Las claves que llevaron a Nueva Zelanda a ser el primer país en vencer el virus
PLAN. Registró su primer caso el 28 de febrero y el último paciente se recuperó el 7 de junio.
Nueva Zelanda anunció recientemente que todos sus ciudadanos pueden regresar sin restricciones al trabajo, la escuela, los deportes y los viajes domésticos, además de reunirse con tantas personas se desee, tras superar el coronavirus en el país y no registrar nuevas cifras de contagiados ni fallecidos.
Y es que el país oceánico puso en práctica durante los últimos meses lo que llamó estrategia de "eliminación" de la curva de contagios, una estricta y agresiva alternativa al modelo de mitigación que han adoptado la mayoría de los países, incluido Chile, para hacer frente a la pandemia.
El exjefe del Departamento de Enfermedades Transmisibles del Minsal y actual académico del Programa Centro de Salud Pública de la Universidad de Santiago de Chile, Christian García, explica cuáles fueron las claves del éxito de plan neozelandés y que opciones hay de replicar el modelo en nuestro país.
¿Qué factores diferencian la estrategia de Nueva Zelanda en el control de la pandemia en comparación con otros países?
-Lo que hizo Nueva Zelanda fue actuar de manera anticipatoria. Ellos cuando tenían muy pocos casos decretaron una cuarentena total. Esto es importante porque al tener unas condiciones de vida que les permitía mantenerse en casa con trabajos formales y apoyo del gobierno, lograron reducir esta curva. Esto significó que pudiesen retomar sus actividades en un par de meses.
Las medidas se tomaron desde una etapa temprana, siguiendo la estrategia de "eliminación" de la enfermedad, en lugar de la "mitigación" que se aplica en muchas otros países. ¿En que consiste este plan para controlar la pandemia?
-Eliminar la enfermedad implica tratar derechamente de aplastar la curva. Es decir, hacer que la menor cantidad de gente posible se contagie porque se estima que todas las personas tienen derecho a no estar sometidas a un riesgo de morir.
En cambio la mitigación lo que busca es que se infecte gente en un periodo largo de tiempo, asumiendo que dentro de esas personas hay gente que va a terminar complicada y fallecida también. La diferencia es que así no colapsa el sistema de salud y se les puede dar la atención. En nuestro caso es la estrategia que adoptó el gobierno de Chile.
¿Se podría haber aplicado el modelo de gestión de la pandemia de Nueva Zelanda en nuestro país?
-Por supuesto. Acá tenemos el sector oriente de la capital (Santiago) que vive con estándares incluso mejores que Nueva Zelanda y que podríamos haber mantenido controlado el virus ahí si es que hubiésemos hecho, por ejemplo, un cierre de toda esa zona donde empezó la enfermedad. Y por último lo que hubiésemos generado es retrasar la curva para el resto de las comunas y así prepararnos mejor. Quedó muy claro que había algo de preparación en los hospitales pero no así para apoyar económicamente y con medidas sociales a las personas de las comunas más vulnerables.
Creo que las regiones pueden aprender de este desastre que ha ocurrido en Santiago de empezar cuarentenas de manera tardía. Recordemos que cada vez que encontramos casos en un día es una imagen del pasado. Son casos que se contagiaron hace una semana atrás. De ahí la importancia del modelo de Nueva Zelanda que no esperaron a tener muchos casos, sino que anticipadamente lograron contener los casos de contagio asumiendo que las personas no tenían que enfermarse o haber muerto.
Teniendo en cuenta que nuestro país aún no alcanza el peak de la pandemia, ¿cuál es el panorama que se proyecta para los próximos meses?
-Con la estrategia fallida del gobierno a esta altura en vez de generar este aplanamiento de la curva y esperar una loma larga y baja, lo que tenemos hoy en día es un a especie de altiplano: alta y estable de casos, lo que es preocupante. No se ven atisbos de una reducción de la curva. Por un lado tenemos el desastre de Santiago y lo otro es la oportunidad que tiene las regiones de aprender de este desastre. Creo que aún hay tiempo para cambiar la estrategia para establecer medidas de apoyo a la comunidad para hacer cuarentenas que sean realmente efectivas.
Algunas medidas adoptadas por Chile contra el COVID-19
Cuarentenas dinámicas: Además del distanciamiento social y el lavado constante de las manos, las autoridades implementaron cuarentenas selectivas y dinámicas a algunas comunas.
Aduanas sanitarias: Se aplica en un recinto o lugar de parada obligatoria en que la autoridad establece medidas de control y requisitos de tránsito entre un territorio y otro.
Laboratorios de diagnóstico PCR: Hoy el país cuenta con una red de Laboratorios Diagnóstico PCR COVID-19, con 73 recintos distribuidos a lo largo de Chile.
El plan de alerta de cuatro niveles de Nueva Zelanda
Nivel 1: Cuarentenas de 14 días para viajeros, test preventivos y distanciamiento social.
Nivel 2: Suspenden reuniones de más de 500 personas, y se alentó a escuelas y empresas a instaurar el teletrabajo.
Nivel 3: Se cerraron todos los lugares públicos y reuniones no podían rebasar las 10 personas.
Nivel 4: El confinamiento es obligatorio para toda la población, cierre del comercio y fronteras.
Uruguay enfrentó el virus sin cuarentena
Suspensión de clases, eventos masivos y actividades no esenciales, el cierre de las fronteras internacionales y la aplicación de la "Operación todos en casa".
En lugar de ordenar un confinamiento obligatorio para la población, el gobierno recomendó limitar las salidas.
Otra de las medidas fue la realización de test masivos. Desde que comenzó la epidemia se realizaron 34.384 test.
Estado solicitó créditos por 1.400 millones de dólares a bancos regionales para financiar las medidas tomadas.