Agencias
Las autoridades de Australia ordenaron la noche del uno de enero la evacuación de miles de personas a causa de los incendios forestales en el sureste del país, ante la amenaza de que se agraven en estos días por las temperaturas de sobre 40 grados que están pronosticadas.
Las personas disponían de 48 horas para abandonar las zonas turísticas de la costa sudeste del país, antes de la llegada mañana de una nueva ola de calor que avivará la progresión de los incendios. El servicio de bomberos de Nueva Gales del Sur pidió a los turistas que abandonen dos áreas costeras de unos 300 kilómetros de largo desde la ciudad de Nowra (unos 200 kilómetros al sur de Siydney) hacia el sur y el estado de Victoria.
En el estado de Nueva Gales del Sur, donde al menos tres millones de hectáreas han sido consumidas por los incendios desde septiembre, se declaró nuevamente el estado de emergencia, porque además de las altas temperaturas espera fuertes vientos en la costa meridional.
La medida permitirá a los bomberos de Nueva Gales del Sur hacer evacuaciones forzosas ante el avance de los fuegos, que han destruido más de 1.300 viviendas, 400 de ellas arrasadas durante los últimos días en el sureste del país. "La prioridad hoy es combatir el fuego y evacuar a la población para ponerla a salvo. Lo que es absolutamente importante es que sigamos realizando en estas tareas tan importantes", dijo el primer ministro australiano, Scott Morrison, mientras visitaba algunas de las zonas afectadas por los incendios.
En la localidad costera de Mallacoota, donde están atrapados unos mil lugareños y otros tres mil turistas, se ultimaban los preparativos para que un buque de la Armada se hiciera cargo de la primera de varias evacuaciones masivas a partir de hoy, anunció el jefe de Gobierno del estado de Victoria, Daniel Andrews. Solo unas cuantas personas ancianas o enfermas serían evacuadas por aire de Mallacoota, donde el humo y las condiciones meteorológicas han impedido la operación de helicópteros.
Tragedia ecológica
Desde el inicio de los incendios han muerto 16 personas (8 de ellas esta semana) y 17 están desaparecidas, pero la catástrofe también es ecológica. Según la Universidad de Sydney, se han perdido al menos 480 millones de aves, mamíferos y reptiles y es posible que algunas especies sufran la "extinción funcional", como el caso de los koalas.
Ayer, un descenso de las temperaturas facilitó las condiciones para la evacuación, por lo que miles de personas tomaron las carreteras para intentar escapar de la costa sureste, pero esas condiciones son fugaces y se espera que empeoren en los próximos días. El éxodo masivo ha congestionado las carreteras y ha causado una gran demanda de comida y combustible en la zona.
Los incendios también han afectado a la vecina Nueva Zelanda, a miles de kilómetros de distancia. Las cenizas tiñeron de color humo glaciares blancos. Incluso el servicio meteorológico reportó que el humo que viajó por el mar de Tasmania "es claramente visible".