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"Hoy es el día más feliz de mi vida"

ANTOFAGASTINIDAD. José Marcelo Orellana Muñoz, el "monje custodio".
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"El monje custodio". Ese es el nombre que eligió José Marcelo Orellana Muñoz para el personaje que difunde la historia y cultura en el Cementerio General de Antofagasta.

Orellana nació en Curacaví el 6 de agosto de 1974, pero lleva años en el norte. Se define como primero papá y después soltero, "en ese orden de prioridades".

Y en su labor de difusión cultural suma anécdotas de todo tipo, algunas increíbles como ésta:

"Hace unos tres años y cerca de las tres de la mañana cuando subía por la avenida principal del cementerio, (Héroes de Abtao) solo y sin linterna curioseando entre los patios, calles, y escondrijos buscando historias y estando a cinco metros del mausoleo de las monjitas de Santa Ana, salieron dos del interior atravesando sus puertas cerradas y con candado para cruzar la avenida, vestían sus trajes blanco y celeste, los cuales destacaban en la penumbra, me quedé quieto y en silencio mirándolas hasta que ellas se detuvieron a la mitad de la avenida y voltearon a verme.

Eran de cuerpo completo y caminaban como cualquier mortal, levantaron un brazo y me saludaron sonriendo y moviendo su mano. Incliné la cabeza hacia un lado, con asombro e incredulidad para devolver el mismo saludo que me referían con una sonrisa y movimiento de mano.

Ellas voltearon y siguieron caminando hasta perderse entre los altos y añejos mausoleos. Tras esto caminé hasta el ingreso del mausoleo del cual salieron, pero estaba con su candado puesto y cerrado. Al comunicarme con mi compañero por radio este me interrumpió para decir que no me preocupara, que todos quienes realizan seguridad en el lugar las han visto al menos una vez".

¿Dónde estudiaste y a qué te dedicas?

-Estudié Teología en Santiago y en la actualidad me desempeño como coordinador de vigilancia y difusión cultural en el camposanto de la ciudad de Antofagasta.

¿Cuál es el mejor recuerdo de tu infancia?

-El recuerdo que atesoro con más fuerza y que sin duda más marcó mi niñez y aún hoy guía mis pasos en la adultez fue la naciente noche de mi cumpleaños número cinco. Mi madre conversaba con mi tía Nelly, su hermana menor, se suponían que yo dormía pero no era así.

Mi madre extendió su mano y acarició mi cabello, llevo su mirada dulce a su hermana y con una voz suave y algo orgullosa dijo, "este va a ser mi hijo bueno".

¿Cuándo has sido más feliz y qué te hace feliz?

-Quisiera decir que existe un momento culmine en el cual fui feliz en plenitud y que hoy sea un recuerdo que endulce mis días pero estaría faltando a lo real.

Hoy es el día más feliz de mi vida y eso lo repito cada día de manera que sin importar lo que tengo, hago, o dejo de hacer afecten o mancillen lo que para mí es un regalo. Esto es un día más.

¿En qué momento te apasionaste por la Guerra del Pacífico?

-La primera vez que viajé al norte de Chile lo hice por tierra y sufrí una depresión horrible al ver cientos y cientos de kilómetros de absolutamente nada más que desierto. Fue tan chocante la experiencia que lloré y la paz me abrazó al pensar que quizás Dios visita este lugar para descansar de la humanidad un ratito. Bueno, cuando comencé a trabajar en el camposanto de la ciudad y conocí el mausoleo de los veteranos de la Guerra del Pacífico recordé ese episodio y sonriendo me dije, tal vez Dios visita y conversa con ellos cuando pasea por este lugar (ríe). Es tonto, lo sé, pero así comenzó todo.

Una cosa llevó a la otra y vista la oportunidad de compartir un poquito de lo aprendido y difundir lo aprendido sobre nuestra identidad histórica comencé a generar un recorrido o tour histórico por el camposanto con el fin de amalgamar en el consciente colectivo nuestras raíces históricas en lo concerniente a nuestra identidad, esta experiencia fue tan bien recibida por la comunidad que pronto nos convertimos en la actividad cultural nocturna más grande de la Segunda Región.

¿Cuál es el mejor lugar de la región?

-Eso es simple, pasamos nuestros días en una estrecha línea entre el desierto más árido y seco del mundo, y el océano más grande y rico del planeta, esa frágil línea son nuestras calles, hogares, escuelas y empresas. Ese es el mejor lugar de la región.

En momentos tan complejos, ¿qué consejo le darías a gente que no conoces?

-Los invito a conocerse. No me refiero al hecho de estar juntos pues al parecer mientras más personas hay en este planeta, más solos nos sentimos.

Conozcan a sus seres queridos, sus gustos, qué les gusta, qué los enfada, en resumen crecer como núcleo fundamental, sean más familia .