Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Clasificados
  • Clasificados
  • Servicios
  • Deportes
  • Espectáculos

Nada se crea, nada se destruye...

"Es prioritario fomentar el reciclaje de residuos orgánicos para reducir su envío a rellenos sanitarios".
E-mail Compartir

Nada se crea, nada se destruye, todo se transforma. Esta conocida frase, atribuida al químico francés Antoine de Lavoisier, forma parte del acervo cultural de la humanidad hace ya más de dos siglos. En otras palabras, hace más de dos siglos sabemos que lo que queda de los productos que utilizamos, los residuos o la basura, no desaparece por arte de magia, sino que se transforma y muchas veces en algo que daña nuestro entorno. Pero ese destino, no es inevitable.

En Chile hemos desplegado grandes esfuerzos para hacer frente a la emergencia en que nos ha puesto la proliferación de residuos causados por el consumo masivo, especialmente de productos de un solo uso. La ley de Responsabilidad Extendida del Productor, la eliminación de las bolsas plásticas y el Pacto Chileno por los Plásticos, entre otras iniciativas, intentan dan respuesta a los problemas causados por los plásticos.

Sin embargo, no ha ocurrido lo mismo con los residuos orgánicos, especialmente los de origen domiciliario. La mayoría de las personas no tienen conciencia clara de que los residuos orgánicos que van desde sus hogares a los rellenos sanitarios, son una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero.

Y ello porque el metano, uno de los seis gases regulados en el Acuerdo de París, tiene un efecto invernadero varias decenas de veces mayor que el dióxido de carbono. Por todo esto, es prioritario fomentar el reciclaje de residuos orgánicos para reducir el envío de estos residuos a vertederos o rellenos sanitarios.

El Ministerio de Medio Ambiente ya está abordando esta problemática a través del programa Reciclo Orgánicos, que apunta a implementar plantas de compostaje y biodigestores anaeróbicos en diferentes comunas del país.

Sin embargo, nada de esto será eficaz mientras todos nosotros no modifiquemos nuestros hábitos y participemos activamente en la gestión de los residuos orgánicos, a través del compostaje doméstico y otras acciones que contribuyan a reducir la basura orgánica y evitar que termine en un vertedero.

El compostaje permite un proceso de descomposición más eficiente y menos contaminante, al punto que -según estudios de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Chile- un kilo de basura orgánica en un compost produce 95% menos metano que en un vertedero.

Nada se crea, nada se destruye, todo se transforma. Transformemos nuestros residuos en una oportunidad para cuidar nuestro medio ambiente.

Giovanni Calderón Bassi

Director Ejecutivo Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático

10 años | 13 de febrero de 2010

Terremoto mata a mil personas en México

E-mail Compartir

Un fuerte terremoto destruyó casi por completo la madrugada de ayer la ciudad de Coustlán, en México. Según los primeros reportes, hay más de mil muertos y unos dos mil heridos.

Mientras tanto, en Santiago la compañía de teatro de Antonia Plana, estrena con gran éxito el drama "La marcha fúnebre".


Promueven sistema


para curar alcoholismo

El antofagastino Félix Díaz López se propuso crear en la ciudad una sede para tratar el alcoholismo. Díaz promueve un innovador sistema, el que asegura puede curar esta adicción.

La terapia se basa en una desintoxicación mediante pastillas de clorpromazina durante siete días. Asegura tener 95% de efectividad.


Van Nistelrooy marcó


dos goles en 90 segundos

El holandés Ruud Van Nistelrooy marcó dos goles en solo noventa segundos por el Hamburgo, equipo en que recaló durante el mercado de invierno en busca de minutos. El veterano jugador entró en el campo en el minuto 65, cuando su equipo empataba 1-1 en su visita al Stuttgart. Sus goles demostraron que el olfato no lo pierde.

Un ataque que pudo ser tragedia

El noche del lunes un tren en llamas circuló sin control por la zona más poblada de Antofagasta. Esto, debido a la acción irracional de encapuchados. Este nuevo hecho de violencia merece la más enérgica condena, pues pudo convertirse en una tragedia, de no mediar la fortuna y la acción valiente de Bomberos y extrabajadores ferroviarios.
E-mail Compartir

El ataque incendiario a una locomotora del FCAB que transportaba cátodos de cobre y estanques de ácido sulfúrico vacíos, ocurrido la noche del lunes, es un hecho que enciende las alertas sobre el actuar potencialmente criminal que está teniendo cierto grupo de violentistas en Antofagasta, el cual, aunque minoritario, aún no logra ser controlado por los encargados del orden público.

Esa noche un grupo de encapuchados en una acción que parece premeditada, abordó el convoy que viajaba en dirección a los patios del ferrocarril, y agredió al maquinista y a su acompañante, a quienes luego hicieron bajar, bajo amenaza de muerte.

Momentos más tarde, y tras intentar manipular sus controles, incendiaron una de las locomotoras, dejando que la pesada estructura y los carros que arrastraba se desplacen sin gobierno por la ciudad.

Son varios las circunstancias que asignan extrema gravedad a este atentado. Primero, ambos trabajadores ferroviarios fueron agredidos por los asaltantes (uno de ellos rociado con agua caliente), y junto con eso, se empleó un arma de fuego para intimidarlos, asunto que no se puede pasar por alto.

Pero además el ataque significó que por alrededor de 30 minutos un convoy compuesto por tres locomotoras (una de ellas en llamas), cinco carros cargados de cobre y 17 estanques vacíos, se desplace libremente por el radio urbano de la ciudad, atravesando cuatro cruces viales y recorriendo casi 2 kilómetros de línea férrea hasta detenerse en una zona de pendiente en calle Imilac.

Existe coincidencia plena en que este nuevo hecho de violencia pudo convertirse en una tragedia, de no mediar la fortuna y la acción valiente de Bomberos y extrabajadores ferroviarios, quienes contribuyeron a asegurar la máquina y extinguir el fuego.

Así, debe entenderse que la noche del lunes un grupo de encapuchados no sólo atentó contra los bienes de una empresa privada (el FCAB), sino también contra la seguridad de miles de personas, antofagastinos comunes, que viven cerca de la línea del tren, en una de las zonas más densamente pobladas.

Acciones como la narrada muestran que la irracionalidad gobierna a algunos, y confirma la necesidad de acciones más eficientes para detener una espiral de violencia que parece no conocer límites.