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Compleja situación en Calama

La letalidad del mal es tres veces superior a la media del país. ¿Falta equipamiento, personal médico, recursos o es un hecho puntual? Eso debe resolverse con urgencia. La cifra de infectados continúa alta, especialmente en la ciudad minera, lo que hace aún más complejo el presente sanitario. Así las cosas, parece necesario otro tipo de medidas.
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No cabe duda que Calama es una de las comunas más complicadas del país en cuanto a la letalidad del coronavirus. Esa tasa llega en la comuna al 2,9%, una cifra casi tres veces superior a la media nacional, incluso por sobre ciudades con altos contagios y fallecidos, como Santiago y Temuco.

Las estadísticas regionales indican, hasta el martes, que el mismo indicador llega a un 1,2% en la ciudad de Antofagasta, considerando 1.567 contagiados, y 19 muertes acumuladas.

Calama, en tanto, suma 17 fallecidos en un contexto de 552 contagiados notificados hasta el miércoles.

Según los datos del Ministerio de Salud, con cifras hasta el 1 de junio; la Región Metropolitana tiene 88.194 personas contagiadas y 824 fallecidos por COVID-19. Por lo tanto la tasa de letalidad es de un 0,9%. Otra de las comunas que concentra más fallecidos en Chile, es Temuco, con 20 víctimas y 823 contagios. La tasa de letalidad es de 2,4%

Valparaíso, en tanto, tiene 15 fallecidos y 591 contagiados, su tasa de letalidad es de 2,5%. San Antonio tiene una tasa de letalidad de 3%, con 12 muertes y 391 contagiados.

Otras ciudades que tienen tasas de letalidades similares a Calama están en el sur del país, pero tienen menos contagios que la capital del cobre y menos fallecidos. Valdivia por ejemplo, tiene una tasa de 3%, pero con solo cinco decesos y 162 contagiados) y Osorno 2,7%, con 10 fallecidos y 370 contagiados.

La situación de la capital de El Loa es inquietante porque los recintos de salud de esa comuna ya están saturados, con esperas de hasta cinco horas por atención y la cantidad de infectados sigue alta.

La inquietud acarreada con esta realidad ha generado diversas críticas de varias autoridades como el alcalde Daniel Agusto y varios parlamentarios. La comuna no ha entrado en cuarentena, aunque se han dispuesto una serie de acciones para la prevención y el combate de la pandemia.

Habrá que poner foco en este asunto, más cuando vamos en la parte más compleja del fenómeno. ¿Falta personal médico, recursos, equipamiento o es algo puntual? Eso debe contestarse con premura.

Desafíos y oportunidades en la pandemia

"Felicito a la Armada de Chile por el compromiso mostrado por el bienestar de toda la comunidad". León Cohen Delpiano, Presidente del Directorio EPA
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Durante mayo, nuestra ciudad de Antofagasta estuvo bajo un régimen de cuarentena. Sin duda se trató de una medida dura, pero también necesaria para combatir la pandemia que nos afecta a nivel global.

En medio de esta emergencia sanitaria, nada más apropiado que saludar a la Armada de Chile que en ese mes conmemoró la hazaña heroica del capitán Prat y que nos invita por una parte a tener un compromiso por el bien común, por nuestra comunidad y por los grupos más vulnerables respetando las medidas que la autoridad ha decretado, y por otra, nos convoca a mirar y valorar nuestro mar, sus beneficios, potencialidades y desafíos. Nosotros que hacemos de nuestro quehacer diario el contacto con el mar, estamos muy convencidos y conscientes de esta realidad, y de la oportunidad gigantesca que ofrece para el desarrollo de nuestra región y de nuestro país.

Para enfrentar la emergencia sanitaria, en conjunto con la Autoridad Marítima, la Empresa Portuaria de Antofagasta ha desarrollado en estos últimos meses un conjunto de iniciativas para otorgar la seguridad que sus trabajadores requieren para desempeñar sus labores, y permitir así dar continuidad a las operaciones de este rubro estratégico, que asegura el comercio exterior y su aporte al país. Entre estas acciones podríamos destacar restricciones a tripulantes extranjeros y nacionales, y la aplicación de aduanas y cordones sanitarios.

