Un momento clave en la pandemia
Si no comenzamos a detener los contagios ahora, las próximas semanas pueden ser desastrosas a nivel nacional y regional. El llamado es solo uno: quédese en casa. La mayoría de los decesos eran de adultos mayores, con enfermedades crónicas terminales, cáncer, y limitación de esfuerzo terapéutico. Ese es el segmento con mayor riesgo.
La pandemia de COVID-19 ha tenido momentos fundamentales: el descubrimiento del virus, la expansión del mismo, los primeros decesos, el confinamiento, el golpe a la economía y, eventualmente, la lenta recuperación, entre otros hitos.
A nivel nacional, ello se repite: el primer caso ocurrido en Talca, la primera víctima fatal en Santiago y a nivel regional de manera similar, sumando el toque de queda nocturno y luego la cuarentena obligatoria en Antofagasta y Mejillones, hace ya 20 días.
Y en estas fechas se cumple otra fecha fundamental: muy posiblemente entramos a las semanas más complicadas, considerando el nivel de enfermos y la ocupación de camas críticas y ventiladores (85% a nivel nacional, según el Minsal) y que ya casi está al máximo, por ejemplo en el sector sur de Santiago o en la Región de Tarapacá. Antofagasta no está en esa condición, pero lo puede estar si los números de enfermos continúan altos.
Ayer el Ministerio de Salud entregó un nuevo reporte destacando que n las últimas 24 horas, se reportaron 45 nuevos fallecidos. Además se registraron 3.709 casos nuevos, de los cuales 3.343 son sintomáticos y 366 asintomáticos (28.148 recuperados).
A nivel regional ayer se detalló de 50 nuevos casos, 35 de los cuales corresponden a Antofagasta, siete a Calama, cuatro en la comuna de María Elena, dos en Tocopilla, uno en la localidad de Taltal y uno en Sierra Gorda. De este nuevo balance, 40 personas presentaron síntomas asociados al coronavirus y sólo 10 representan a casos asintomáticos.
Con esto la región alcanza los 1.947 contagios de COVID-9, de los cuales 1.278 se encuentran activos y 44 personas están hospitalizadas a causa de las complicaciones de esta enfermedad.
Ante ello, debemos ser explícitos. La responsabilidad de las personas es un factor fundamental, tenemos que estar a la altura, ser responsables y reducir al máximo la posibilidad de contagiarnos y enfermar a otras personas. Nadie quiere entrar a un momento en que el personal médico tenga que decidir quién vive.
El llamado a la responsabilidad es más urgente que nunca.