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Las convicciones

Deberemos aceptar que no hay más idiotas que antes, pero sí muchos más tontos conectados a las RRSS, vociferando sus creencias como una verdad revelada. Un buen ejercicio que todos debiéramos hacer es aceptar nuestras cegueras, ignorancia y total falta de conocimiento en casi todas las materias. El ruido es demasiado hace bastante rato.
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El escritor español Arturo Pérez Reverte dispuso un interesante texto -"Decepcionando al personal"- acerca de las expectativas de sus lectores y las duras críticas recibidas a propósito de conversaciones y juicios emitidos por el autor.

En resumen, la molestia estaba causada por lo que algunos consideraron simplemente inaceptable: por ejemplo, consultar ideas con alguien que piensa distinto a mí, es decir, cotejar con otros que tienen postulados que colisionan con mis convicciones.

"Escuchar, dar voz, interesarse por todos, buenos o malos según se mire, no significa aprobar ni compartir", debió confidenciar el autor, dejando en claro que no cambiaría sus acciones, en consecuencia, estaría siempre dispuesto al encuentro con el disenso.

No puede decirse que se trata de un fenómeno nuevo (el de rehuir el debate o moverme solo en las tranquilas aguas de las propias convicciones), pero sí parece amplificado en los últimos años con el avance de las redes sociales.

Lo advirtió el italiano Umberto Eco: antes, la opinión del "borracho del pueblo" (del ignorante, podríamos agregar) estaba circunscrita al bar, pero hoy cualquier imbécil con smartphone cree que sus juicios y convicciones son la verdad revelada de su dios. El dato es relevante porque si bien no es posible saber si hay más tontos hoy que ayer, sí es indudable que más tontos tienen una tribuna para hacerse notar.

La trampa de las RRSS es el "me gusta", puesto que se avanza sobre la conversación correcta o la necesaria, sino sobre una que solo tiene el objetivo de ser popular. Lo es, para algunos, por ejemplo, criticar al gobierno o al Presidente de turno, para otros culpar al Partido Comunista, mientras su opinión se reproduce en grupos afines que premian tales mensajes por el simple hecho de coincidir con sus postulados, por lo general básicos, tanto que apenas son la suma de generalidades y tonterías.

No hay afán alguno, al menos en redes sociales, de discutir, cotejar, enfrentar con argumentos. Apenas buscar popularidad, algo que la ciencia ha indagado bastante en los últimos años: preferimos lo afín y exige un esfuerzo navegar lo divergente.

Aquello, que parece tan trivial y tan propio de estos tiempos, puede resultar peligroso para la convivencia futura.

Volverán las oscuras golondrinas

"Estos expertos volverán a copar los medios para decirnos que hay que apretarse el cinturón, el nuestro por supuesto". César Trabucco, Sociólogo
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Parte de un verso que acuño Gustavo Adolfo Bécquer puesto en esta columna no tiene intensión romántica ,qué más quisiera, más bien guarda relación con una visión compleja respecto del futuro más o menos mediato que tendrá muy poco de romántico en toda sus dimensiones. Será más bien dramático

Estos últimos dos meses la realidad se ha vuelto un gran campo de batalla, es el lenguaje que gusta a un sector, en donde se lucha con un poderoso enemigo que, por su carácter invisible, nos sume en una condición de terror inimaginado y que nos ha transformado a todos en soldados de un ejército que espera ser diezmado.

Felizmente ha surgido un ejército de especialistas, virólogos, inmunólogos, epidemiólogos, y muchos otros que acompañados de la tropa, de la gente que realmente está en la batalla, sigo en el lenguaje predilecto, que son los trabajadores de la salud, líneas de abastecimiento y otros están dando un soporte vital a nuestra sociedad para no sucumbir en este ataque invisible e irresponsablemente ignorado, porque ya sabíamos de su existencia.

Así los medios de comunicación nos traen partes de guerra de estos destacados expertos que nos dan cuenta de la batalla día a día, la TV los medios escritos y todos los que configuran la realidad han generado espacios para estos expertos que se transforman, junto a su tropa, en legítimos héroes dignos de admiración.

