En estos momentos muy difíciles para el mundo en general y nuestra región en particular, los cielos nos permiten escaparnos por los menos por un breve instante. Una de estas maravillosas del universo que podemos ver desde nuestra región es una estrella que se llama AB Aurigae a unos 520 años luz de nuestra estrella, el Sol. Y es una estrella bien especial. Un equipo internacional de astrónomos liderado por Dr. Anthony Boccaletti del Observatorio de París (Francia) la observaron con el instrumento SPHERE en el Telescopio Muy Grande del Observatorio Europeo Austral ubicado en el Cerro Paranal en el Sur de Antofagasta en Diciembre de 2019 y Enero de 2020. Descubrieron algo muy raro: el nacimiento de un planeta (ver imagen, crédito ESO/Boccaletti et al.).

Observar planetas es algo muy difícil. Investigaciones indican que nuestra galaxia, la Vía Láctea, probablemente tiene cientos de miles de millones de planetas. Sin embargo sólo conocemos un pequeño número de ellos, apenas algunos miles. Planetas son muy débiles en comparación con la estrellas alrededor de cuales orbitan. SPHERE tiene un sistema de óptica adaptativa único que permite separar con una muy alta precisión la luz de la estrella de la luz reflejada por la materia en su entorno. En este caso pudieron detectar el disco de gas frío y de polvo donde un planeta está formando. Observar nuevos sistemas como AB Aurigae permite a los astrónomos entender cómo nacen los planetas, que sean alrededor de otras estrellas o los 8 planetas de nuestro propio sistema. Así, incluso durante el confinamiento, puede viajar a otros mundos mirando al cielo.

Las constelaciones son regiones en el cielo que permiten distribuir la bóveda celeste de una manera coherente y ordenada. Oficialmente existen 88 constelaciones, de las cuales algunas son visibles sólo desde el hemisferio Sur, otras sólo desde el hemisferio Norte, y otras desde ambos hemisferios. En este contexto, algunas son conocidas como constelaciones "zodiacales", debido a que se encuentran en la eclíptica, vale decir, aquella banda imaginaria en el cielo por donde transita el Sol, la Luna y los planetas (aunque por cierto, esto no tiene ninguna significancia adicional, como falsamente pretende hacernos creer la astrología). Es importante hacer notar que las constelaciones no se limitan únicamente a aquella "figura imaginaria" que a veces está representando a una deidad, animal u objeto mitológico. Las constelaciones deben entenderse más bien como piezas enormes de un rompecabezas, o "países" con límites y fronteras bien definidas, las cuales abarcan no sólo a las estrellas más brillantes de la constelación (es decir, aquellas que llegan a formar la "figura imaginaria") sino a todas aquellas que están insertas dentro de la región comprendida por la constelación. Y por supuesto, existen millones de estrellas dispersas por todo el cielo, ¡así que es un número bastante grande de estrellas en cada caso!