También en conjunto con la Autoridad Marítima, en meses recientes se han realizado otros proyectos relevantes, en especial los avances que hemos logrado en la restricción de altura de ola, lo que permite dar mayor confiabilidad a nuestros clientes sin transar la seguridad de quienes operamos en el puerto. De esta forma, Puerto Antofagasta junto a la Armada sigue avanzando en la modernización del puerto acorde a las nuevas demandas que presenta el comercio exterior de nuestro país. Así, a pesar de la contingencia, continuamos trabajando intensamente en esta línea, muy esperanzados en un futuro próximo en que juntos hayamos podido superar exitosamente esta pandemia.

Al finalizar, aprovecho la oportunidad para felicitar a la Armada de Chile por el compromiso mostrado por el bienestar de toda la comunidad en estos tiempos tan complejos, y de reiterar todo nuestro apoyo para continuar trabajando en conjunto por el desarrollo de la región y el país.

Construyamos la confianza

"Los liderazgos deben dar certezas en los temas en que puedan darlas, aunque sean temporales". Rodrigo Saa, Speaker internacional Innovación e Inteligencia Colectiva
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Estamos viviendo tiempos extraños. La pandemia generada por el COVID-19 vino a trastocar diversos elementos y variables con los que vivíamos a diario, dejándonos en una incertidumbre nunca antes vistas en nuestra sociedad actual.

El nuevo contexto nos lleva a retomar conceptos y principios que, a veces, dejamos de lado o no le entregábamos la importancia adecuada, como son la confianza y la colaboración. Ambos se han transformado hoy en pilares claves para construir una relación sincera y empática, por ejemplo, en una organización, entre los líderes y el colectivo de personas que componen el equipo.

Pero la confianza es algo que como sociedad estamos perdiendo. De hecho, diversos indicadores sobre esta temática, han arrojado registros alarmantes en las últimas semanas.

Motivos que justifican esas mediciones hay varios: estallido social, pandemia, deterioro de la economía, el historial de colusiones de diversas empresas, las promesas ambiguas, la percepción de tratos diferenciados y, por cierto, la soberbia y arrogancia de líderes de diferentes frentes, que no han permitido escuchar y construir espacios colaboración.

Pero los actores sociales comienzan a articularse y algunas voces quieren revertir esto asumiendo su rol. Hace unos días la canciller alemana, Ángela Merkel, saludó a la prensa por su papel en la presente crisis que vive el mundo, resaltando un elemento primordial para estos días: "La democracia necesita hechos e información capaces de discernir entre verdad y mentira y, a la vez, de proyectar distintas perspectivas de la realidad".

Hoy estamos viendo a diferentes líderes de opinión realizando fervientes llamados a la confianza, pero deben tener claro que ésta no se nutre por medio de decretos. Pensarlo así sería un soberano error, que conduciría -de manera irreflexiva y pasiva- a depositar la voluntad en otro, quizás con consecuencias inesperadas.

De ahí que sea tan importante que la democracia necesite "hechos, datos e información", como bien dice Merkel, pues la ciudadanía -en base a esos antecedentes- puede hacer un análisis crítico y cabal de la situación y así confiar y sumarse a colaborar. Pero de manera informada, transparente, lúcida y real. También debe haber claridad. No ambigüedad. Y en un mundo dinámico, cambiante y con tantas incertidumbres, siempre será necesario dilucidar o generar claridades temporales para los escenarios venideros en el corto y mediano plazo.

Un claro de ejemplo de lo que no se debe hacer, es lo que atestiguamos a través de los medios, respecto al anuncio de la entrega de canastas familiares, por parte del Gobierno. Notoria fue la ausencia de claridad al informar los alcances en cuanto a su entrega: primero se señaló que sería para un 70% de las familias más vulnerables del país. Luego, se confirmó que sólo se beneficiaría al 70% del 40% de los estratos más necesitados.

En resumen, incertidumbre total. Los liderazgos deben dar certezas en los temas en que puedan darlas, aunque sean temporales; y sin letra chica, pues es un aliciente para la productividad, ayuda al bienestar y a construir confianzas.

Es de vital importancia que, además de exigir buenos y buenas líderes con quienes construir nuestra confianza, debamos avanzar en materia de responsabilidad colectiva, con objeto de tener espacios sanos de convivencia y democracia.