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Se rinde Taltal

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Desconocido parece ser este episodio en que Taltal se vio envuelto, durante la Revolución del 1891, que derrocó al presidente José Manuel Balmaceda, revuelta instigada por empresarios y congresistas, apoyados por el capital extranjero que sedujeron a la Armada, desatando una matanza que revistió caracteres de carnicería. Una negra página de la historia chilena, en la que Taltal también tocó lo suyo.

El 23 de enero de ese año, el "Huáscar" y el "Amazonas" llegaron a las aguas del puerto y amenazaron con bombardear la población, exigiendo el abandono del pueblo, para evitar daños mayores y señalar el hospital con una bandera blanca. El gobernador taltalino Marcos Solar informó al Intendente Enrique Villegas de los sucesos y se dispuso a defender la plaza con un destacamento de policía y una escasa dotación del "Buin". Pero ocurrió lo inesperado: tentada por promesas y por el ofrecimiento de dinero, la población de Taltal se puso del lado de los sublevados y hasta los policías se inclinaron hacia el bando rebelde. Se apoderaron del cuartel del "Buin" y mataron a cuatro soldados de caballería. El capitán Amador Balbontín resistió con sus escasas fuerzas y encaró a los traidores en un combate que tuvo como escenario las calles cercanas a la Plaza.

A las cinco de la tarde, la suerte de Taltal y su gente, estaba echada. Los soldados leales a Balmaceda tomaron rumbo a Antofagasta, siendo perseguidos desde el mar por el Huáscar. Llegaron a Paposo y siguieron hasta Caleta El Cobre, en medio de enormes penurias por la falta de víveres, agua y pertrechos. Aprovechando la oscuridad de la noche, les enviaron ayuda y cabalgaduras, reanudando la marcha por la costa. Llegaron el 26 de enero a Antofagasta, donde fueron recibidos entre vítores, por su lealtad y su valor.

Memorable: cuando el gobernador Marcos Solar informó que Taltal había caído en poder de los golpistas, el teniente Saavedra, leal a Balmaceda retrucó: "La plaza estará rendida, pero el Buin, no".

Jaime N. Alvarado García