Joven de Mejillones herido por balín perdió la visión de un ojo
CASO. Michel Damián volvía de repartir un pedido de sushi cuando fue alcanzado por proyectil. Afirma que elementos fueron disparados por carabineros.
Pasadas las 11 de la noche del lunes, Michel Damián Hurtado (18) regresaba en bicicleta al local de sushi donde trabaja como delivery desde hace dos años.
Era su último pedido de una jornada que advertía totalmente distinta a la habitual parsimonia de Mejillones.
"Cuando iba a entregar el pedido se podía pedalear sin problemas, pero cuando venía de vuelta, el humo y las lacrimógenas era mucho y la única calle por donde podía regresar era la avenida", relata.
Y es que a esa hora, en la esquina de Andalicán con Riquelme -a dos cuadras de la Tenencia de Carabineros- se registraba una de las manifestaciones más violentas que recuerden en el puerto.
Gases lacrimógenos y barricadas, Fuerzas Especiales de Carabineros y manifestantes se confundían en el sector.
Justo al cruzar la esquina, el joven estudiante se encontró con un grupo de amigos.
Decidió parar a saludarlos.
"Carabineros me dijeron que pasara tranquilo, pero yo me frené porque me bajé a saludar a mis amigos, En eso estaba cuando llegó una camioneta negra con carabineros y comenzó a disparar perdigones", recuerda Michel.
Sin tiempo para reaccionar, ni para refugiarse, uno de esos proyectiles dio de lleno en su rostro.
El golpe y el dolor, afirma, fueron instantáneos.
"Mi primera reacción fue ir al hospital. En la bicicleta del sushi. Intenté, pero perdí el equilibrio", explica.
Conmocionado, con la vista nublada en su ojo izquierdo y la sangre en el rostro pudo llegar hasta la urgencia del hospital local gracias a la colaboración de amigos.
"Me levantaron del piso y otros se llevaron la bicicleta al sushi", cuenta. "Justo había un paramédico del hospital que me ayudó y me llevaron a la urgencia. Allá me vio el médico y después me trajeron en ambulancia a Antofagasta", relata.
Diagnóstico
Internado desde la noche del lunes en el Hospital Regional, Michel se encuentra estable, bajo observación del servicio de oftalmología.
El diagnóstico de su trauma ocular, sin embargo, parece lapidario.
Visiblemente afectada, Neidy Hurtado, su madre que al momento del hecho se empleaba como temporera en Copiapó, dice que "hoy pude hablar con el doctor y me explicó que el diagnóstico final es que él perdió la vista de un ojo. Le pregunté si había una posibilidad más adelante y me dijo que no. Es que el daño interno fue muy grande. El proyectil, prácticamente le partió en dos su ojo", precisó su madre.
Neidy vive hace tres años en Mejillones junto a sus cuatro hijos.
Llegó desde Santa Cruz, Bolivia en busca de una opción laboral al igual que cientos de migrantes que viven en el "Campamento Internacional" de Mejillones.
"No es suficiente con que nos den disculpas. A él le cortaron las alas con esto. Un niño que trabaja y estudia. En Mejillones todos nos conocen porque somos personas de esfuerzo. Necesitamos saber quién es el responsable de esto porque no puede quedar así. Necesitamos que alguien se haga responsable de este daño que le hicieron a mi familia", señala.
La familia afirmó que el Instituto de Derechos Humanos (INDH) ya conoce del caso y que esperan en las próximos días interponer una querella ante el Ministerio Público.
En tanto, Michel deberá esperar la evolución de una lesión irrecuperable.
"Me duele un poco, pero cuando me ponen los tranquilizantes me siento un poco mejor", dice Michel.
"Necesitamos que alguien se haga responsable de este daño que le hicieron a mi familia".
Neidy Hurtado, madre del joven herido