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Extranjeros varados en la ciudad relatan sus historias y temores por la pandemia

INCERTIDUMBRE. Más de 350 inmigrantes esperan en juntas de vecinos o en campamentos, la oportunidad de regresar a su país. Infectóloga advierte los riesgos del hacinamiento.
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Jonathan Villella Coyán

Lleva apenas 9 meses en Chile pero siente que han pasado 10 años. Cuando se vino desde Cali, Colombia, junto a su hijo para buscar un mejor futuro, María Emilsen Ceron de 61 años, jamás imaginó que pasados unos meses tendría que dormir en una carpa, en el patio de una junta de vecinos del sector norte, esperando algún vuelo humanitario para volver a su país en medio de una pandemia undial.

La situación cambió para mal. Tanto su hijo como su nuera, fueron despedidos tras los primeros casos de coronavirus en el país. La situación los obligó a gastarse los ahorros pensando en establecerse en un nuevo trabajo y así volver a empezar. No obstante, el plan no resultó.

"Ha sido un periodo largo y muy difícil para nosotros. Primero con el estallido social y ahora con la pandemia. La verdad es que lo único que quiero es volver a mi país (...) todos tenemos ansias de reunirnos con nuestra familia, por si algo llega a pasar, ya que uno no sabe hasta dónde puede llegar esta enfermedad", precisó.

La señora María es parte de los cerca de 80 colombianos que desde el lunes se encuentran pernoctando en la sede vecinal de la población Pablo Krüeger tras una gestión realizada por el cónsul de su país para conseguir esa sede.

Las autoridades regionales -hasta el momento- no han encontrado necesario abrir un albergue oficial, a pesar de la vulnerabilidad sanitaria de tener a decenas de personas en sedes vecinales.

Por eso la mayoría de los varados viven en situación de hacinamiento. Cerca de 40 personas se estableció en el patio del recinto en 18 carpas. Las otras casi 40 personas se reparten en 10 carpas y tres habitaciones reservadas para los casos más delicados, siendo el de una joven embarazada uno de los más preocupantes, ya que tiene fecha de parto para el 19 de este mes.

Incertidumbre

Lorena Villegas, vocera del grupo en la sede vecinal, explicó que la situación es preocupante no solo por el riesgo sanitario que ello implica, sino por el hecho de saber que pese a que ya hay vuelos humanitarios a Colombia, éstos al salir de Santiago se llenan con otras solicitudes, poniendo a Antofagasta a la espera.

"En estos momentos, según el sitio web de Cancillería, hay cerca de 400 colombianos inscritos en el país, esperando vuelos humanitarios. Quién sabe cuándo será el turno de nosotros (...) por eso pedimos que el vuelo humanitario, salga desde acá y no de Santiago, para que nuestra gente pueda salir pronto", dijo.

Peruanos

La situación en el macro campamento 'Los Arenales', donde actualmente residen 60 de los 136 peruanos varados en la ciudad (según listado propio de esa comunidad), no es muy distinta. Si bien fueron recibidos con la mayor voluntad por parte de sus compatriotas ya que no tenían dónde dormir, la serie de contagios que se han dado en el asentamiento, no deja de preocuparlos, sobre todo porque hasta el momento no hay fecha exacta para el retorno a su patria.

Pedro Véliz, vocero improvisado de esta comunidad, explicó que "lo único que nos han dicho desde el consulado, es que nos sacarán pronto. Aún no se sabe la fecha, ni la forma en la que vamos a salir. Podría ser por tierra (...) estamos preocupados por los contagios. Por supuesto se agradece la solidaridad, pero las condiciones, no son las mejores".

Riesgo inminente

La infectóloga del Hospital Regional de Antofagasta, doctora Margarita Enberg, explicó que el hecho de que estas comunidades no cuenten con las condiciones óptimas para pasar la pandemia es un riesgo de contagio inminente.

"No podemos mantener esta situación. Se deben tomar medidas ahora, ya que este hacinamiento tiene un alto riesgo de provocar brotes de COVID-19. Ellos deberían estar en albergues sanitarios y no así como están. Es un riesgo para todos, para ellos y para la comunidad", recalcó.