Estudio muestra alta vulnerabilidad de campamentos frente a la pandemia
TECHO. Ocho de cada diez habitantes teme al contagio y muchos no tienen empleo.
Hasta antes que se decretara cuarentena total en Antofagasta como medida para frenar el avance de coronavirus, Janette Navarro, quien vive con sus dos hijos en el campamento "Todos Luchando por un sueño", conseguía el sustento para su hogar realizando aseo de forma esporádica en casas particulares.
Para esta mujer inmigrante que reside desde el 2015 en el país, la pandemia significó que su condición de vulnerabilidad y la de su familia se viera agudizada debido principalmente a la pérdida de su fuente de trabajo. Pese a que la medida de cuarentena ya fue levantada, aún no ha podido generar recursos limpiando hogares. Esto, por el temor que genera el virus entre quienes solicitaban sus servicios.
"Hasta ahora solo hemos recibido la ayuda de los mismos vecinos del campamento. La mayoría de los que vivimos acá quedamos sin trabajo cuando comenzó todo esto del virus porque trabajamos al día. Incluso ahora que ya se puede salir a la calle las oportunidades de conseguir trabajo son muy pocas", enfatizó Janette.
En esa línea, la Escuela de Gobierno de la Pontificia Universidad Católica en colaboración con la Fundación TECHO-Chile realizaron un estudio prospectivo sobre el impacto de la pandemia COVID-19 en las familias en situación de campamento en varias regiones del país, que son una de las poblaciones con mayores desventajas para enfrentar esta crisis sanitaria.
Conclusiones
El informe, realizado entre el 11 y 21 de mayo y que consideró 973 casos, entre ellos los de la Región de Antofagasta, midió la percepción de riesgo al contagio en los campamentos, cumplimiento del distanciamiento social de los hogares, y confianza en la capacidad de respuesta a la pandemia de las autoridades de gobierno, así como también indicadores sobre impacto económico, educativo y de salud mental de la epidemia de las familias.
Respecto a la percepción de riesgo de contagio en hogares en situación de campamento, el estudio señala que 8 de cada 10 encuestados declaran estar muy o bastante preocupados de contraer el virus, una situación compleja si consideramos que un 30% de los hogares presenta problemas de hacinamiento, con un promedio de 3,4 personas viviendo bajo el mismo techo.
En tanto en materia de impacto económico, antes del inicio de la crisis sanitaria, un 73% de los encuestados reportó que tenía un trabajo. De ese total, actualmente solo un tercio mantiene su empleo.
A partir de estos antecedentes, el director regional de Techo Chile, Javier Cifuentes, apunta que se requiere reconstruir la estrategia e ir en ayuda de la población en campamento. Para ello, apunta, resulta indispensable "volver a conectar a las autoridades con los territorios más excluidos".
"Este estudio reafirma que las familias en campamentos están en una situación constante de angustia, abandono y abuso que se viene arrastrando hace varios años. Esta pandemia está teniendo un fuerte impacto económico y laboral en el país, y esa realidad es mucho más preocupante en las familias vulnerables. De hecho en el encuesta el 65% afirma que perdió todos sus ingresos. Hay un alto porcentaje de personas que trabajan el día a día y dependen de salir a trabajar o se mueren de hambre", enfatizó Cifuentes.
Ayuda estatal
Otro tema relevante que quedó de manifiesto en el informe de Techo Chile apunta a los apoyos estatales que ha recibido la población en campamento, particularmente el Bono COVID-19. En esa línea, el catastro consigna que esta ayuda no ha sido entregada por igual entre las familias más vulnerables.
"Por un lado tenemos que los jefes/as de hogar no migrantes declaran que 4 de cada 10 han recibido el bono. Pero si nos vamos a los datos aportados por familias migrantes, la situación en mucho más cruda, ya que solo 2 de cada 10 afirma haber recibido una ayuda estatal. Sabemos que el virus no discrimina en contagio, por lo mismo creemos que la ayuda del gobierno tampoco debería hacer diferencias", manifestó el director regional de Techo.
Confianza
Por último, según el estudio, la población de campamentos muestra una baja confianza en las autoridades e instituciones ante la crisis. Solo 3 de cada 10 encuestados declararon confiar mucho o bastante en la capacidad de las autoridades de salud para controlar la epidemia.
"Esto está muy conectado con lo que mencionó el ministro de Salud (Jaime Mañalich) sobre que no tenía conciencia real de lo que están viviendo una gran cantidad de familias, lo que demuestra que las autoridades están diseñando políticas que no responden a las reales necesidades de las familias", concluyó.
"Este estudio reafirma que las familias en campamentos están en una situación constante de angustia, abandono y abuso".
Javier Cifuentes, Techo Chile