo, el 18 de junio de 1991, solo en la primera hora habían caído 23 mm, y la hora siguiente 16 mm, para culminar con 12 mm la última hora, lo cual explica tanta devastación", aclaró.
Otros casos
Como los terremotos, los aluviones han marcado a Antofagasta a lo largo de su historia.
A través de una exhaustiva recopilación de artículos de "El Mercurio de Antofagasta", Van Den Bosch precisó la fecha exacta de ocurrencia de aluviones e inundaciones desde 1916, así como algunas características relacionadas con tormentas y los flujos aluviales.
Según este trabajo, la ciudad ha sido afectada por eventos de importancia en siete ocasiones entre 1916 y 1995, pero en sólo cinco ocurrieron aluviones: el 21 de agosto de 1930, el 12 de junio de 1940, el 24 de mayo de 1982, el 27 de julio de 1987 y el 18 de junio de 1991.
Situación actual
Sobre la ciudad desembocan 22 quebradas que pueden generar aluviones, pero las más peligrosas, como Salar del Carmen, La Cadena o El Ancla, fueron dotadas de obras de mitigación los últimos años.
Un factor a considerar, sin embargo, es que la población de Antofagasta aumentó, lo que a su vez aumenta el riesgo de un nuevo desastre, explica Jorge Van Den Bosch.
"Ahora existe más gente viviendo en las cercanías y desembocaduras de quebradas, tenemos más que perder ahora que en el pasado", asegura.
Pero ¿existe alguna posibilidad de que se repita un evento similar? El especialista manifestó que el riesgo siempre está presente e incluso aumenta debido a recientes acontecimientos mundiales.
"Nuestra aprehensión nacSe del hecho que sabemos que después de grandes incendios forestales, como los de Australia, Amazonas y California USA, se inyecta una gran cantidad de humo en la atmósfera baja. Y estas partículas de humo (yoduro de plata), constituyen los núcleos de condensación entorno a los cuales se agrupan gotitas muy finas, dándole el tamaño y peso adecuado a la gota de lluvia para caer, este es el principio de la precipitación artificial", explicó.
Esto es, en simples palabras, inyectar humo debajo de la nube para hacer llover.
"De esta manera se pueden explicar las enormes lluvias durante este verano en las zonas andinas y noreste de Argentina, Bolivia, Perú y Brasil, como también las lluvias que recién comienzan en la zona sur de Chile. Se puede decir, que las nubes están inseminadas con humo, por tanto, mucho más propensas a tormentas intensas", dijo el académico.
Experto entrega recomendaciones
Van Den Bosch recomienda que si un frente de estas características se presenta nuevamente, lo primero que la comunidad debe hacer es mantenerse alerta a los pronósticos y tener un plan de acción. "Recomendamos que, durante el día, cuando se puede apreciar el entorno en que vivimos, observen los lugares con altitud, lomas, punta de pequeños cerros, etc. y señalarlos al grupo familiar, de modo que todos conozcan esta zona segura", comentó. Según el experto, este sencillo procedimiento puede valer mucho a la hora de enfrentarnos con eventuales aluviones en Antofagasta.