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La desigualdad se redujo en el país, pero aumentó en Antofagasta en ocho años

SOCIEDAD Nuestra región tiene mejores indicadores que el país, pero hubo un deterioro en la década que termina.
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V. Toloza Jiménez

La desigualdad lleva años en el centro del debate nacional y mucho más desde el 18 de octubre. Lo interesante es que las cifras concretas tienden a romper con la subjetividad de las impresiones. El país ha reducido la desigualdad -que es alta, por cierto-, pero no la región. En Antofagasta, el fenómeno empeoró en los últimos años.

De ello dan cuenta los análisis realizados por el SIT Antofagasta, a base de los datos de las encuestas Casen 2009 y 2017.

En el período queda en evidencia que Antofagasta -que es menos desigual que el promedio país- perdió terreno en los últimos años y las razones son meramente especulativas, desde un menor dinamismo económico, el impacto del fin del "súper ciclo" de precios del cobre, la salida hacia otras regiones de trabajadores de altos ingresos y el arribo de inmigrantes en vulnerabilidad desde otras regiones y países en los años recientes.

Diferencia de ingresos

Chile es reconocido como el país más desigual de la OCDE. Los datos de la organización sostienen que el 1% más rico, concentra en torno al 25% de la riqueza. Pero no es solo eso: si sumamos la baja movilidad social (la posibilidad de que alguien de sectores bajos acceda a mejorar su condición económica), el asunto es doblemente complicado, apunta Dusan Paredes, decano de la Facultad de Economía y Administración UCN.

La desigualdad está medida con el coeficiente de Gini, que va de 0 a 1. Mientras más cerca de cero, hay mayor igualdad, y mientras más cerca de 1, mayor concentración de la riqueza. El país tenía un promedio de 0,5 en 2009, mientras la Región de Antofagasta, alcanzaba el 0,4. Ocho años más tarde, en 2017, el indicador nacional había mejorado levemente a 0,49, pero el de la región subió a 0,46, de acuerdo al análisis del SIT Antofagasta.

¿Qué significa eso?

Que en el país, los dos deciles más ricos concentran el 49,3% del ingreso, mientras los dos deciles más pobres suman el 5,6%.

El mismo ejercicio a nivel regional nos dice que los dos deciles más ricos de la región concentran el 42,9% de los ingresos, mientras los dos deciles más pobres, adquieren el 6% (ver infografía).

Pero Dusan Paredes es crítico de los resultados, toda vez que no reflejan el costo de vida local, que se sabe más caro que el resto de Chile; esto quiere decir que los niveles de pobreza podrían ser mayores. La Casen tampoco es aplicada en campamentos -añade el académico-, de modo que las cifras locales pueden ser peores.

El último libro del economista francés Thomas Piketty ("Capital e Ideología"), muestra una cuestión muy interesante, pues se aboca a indagar la desigualdad en la historia. El texto parte así: "Cada sociedad humana debe justificar sus desigualdades", es decir, da a entender que las naciones construyen narrativas para explicar el fenómeno, un sentido, ya que es una construcción cultural y no la consecuencia de la base productiva existente.

Si el autor súper ventas está en lo cierto, ello explicaría la relevancia del fenómeno de desigualdad, especialmente en estos días.

Paredes precisó que por ello, los países desarrollados ya dejaron atrás las mediciones de desigualdad de ingresos -que existirá siempre- y hablan de calidad de vida, es decir, posibilidades de acceso a bienes públicos, explicó.

Por eso, el asunto puede ser fundamental para entender el estallido. En opinión de Paredes, es esta desigualdad (la de oportunidades), la que verdaderamente irrita a la población, no la de ingreso. Si se instala la certeza que el resultado no será el mismo dependiendo de cuál sea el origen de la persona, eso tiene consecuencias en la salud, la educación y la justicia, en definitiva, en el reclamo de dignidad.

