PSU I
Se tomaron mi sede de rendición y luego la sede que me acogió para dar la PSU. Lloré y corrí buscando maneras de rendir la prueba pero todas las sedes estaban bajo ataque. Una sensación que no le deseo a ningún joven es la incertidumbre que su futuro les depara gracias a la violencia efectuada por minorías.
La libertad de estudiar no se respeta ni protege. No hay cómo.
Los que están en contra del sistema, teniendo la opción de no dar la prueba, deciden destruir nuestros colegios. Los que quieren seguir el proceso, no estan permitidos de rendirla porque las sedes están destruidas. Se circula en RRSS a los violentos como "salvadores" y a los que solo quieren estudiar para crear un mejor país como "egoistas".
Sufro por el futuro de mi Chile, que se autodestruye y me deja de manos cruzadas ante la violencia desmedida de minorias que no viven ni dejan vivir.
Mariana Burgos
PSU II
La violencia ha sido validada, ahora en particular por omisión, como método de acción política. Es suficiente con buscar alguna condena enérgica, clara y determinante a lo ocurrido con la PSU en el Frente Amplio y el PC, para darse cuenta de ello. Es una izquierda silente, muda por convicción en respaldar este tipo de manifestaciones políticas. Inclusive, el mutismo ante la violencia ha contagiado a actores de la Nueva Mayoría, como la ex Ministra de Educación, Yasna Provoste.
No hay peor señal de nuestros líderes políticos que el silencio cómplice ante este tipo de actos, que han puesto en jaque la vigencia del respeto a la ley, los derechos de terceros y en última instancia al Estado de Derecho en su conjunto. Así las cosas, queda por tanto la tarea de encauzar el rechazo a la relativización del respeto a la ley y el rechazo a la violencia como acción política. Esa será la tarea y desafío para los demócratas.
José Luis Trevia
Médicos
Cuando será el día en que los médicos antofagastinos respeten los horarios. Son un desastre.
P. H. G.
Democracia y DD.HH.
Luego de esta crisis llamada social, deberíamos rescatar e internalizar por lo menos dos importantes conclusiones que corresponden en ambos casos a una pérdida grave de legitimidad, tanto de la Democracia como de los DD.HH., como están planteados en nuestro país.
La primera, que termina validando el uso de la violencia para conseguir o poner en el tapete objetivos por loables que ellos sean; pues corroe su esencia. La segunda mostrando groseramente una utilización parcial y antojadiza del concepto derechos, que lejos de aportar a la paz social más parecería agitarla.
En ambos casos ha quedado de manifiesto la inmadurez en la aplicación de los conceptos en nuestra nación y/o la falta de universalidad y transversalidad especialmente de los DD.HH.; los cuales también deberían aplicarse con más equidad y por el bien de las mayorías, incluir la condena en forma tajante y sin ambigüedades, a cualquier activista o grupo que incite, promueva o justifique la violencia entre los seres humanos o se transformará para muchos como tantos lo aprecian hoy en nuestro país, en un tongo o circo inventado para uso y satisfacción de grupos con oscuras intenciones.
José Manuel Caerols Silva
Plebiscito
El Servel solicitó la suma aproximada de 30 mil millones de pesos para efectuar el plebiscito constitucional del 26 de abril próximo.
A primera vista resulta una cantidad estratosférica, de aquellas, pero si usted la divide por la cantidad aproximada de personas que podrían votar, digamos cifras más, cifras menos, unos 15 millones de electores, resulta que cada voto tiene un valor aproximado de $ 2.000..., vaya la aclaración para quienes critican los cálculos del Servel.
Pero lo más importante, lo que nunca deberíamos perder de vista, es que el gasto de esta mega millonaria cifra tenga los frutos esperados, esto es, el despejar de una vez, si los chilenos quieren o no quieren una nueva Constitución, y que sea cual sea el resultado, este sea aceptado por todos, y a seguir trabajando por Chile, porque si siguen los destrozos a lo largo de todo Chile, en los niveles por todos conocidos, la cantidad de pesos solicitada por el Servel para hacer el plebiscito del 26 de abril próximo, parecerá una simple "bicoca" frente a lo que se necesitará para cuando quieran reconstruir Chile y dejarlo mejor de cómo estaba antes del 18 de octubre del pasado año.
¿Cuentas y votaciones claras, con balances y resultados muy claros, certificados, y debidamente aceptados por todos , respectivamente, conservan (rán) la amistad?
Luis Enrique Soler Milla