Pero luego vendrá otra gran conmoción y a esos expertos si les temo. Son los mismos del panel de expertos que fijo el alza de precios en el metro, ¿los recuerdan? Son los expertos que se graduaron en la escuela de Chicago para las Américas, son los que hicieron sus primeras batallas creando el PEM y el POJH, que permitieron auxiliar, groseramente, a la banca y fortalecieron la existencia de AFP e Isapres.Son expertos que no contabilizan bajas contabilizan como se fortalecen las empresas y para ellos el campo de batalla está en otra parte. Está en las fluctuaciones de la bolsa y el precio de los comodities.

Estos expertos, dentro de poco, volverán a copar los medios de comunicación para decirnos que hay que apretarse el cinturón, el nuestro por supuesto, porque lo principal estará en los grandes números en donde, ellos juran, se dan las grandes batallas.

A esos expertos les tengo miedo porque ya conocemos sus artes de guerra, conocemos cual es la ética con que operan, ellos son los que mandaron a los ganaderos en época de crisis a comerse las vacas, y hace poquito a comprar flores a propósito de su baja en la canasta de precios para el IPC.

Expertos a quienes nadie se ha ofrecido para generarles un código de ética, como sí lo hicieron en medio de la epidemia para las instituciones de salud. Ellos volverán como oscuras golondrinas, desde Zapallar, a retomar control de la sociedad.

Colaboración y acción inmediata

"Queremos seguir aportando a este gran desafío, por lo que desde ya nos ponemos a disposición como institución". María Cecilia Hernández, Vicerrectora de Investigación y Desarrollo Tecnológico UCN
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El 26 de abril se conmemoró a nivel mundial el Día de la Propiedad Intelectual, instancia que usualmente desde las universidades valoramos como una oportunidad para promover la importancia de la protección del conocimiento, de manera de caminar hacia una cultura de reconocimiento de sus creadores y fortalecer la transferencia y uso adecuado de estos resultados de investigación.

Sin embargo, este año nos encontramos con un panorama distinto. Si bien seguimos trabajando en estrategias para que el desarrollo tecnológico continúe siendo parte de las soluciones a desafíos territoriales, hoy nos enfrentamos a un desafío global. La crisis provocada por el COVID-19 nos lleva a acelerar nuestro actuar.

En la Universidad Católica de Norte, tal como lo han hecho otras instituciones de educación superior del país, hemos aunado esfuerzos para hacer frente a esta pandemia. Tras conocer el requerimiento de una de las instituciones públicas de salud de la ciudad de Antofagasta, un equipo conformado por ingenieros, académicos y estudiantes de la UCN construyó en tiempo récord un prototipo de escudos faciales para el personal del SAMU. Otro caso de rápidas implementaciones para enfrentar el COVID-19 es el modelo de túnel sanitizador creado por la Escuela de Arquitectura, cuyos expertos generaron un prototipo de fácil implementación que además incluye la sanitización del calzado, una relevante diferencia respecto de otros modelos similares. Este sistema, cocreado junto a empresas locales, podría ser utilizado al ingreso de faenas mineras y otros lugares de la región.

Estos ejemplos de la capacidad de coordinación de los diferentes actores de la comunidad universitaria muestran la capacidad de reacción frente a un ambiente adverso y diferente, demostrando el compromiso cierto a través del conocimiento para convertirnos en un aporte frente a las dificultades que hoy se nos presentan como sociedad. Desde nuestra institución siempre nos mantenemos atentos a los desafíos del territorio. Hace pocas semanas, fruto de un trabajo de años, obtuvimos una nueva patente de invención de una tecnología para la industria minera, consistente en una planta de concentración gravitacional de minerales portátil y amigable con el medio ambiente, que esperamos pueda convertirse en un gran aporte para las pequeñas faenas mineras del país. La invitación, en este sentido, es a seguir aportando con innovación para los sectores públicos, privados y comunidad; contribuyendo con cada una de las capacidades con las que contamos para responder a esta crisis que afecta a todos.

Trabajando de manera colaborativa y reconociendo lo que cada uno puede aportar y requerir, podremos salir adelante en estos diferentes y difíciles momentos. Desde nuestro rol como Universidad, el conocimiento amplio y disponible para todos seguirá siendo una de nuestras principales formas de aportar al desarrollo y bienestar de nuestra sociedad.