Ahondando en el punto, la literatura especializada sugiere que las desigualdades, las que sabemos son elevadas, se toleran si las percepciones sobre movilidad y meritocracia son razonablemente altas. Si aquello se derrumba, la desigualdad monetaria emerge como problema.

Según un estudio de la OCDE, Chile es el país perteneciente a esta organización que más redujo su desigualdad salarial en la última década. Otro estudio de la misma organización sostiene que Chile es el único de sus integrantes donde claramente se observa en este período que el acceso al trabajo aumenta la probabilidad de pertenecer a la clase media. Hay avances, entonces.

Qué pasó en la década

Pero hay otra cosa interesante. El aumento de la desigualdad en Antofagasta no se explica por un incremento de las condiciones de los sectores más ricos (realidad que sí es observable a nivel mundial).

Al tiempo, si Antofagasta tiene mejores indicadores que el país es por las industrias que aquí están instaladas.

A saber: la Encuesta Suplementaria de Ingresos ESI 2018, elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dio cuenta que el ingreso laboral promedio de la población nacional alcanzó los $573.964 mensuales. En Antofagasta ese indicador sube a $692.531.

Si hablamos de pobreza multidimensional (personas que sufren carencias en las dimensiones: educación, salud, trabajo, seguridad social, vivienda y nivel de vida en general), la cifra país llega a 20,7% y en Antofagasta a 16,4% (casi la mitad de La Araucanía), de acuerdo a la encuesta Casen 2017.

Y así puede continuarse con otros ejemplos, que solo confirman el positivo económico de una industria en particular: el cobre… Pero también una alta dependencia

Cristian Rodríguez, director del Instituto de Políticas Públicas de la UCN, estimó que los impactos negativos sufridos por este sector -el fin del súper ciclo de precios del cobre en los últimos años, es un fundamental del análisis.

"En la Región de Antofagasta el fin del súper ciclo del cobre eleva el coeficiente de Gini desde el piso de 0.40 que había alcanzado el 2009 a 0,46 el 2017. Las causas del aumento de la desigualdad post súper ciclo, responden a varios procesos que afectaron los ingresos de las personas, lo más importante sería el ajuste en materia de empleo y salarios que impacta a los sectores más pobres", detalló.

El boom comenzó el 16 de diciembre de 2003, cuando su precio alcanzó US$ 1 la libra por primera vez en seis años, desde el estallido de la crisis asiática. Después de casi tres años llegó a los US$ 2, al poco andar superó los US$ 3 y dos años después, en 2008, superó los US$ 4,0 por primera vez en su historia.

El nivel más alto fue conseguido el 14 de febrero de 2011, con US$ 4,60 la libra, pero en 2017 bajó de los US$2 y recién se recupera (US$2,8), tras el primer acuerdo entre EE.UU. y China.

La redistribución

Otro factor, son las políticas de redistribución de la riqueza, las que Patricio Manterola, académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la UCN, calificó de ser "bastante ineficaces en nuestro país".

"De hecho, antes de redistribución Chile tiene índices de desigualdad similares (y en algún caso mejores) a los de cualquier país europeo; después de las políticas de redistribución, Chile no mejora sustantivamente su desigualdad, mientras que otros países, sí y ahí es donde nos dejan atrás".

Lo anterior, los impuestos a la Renta, el IVA, entre otros, son algunos de los muchos factores que inciden en los resultados, apuntó el académico.

Un tercer factor puede ser el arribo de inmigrantes y el éxodo de trabajadores hacia otras regiones del país.

Unos 90 mil inmigrantes arribaron a la región en los últimos años y ese impacto es notorio, pero muy positivo.

Debe recordarse que los análisis del Censo realizado por el INE dieron cuenta de que Antofagasta es la que más habitantes perdió por migración interna (quienes se vinieron a vivir aquí, versus los que se fueron, en el plazo 2012- 2017).

Todo indica que ese segmento, fundamentalmente nacional, era de mayores ingresos, trabajadores de la minería, que han sido "reemplazados" por personas de más bajos ingresos, provenientes de otros sitios.

