Antofagastinas varadas en Lisboa ya están en Chile cumpliendo cuarentena
TRAVESÍA. Ambas lograron retornar al país y estarán de vuelta en la capital regional el 15 de abril.
Fueron ocho días de angustia e incertidumbre que afortunadamente llegaron a su fin. Tras una serie de gestiones realizadas por sus familiares, las dos mujeres antofagastinas que se encontraban varadas desde el pasado 24 de marzo en Lisboa, Portugal, lograron retornar al país.
Así lo confirmó ayer a este Diario Bernarda Valenzuela (60) desde un hotel en Santiago al que fue derivada junto a su compañera de viaje, Mirtha Carvajal (74), para someterse a un periodo de cuarentena obligada tras arribar desde el extranjero.
Viaje
Las mujeres con residencia en Antofagasta habían viajado con destino a la capital lusitana el 14 de marzo para visitar el santuario de Fátima, a través de aerolíneas Latam Airlines, con fecha de regreso programada para el 24 de marzo.
Sin embargo, y debido a la contingencia por la pandemia del coronavirus, su vuelo fue reagendado por la compañía área quedando ambas varadas en Lisboa.
A partir de ahí sus familiares comenzaron a realizar gestiones, tanto con el consulado chileno como con la aerolínea, para conseguir un pronto retorno al país, siendo reasignado un nuevo vuelo con fecha 22 de abril, el que luego nuevamente fue aplazado para el 1 de mayo.
Bajo este escenario la situación se tornó crítica para las antofagastinas, ya que la mayor de ellas, Mirtha, sufre de hipotiroidismo, usa corset ortopédico por lesión lumbar y bastón por alteración por trombosis venosa profunda.
Además la adulta mayor contaba con un stock limitado de medicamentos para tratar sus patologías durante los 10 días que inicialmente duraría el viaje.
"El sentirse tan lejos de la familia fue lo más difícil. Sentía que nadie sabía que estábamos allí (en Lisboa) tan abandonadas. Que si le pasaba algún problema a Mirtha con su salud no teníamos a quien recurrir. Si bien estábamos comunicadas con nuestras familias, en caso de una emergencia ellos no podían hacer nada. Eso era lo que a mí más me angustiaba, no me dejaba dormir ni comer", enfatizó Bernarda.
Hoy ambas mujeres ya se encuentran en suelo nacional. Esto luego que la hija de Bernarda lograra gestionar dos pasajes de regreso con la compañía aérea.
"En un momento mi hija y yo estábamos al límite de nuestras fuerzas. Ella me decía 'mamita quiero que te vengas'. En un momento se nos había presentado la oportunidad de un pasaje de vuelta a Chile pero no podía dejar a mi amiga sola. En esa disyuntiva mi hija vuelve a llamar a la aerolínea para ver la posibilidad de un segundo pasaje y, afortunadamente, logró conseguir que nos incluyeran a las dos en el mismo vuelo", explicó Valenzuela.
Confinamiento
Ya en territorio chileno, las dos mujeres fueron trasladadas hasta un hotel (costo cero) ubicado en el centro de Santiago para cumplir con el periodo de cuarentena dispuesto por el gobierno chileno, debido al aumento en los casos de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus en Europa.
"Nos bajamos del avión y nos llevaron a un sector del aeropuerto donde personal del Ministerio de Salud nos tomó nuestro datos y nos dijeron que por venir desde el extranjero debíamos hacer cuarentena acá en Santiago y que seriamos trasladadas a un hotel donde se nos proporcionaría la alimentación mientras dure la estadía", explicó Bernarda.
Hasta ahora la antofagastina cuenta que ni ella ni su compañera de viaje han sido sometidas a exámenes médicos para detectar un posible contagio por COVID-19, pese a pertenecer al grupo de riesgo.
Solo en el caso de Mirtha le fue realizado un examen que requería debido a sus patologías existentes.
Las dos mujeres terminarán su periodo de aislamiento el próximo 15 de abril, para luego al día siguiente regresar a Antofagasta.
"Lo importante ahora es esperar a que finalice el periodo de cuarentena para poder regresar a Antofagasta para estar con nuestras familias nuevamente", enfatizó.
" Sentía que nadie sabía que estábamos allí (en Lisboa) tan abandonadas. Que si le pasaba algún problema a Mirtha con su salud no teníamos a quien recurrir".
Bernarda Valenzuela, Antofagastina