Testamento vital
Mi colega y amigo, el profesor Aníbal Chacama, expone en su diario una forma de justificar la voluntad anticipada de no someterse a tratamientos terapéuticos como el de ventilación mecánica, en el contexto de la pandemia. Existe una visión alternativa, que me parece más cercana a la tradición central de la ética. Se trata de la distinción entre efectos intencionales y efectos preterintencionales o colaterales, la que a su vez permite fundar la diferencia entre suicidio asistido y omisión de medios terapéuticos extraordinarios. En el suicidio asistido, la propia muerte se busca como un medio para poner fin a una vida que se estima no digna de ser vivida; en la omisión de medios extraordinarios, lo realmente querido es (en este caso) que exista mayor disponibilidad de equipos para tratar a otras personas, y la muerte se acepta solo como una consecuencia inevitable de este curso de acción. Celebro que el profesor Chacama aproveche la pandemia para reflexionar sobre la dimensión ética del quehacer humano.
Pablo Manterola D.
Pandemia de soledad
La actual pandemia ha demostrado la fragilidad de los diversos sistemas en que nos movemos a diario, tanto el sanitario, laboral, económico y por cierto el gran sistema que engloba todo lo que denominamos sociedad; además nos ha hecho patente la continua incertidumbre en medio de la cual existimos y que, quizás paradójicamente, es de las pocas cosas de las cuales podemos tener certeza.
Reflexionando tanto desde el ámbito de la salud y desde la perspectiva social, la salud mental ha emergido aún con fuerza de lo que ya veíamos en tiempos previos, desnudando la pandemia de soledad que azotaba de forma algo velada a una gran cantidad de personas, exigiendo abordar este hecho que sumado al aislamiento, como un fenómeno contradictoriamente social. Está claro que la soledad es causa y consecuencia de muchos otros problemas que habitan en lo más recóndito del espacio social, que muchas veces obviamos esgrimiendo la interconexión dada por la tecnología como contrapunto.
No obstante, sumado a la pobreza, hacinamiento, el envejecimiento, la precaria educación emocional y una pobre conciencia heredada sobre nuestros sentimientos y su expresión, esta pandemia ha potenciado todos estos elementos y ha llenado a muchas personas de desesperanza, rabia e impotencia. La gran tarea a futuro será abordar la soledad y el abandono más allá del ámbito del mero acompañamiento, con foco en el manejo emocional, la cobertura de inequidades sociales y educativas, además de seguir acentuando la lucha por derrotar la pobreza en su concepto multidimensional.
Dr. Matías Jara Varas
Violencia
Pasada la crisis sanitaria ¿se reanudarán los actos de destrucción que siguieron al estallido terrorista del 18 de octubre?
Quienes están detrás de la insurrección revolucionaria descubrieron que la violencia funciona muy eficazmente como instrumento de coacción política: con ella casi hicieron caer al gobierno y lograron iniciar un proceso constituyente con el que pretenden instaurar un régimen totalitario en nuestra patria; objetivo que tratarán de alcanzar por todos los medios.
Por ello nos atrevemos a decir que la violencia proseguirá si los insurrectos no encuentran resistencia; si no hay fuerzas que se les opongan y si los Carabineros no se atreven a disparar sus armas ni siquiera en defensa propia; como ha ocurrido hasta la fecha.
El vandalismo será refrenado solamente si los insurgentes se ven enfrentados a unas Fuerzas de Orden y a unas FF.AA. que les opongan una resistencia enérgica y decidida.
La obligación esencial del gobierno es la conservación del orden público, el resguardo de los derechos de los ciudadanos y la promoción del bien común. Para cumplir tal obligación cuenta con la violencia física legítima del Estado; única herramienta efectiva para oponerse a quienes no escuchan razones y que, sin Dios ni ley, destruyen todo a su paso.
Adolfo Paúl Latorre
Sanitización
Mala la idea de sanitizar autos en la municipalidad, puesto que los usuarios han sido ellos mismos y un montón de familiares, y patudos que no se pierden ni una, dado a que la mayoría nos conformamos con limpiar nuestros vehículos y nuestras casas, y con eso quedamos tranquilos.
El problema del virus no es tanto un vehículo particular, sino que son las calles y avenidas de la ciudad, donde regularmente se observa minibasurales y botaderos de escombros, de manera que la municipalidad debió haber partido hace rato por ahí, limpiando primero y sanitizando las calles después.
Carlos Naranjo