Jonathan Villella Coyán
Janet Aguirre (55), es esposa del conductor Rolando Díaz (61), quien el 27 de noviembre, cuando salía de la garita de la línea 104, fue -según el testimonio que alcanzó a transmitir a sus compañeros antes de sufrir tres ataques al corazón-, abordado por un grupo de sujetos encapuchados quienes apedrearon su máquina.
Los ataques al corazón que sufrió -después de escapar del ataque- lo tienen internado en la UCI del Hospital Regional de Antofagasta. Según su esposa, el pronóstico no es muy alentador (el Hospital ha informado que no puede dar información sobre el estado de salud del paciente debido a que hay una causa en Fiscalía).
¿Cómo se encuentra su marido?
-Él sigue estando grave. El domingo el médico cardiólogo nos confirmó que era muerte cerebral. Sin embargo, hay gente que lo ha visto y ha visto que él abre sus ojos y su boca, pero no se comunica. Eso es algo que quiero aclarar en los medios, ya que hoy están diciendo que no es muerte cerebral, y ese es el diagnóstico que nosotros manejamos. El mismo cardiólogo fue quien nos dijo que Rolando tenía muerte cerebral, con otras palabras, más técnicas, que no recuerdo ahora.
Usted dice que el abre sus ojos, y su boca ¿Ha logrado comunicarse?
-No, él abre sus ojos, pero no nos ve. Yo lo puedo estar mirando, pero él no me mira. Lo mismo con su boca, la abre, pero no dice nada, no emite sonidos. Creemos que eso puede ser una especie de reflejo.
¿Qué ha significado para usted ver a su marido en este estado?
-Es algo muy fuerte. Cada día hay cosas distintas y uno tiene que lidiar con eso, pero yo tengo mucha fe en Dios, en la fortaleza que nos da, sé que Dios me va a sacar de esto, junto con él.
Ataque
¿Hay alguna grabación, alguna pista respecto del ataque que sufrió su marido?
-Nada, no hemos conseguido nada hasta el momento. No tenemos ningún registro, ningún video de seguridad que muestre a los jóvenes que lo estaban atacando.
¿Qué le dicen en la línea 104, donde trabajaba su marido , respecto de lo que pasó?
-Ellos hicieron un aporte para nuestra familia. El dueño de la línea fue a ver a mi esposo, estuvo con él, lo vio y también vio sus movimientos y por lo mismo la gente lo pone en duda, pero si el médico nos confirmó eso… no creo que se estén equivocando, pese a que espero en el Señor, que mi marido se mejore, porque si hay alguien que puede lograr ese tipo de cosas, es el Señor.
¿Cómo planean formalizar su denuncia, su lucha por justicia, si aún no consiguen ninguna evidencia o pista de quienes son sus agresores?
-No lo sé. Por el momento estamos haciendo bulla, alguien nos tiene que escuchar. No por mí, por Rolando. Ojalá Dios quiera que mi marido tenga justicia. Yo no les deseo mal a esos jóvenes, pero sí pienso que deben estar en la cárcel. Mi esposo no merecía quedar así.
¿Cómo describiría a su marido, cómo era él antes de este accidente?
-Especial. Le gustaba compartir, era muy amoroso, muy buen papá. Tenía una especie de chispa, le gustaba reir con todo el mundo, chicha fresca como se dice. En la oficina lo conocían por eso, ya que tenía una chispa innata, muy propia de él. Buen trabajador, buen conductor… le gustaba la buena mesa.
¿Qué es lo que espera que pase en esta situación? Es un diagnóstico complejo…
-Lo que quiero es que se mejore y pueda volver con su familia.
"Alguien nos tiene que escuchar. No por mí, por Rolando. Ojalá Dios quiera que mi marido tenga justicia".