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Ocde evaluó a países por su respuesta a la crisis sanitaria

RANKING. Chile quedó en categoría media, superando a Reino Unido.
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Nueva Zelanda, Austria y Alemania figuran entre los gobiernos con una mejor respuesta en la lucha contra el coronavirus, mientras que Italia, España, Reino Unido y Bélgica se encuentran entre los peores, según el índice elaborado por la Unidad de Inteligencia de "The Economist" con 21 países de la OCDE.

Junto a Nueva Zelanda, con una puntuación de 3,67; Austria y Alemania (3,56), se sitúan en el grupo de cabeza de las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) Australia, Dinamarca, Islandia, Israel y Noruega (3,44) analizadas.

"Estos países han registrado hasta ahora un bajo número de muertes adicionales durante la pandemia, han puesto (en marcha) programas sólidos de seguimiento y pruebas y han continuado brindando atención médica a pacientes sin coronavirus", se indica en el informe en el que figura el índice.

Es "una hazaña particularmente impresionante, dado que en la mayoría de estos países los mayores de 65 años (la más afectada por la covid-19) representan un importante parte de la población. En general, estos países parecen haber logrado contener la pandemia porque reaccionaron temprano y rápidamente. No todos ellos introdujeron bloqueos estrictos, pero todos implementaron pruebas agresivas y programas de rastreo", añade.

En el otro extremo se sitúan Bélgica (2,11), Italia, España y el Reino Unido (2,22), con las puntuaciones más bajas.

Chile

En la categoría media, Portugal, Francia, Chile y Estados Unidos "abordaron bien la pandemia", mientras que "a Japón, Países Bajos, Corea del Sur, Suecia y Suiza les fue un poco menos bien".

El informe destaca el desempeño de Chile, que "es comparable al de Francia o Estados Unidos, y mucho mejor que el de Reino Unido, por ejemplo. Esto muestra que los países más ricos no necesariamente abordaron mejor la pandemia que los menos ricos". Los países se fueron evaluados en función de la "calidad de respuesta", basado en el número de pruebas, prestación de servicios de salud que no son covid-19 y el promedio de exceso de muertes, con tres factores de riesgo como atenuantes: presencia de población mayor, prevalencia de obesidad y número de llegadas internacionales.

Alberto Mayol habló de pérdida de legitimidad de instituciones y la violencia en Antofagasta

SOCIEDAD. La pérdida de legitimidad de las instituciones, la falta de reciprocidad en el sistema neoliberal y una crítica a la intelectualidad que no advirtió este fenómeno, fueron parte de su análisis.
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Redacción

"La violencia es preocupante, por supuesto, porque significa que se rompió el tejido social y no estamos siendo capaces de enfrentar la situación".

Este es parte del análisis de Alberto Mayol, sociólogo autor del texto "Big bang, estallido social 2019", quien ayer conversó con los sitios soyantofagasta y soycalama (video disponible en éstos).

Mayol abordó las causas de la crisis social vivida y deslizó ideas respecto a la violencia en la capital regional. Apuntó que un aspecto fundamental es reconocer que, en general, las regiones mineras del mundo tienen más probabilidades de disrupciones e inestabilidad política. "Chile es un país relativamente exitoso, pero no es completamente exitoso en controlar esos elementos disruptivos, es decir, no ha conseguido llegar a niveles de control como los de Canadá o Australia (también mineros). Está situado en un término medio".

El académico de la Usach delineó que parece que se requiere un nivel de "tributación local", ya sea por una parte de los impuestos que ya existen o unos nuevos, con el objetivo de consolidar el diseño de las políticas públicas.

"Antofagasta es una víctima perfecta en momentos de caída institucional. Cuando se desploma la institucionalidad de un país, cuando la desconfianza es radical, las zonas mineras tienden a estallar con más intensidad. La razón es simple: la definición de la operación minera es por definición concentrada".

Mayol sostuvo que se han corregido hechos particulares, como la compra a los proveedores regionales, "lo que cambia radicalmente la cantidad de recursos gastados en un lugar" y evita la "situación absurda" que vive Antofagasta de subconsumo, a pesar de tener un alto PIB per cápita.

Para el autor, un problema de fondo es la desigualdad, que es más compleja que la definición de que unos tienen más que otros, sino que debe ser entendida como que algunos "no devolvieron lo que tenían que devolver".

"Lo que pasó en Antofagasta es muy duro, muy intenso por todos los pecados cometidos: los problemas urbanos gigantescos, los problemas de no haberse hecho cargo de los campamentos. De eso estamos hablando".

El derrumbe

En un plano más amplio, precisó que el estallido nacional tuvo otros similares en 40 países solo en 2019. Lo mismo ocurrió en 2011.

También entregó su visión respecto de la caída de la legitimidad a nivel de lo que él llama "los moduladores".

"Las instituciones actuales son comparables a los ritos antiguos y lo que hace un rito es darle una energía o caminos a una sociedad. Chile tenía una densidad institucional muy elevada, la gente confiaba mucho en sus instituciones. Salimos de una dictadura y la institución mejor evaluada eran las Fuerzas Armadas. Eso se derrumbó, en la política, empresarios, la Iglesia".

Otro factor determinante, según su análisis es la falta de reciprocidad en el sistema chileno. "Todos esperan dar, pero también recibir, y la élite es percibida como una que no devuelve en base a los recursos sociales que usa".

El escritor y académico también tuvo críticas a la intelectualidad nacional (más que a la clase política), respecto a la incapacidad de advertir el problema que estaba en ciernes.

18 de octubre partieron las protestas en el país, por lejos las más complicadas en la democracia.

Encuesta: 49,3% se siente peor y 56,5% cree que ingresos de su hogar caerán

COVID-19. En medición de U. de Chile, 49,8% desaprueba cuarentena por áreas.
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Una de cada dos personas del país dice sentirse peor por el coronavirus y las medidas de contención. Así muestra la versión de junio del Termómetro Social, encuesta de la Universidad de Chile que midió el impacto de la pandemia en la salud de las personas, su conocimiento del covid-19 y su percepción sobre las medidas tomadas. El estudio consultó, del 30 de mayo al 10 de junio, a 1.078 personas de 18 años y más de todo el país.

El 49,3% dijo sentirse mucho peor o un poco peor en el marco de la pandemia y el aislamiento y la cuarentena; el 35,4% no ve diferencias y el 15% dijo que está mejor o mucho mejor. Entre las mujeres, el 55,6% se siente mucho peor o un poco peor, y en los hombres, tal grupo es 42,8%.

Entre las molestias de salud mental que han vivido las personas, 58% dijo tener alteraciones del sueño. Además, el 72% de las mujeres se han sentido bajoneadas, deprimidas, irritables o desesperanzadas; entre los hombres, el 52%. El 30,4% ha sentido rabia e ira por la situación, otro 27,4% ha tenido miedo y 23,8% dijo haber sentido tristeza.

Para el 75,3%, las medidas tomadas son insuficientes o algo insuficientes, otro 49,8% desaprueba la cuarentena por sectores, y el 54,4% alude a que las personas no siguen las indicaciones como una de las principales dificultades para contener la crisis. El 56,5% cree que los ingresos de su hogar caerán en los tres próximos meses.