Sin los extranjeros, la región habría reducido su población.

Ese fenómeno también podría explicar el retroceso de la región en el indicador de Gini, detalle avalado por otro indicador: la capital regional fue la que incrementó su desigualdad desde 0,38%, en 2009 hasta 0,48%, en 2017, de acuerdo al análisis del SIT Antofagasta.

"La desigualdad de oportunidades es la que le molesta a la gente, mucho más que la de ingresos. Hay efectos en la salud, educación, Justicia".

Dusan Paredes, Decano Facea

"La gente con menor ingresos gana más que antes; aunque proporcionalmente gane una menor parte de los ingresos nacionales".

Pablo Manterola, Académico UCN

0,46 es el coeficiente Gini de la Región de Antofagasta (2017); tuvo un 0,40 en 2009. Mientras en el país alcanza al 0,49 (2019).

ENTREVISTA. cRISTIAN rODRÍGUEZ, director IPP:

"El Estado tiene un rol fundamental"

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La desigualdad baja lentamente, pero la percepción parece ir en contra. Cristian Rodríguez, director del Instituto de Políticas Públicas ahondó en el asunto.

¿Cómo podría calificarse la objetiva disminución de la desigualdad que ha conseguido el país en los últimos años? ¿Pobre, insuficiente o es una cuestión tan compleja y lenta de resolver?

- Entre el año 2000- 2017 la desigualdad por ingresos medidos por el coeficiente de Gini ha venido experimentado un importante descenso en Chile: desde el 0,57 del año 2000 al 0,49, el 2017. Sin embargo, este descenso en la desigualdad debe ser contextualizado, puesto que el país sigue presentando altos niveles de desigualdad si se le compara con los países desarrollados. Chile, sigue siendo el país más desigual en el ranking de los países de la OCDE, los cuales presentan en promedio un coeficiente de Gini de 0,35-0,30.

Las causas generales de la disminución de la desigualdad, se han debido al incremento de los ingresos de los hogares más pobres, sumado a un aumento de las transferencias condicionadas durante el período.

¿Por qué la gente percibe que la desigualdad aumenta?

- Dos serían los factores que aumentan la percepción de aumento de la desigualdad en la población. En primer lugar, un creciente aumento de la auto percepción de ocupar una posición inferior en la escala social, lo cual determina una imagen de un mayor nivel de desigualdad. En segundo lugar, las percepciones sobre la situación económica tienen un efecto en la percepción de desigualdad, un aumento de la evaluación negativa de la economía aumenta la imagen de desigualdad. En el último tiempo, el aumento creciente de ambas percepciones en segmentos importantes de la población determina que la desigualdad se haya tomado la agenda pública en el país y en la Región de Antofagasta en los últimos meses.

¿El aumento de la desigualdad a nivel local es un efecto del fin del súper ciclo del cobre?

- Fue un efecto, que indirectamente golpeó el empleo y los salarios de aquellas personas que laboraban en la cadena productiva regional de bienes y servicios, basta recorrer los indicadores de desempleo del INE de aquellos años para constatar el efecto del ajuste. Un fenómeno, que afectó particularmente a la comuna de Antofagasta, que exhibe un salto importante en la desigualdad desde el coeficiente de 0,40 del año 2009 al 0,46 el año 2017.

¿Podría la inmigración explicar parte del fenómeno?

- El rápido aumento de una población precarizada, en términos de empleo e ingresos debió debe estar contribuyendo en el salto del coeficiente de desigualdad regional.

¿Qué rol tiene el Estado y sus subsidios en los deciles más pobres?

- Muy importante, en la disminución de la desigualdad es el papel de las transferencias monetarias o subsidios sociales desde el Estado a los sectores de menores ingresos, sin embargo su alcance sigue siendo limitado.

"Entre el año 2000- 2017 la desigualdad por ingresos medidos por el coeficiente de Gini ha venido experimentado un importante descenso en Chile".