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Ecóloga forestal ayuda con colección de Barbies científicas

APUESTA. Antes de que Mattel se decidera a crear esta línea, Nalini Nadkarni comenzó a rediseñar estas icónicas muñecas.
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Cuando Nalini Nadkarni era niña, regresaba a casa corriendo de la escuela, trepaba uno de los ocho árboles de maple en el jardín y pasaba la tarde ahí con una manzana y un libro.

Esos momentos entre las ramas marcaron el resto de su vida: ahora es ecóloga de bosques de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, y ha dedicado su carrera a estudiar los árboles de las selvas.

También ha buscado formas de hacer que la gente se interese en la ciencia, desde moda hecha con imágenes naturales, hasta conferencias científicas en la prisión estatal.

"Durante años he intentado compartir la ciencia que hago y comprendo con personas afuera de la academia", dijo.

El comienzo

Por sus recuerdos de niñez está particularmente interesada en llegar a los niños. Cuando su hija de 6 años le pidió una Barbie, Nadkarni decidió rediseñar a las icónicas muñecas como científicas exploradoras con botas de goma en lugar de tacones.

"A muchas niñas, y algunos niños, les encanta Barbie", dijo Nadkarni. "Es casi inspirador, quieren ser Barbie".

Eso fue hace como 15 años. Nadkarni dijo que el productor de la muñeca, Mattel, no estaba interesado en la idea, así que decidió ella misma rehacer las muñecas con materiales que juntó.

Visitó tiendas de segunda y la tienda en línea eBay en busca de Barbies y obtuvo ayuda de costureras voluntarias. Llamó a su creación "Treetop Barbie" (Barbie en ramas altas) y comenzó a venderlas a costo en su sitio web.

El año pasado, Mattel comenzó a trabajar con National Geographic para crear una nueva línea de Barbies científicas. Nadkarni tiene una relación de mucho tiempo con National Geographic, así que cuando la organización científica la contactó, rápidamente accedió.

Nadkarni se unió al grupo de científicas que aconsejaban a Mattel mientras hacía una colección de muñecas entre las que hay una bióloga marina, astrofísica, fotoperiodista, conservacionista y entomóloga.

6 Cuando su hija de 6 años le pidió una Barbie, Nadkarni decidió rediseñar a las icónicas muñecas.

Microplásticos, la diminuta presencia que invade las playas del Caribe mexicano

INVESTIGACIÓN. Aunque su origen también tiene relación con actividades recreativas y pesqueras, el 80% de los residuos proviene de actividades terrestres. Greenpeace evidenció en octubre pasado la presencia de este material en peces.
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Ricardo Hernández Ruiz

Incontables y milimétricos trozos de botella, etiquetas y bolsas de plástico degradan la ecología del Caribe Mexicano al enquistarse en los corales y llenar los estómagos de los peces, aseguran especialistas.

Presentes en aguas y sedimentos marinos estos microplásticos de menos de 5 milímetros son casi imposibles de extraer, recolectar o eliminar, por lo que permanecerán en el océano por décadas hasta desintegrarse, advierte Alethia Vázquez Morillas, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Monitoreo

La UNAM y organizaciones como Manta Caribbean Project y Greenpeace, cada una por separado, monitorean a estos diminutos plásticos en nueve playas del estado mexicano de Quintana Roo y en todas las muestras hallan la presencia de estos pequeños invasores.

Tras dos años y medio de investigación, Vázquez pudo registrar la presencia de microplásticos en los sedimentos de las playas de Holbox, Playa del Carmen y Mahahual.

"Se encuentran de todo tipo, pero por supuesto los que más se ven son los que se usan en embalaje; serían plásticos asociados a botellas, pet, poliestireno, polipropileno, poliestireno expandido", dijo a Efe.

En la zona turística de Holbox se hallaron 200 microplásticos por metro cúbico; en Playa del Carmen -más concurrida- los resultados preliminares arrojaron una concentración dos veces mayor que en Holbox, explica.

En Mahahual también hallaron contaminantes, pero aún no hay cifras confiables, pues todavía no se termina la fase de análisis, explicó.

Vázquez resaltó que en Holbox hallaron residuos llegados de otros países de América y otros continentes como el asiático, los cuales han arribado por las corrientes marinas o porque son arrojados al mar por usuarios de cruceros o de embarcaciones menores.

El 80% proviene de actividades terrestres y no sólo son las actividades de playa, sino de ciudades cercanas a la costa, debido al mal manejo de residuos, aunque también provienen de actividades recreativas y pesqueras, comenta.

Hasta ahora, insiste, no se han hallado soluciones viables para la extracción de microplásticos de los mares. "El problema de los microplásticos es que, a veces, son tan diminutos que no son visibles a simple vista".

Agrega que se encuentran dispersos por el fondo marino por lo que es casi imposible pensar en una solución de limpieza. Las medidas que se pueden tomar son para que ya no siga incrementándose el problema.

Muestras

Manta Caribbean Project se ha enfocado en tomar muestras no en el fondo marino, sino en el propio cuerpo de agua, mediante una red de arrastre amarrada a una embarcación que corre a tres nudos durante algunos metros y atrapa los residuos, cuenta a Efe Laura Fuentes, directora de la organización.

Durante tres años consecutivos han tomado muestras en Yum Balam, dentro de la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano, el Parque Nacional Isla Contoy, la Reserva de la Biósfera del Tiburón Ballena y este año sumaron al Parque Nacional Arrecifes de Cozumel.

En tan sólo tres arrastres, la organización capturó 96 diminutos fragmentos plásticos: 66 fibras, 11 fragmentos genéricos y 19 fragmentos de pinturas.

Greenpeace evidenció en octubre la presencia de microplásticos en los estómagos de peces en Puerto Morelos. De 218 estómagos de 16 especies de importancia comercial, 133 individuos (61 %) tenían poliéster, etileno, vinil, acetato, nailon, polietileno, polipropileno y celofán.

Una amenaza para los corales

Los microplásticos no sólo son una amenaza para peces y humanos que los consumen, sino también para los corales, que toman a los microplásticos como agentes alimenticios. Un estudio reciente de Joseah Lamb, investigadora de la Universidad de California, concluyó que la probabilidad de que un coral enferme aumenta de 4% al 89% cuando hay plásticos en el ambiente o cuando se adhieren a estos animales. Actualmente, los corales de Quintana Roo padecen una rara y letal enfermedad denominada síndrome blanco. En menos de nueve meses ha matado a más corales que en los últimos 40 años. "No sabemos bien cómo los va a afectar; lo que sí sabemos es que no les hace bien por ser un agente externo", dice Eric Jordán, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM.

200 microplásticos por metro cúbico se hallaron en la zona turística de Holbox. En Playa del Carmen la concentración fue del doble.