Desde el "Estado ausente" al clasismo, dos miradas a la crisis social en el país
CONVERSATORIO. Invitados abordaron el origen y desafíos de los reclamos ciudadanos.
Felipe Berríos, sacerdote jesuita:
El Padre Felipe Berríos comparó en varios aspectos la situación de Chile con la observada en algunos países donde misionó, sobre todo de África, y lo hizo para graficar que el escenario nacional, aunque desigual en muchos aspectos, está lejos de ser el de aquellas naciones.
Berríos planteó que el estallido que enfrenta el país es producto también de cómo fue abordado el proceso de transición desde la dictadura a la democracia. Si bien considera que esta etapa fue "ejemplar", reconoce que tuvo debilidades, cuyas consecuencias pueden verse hoy. Esto, porque muchos temas se dejaron de abordar, sobre todo los políticos para que no se generaran discusiones. Dentro de ellos, la privatización de las empresas públicas o los casos de detenidos desaparecidos.
"Fuimos cayendo en una especie de ambigüedad, en una sopa amoral. Y fuimos corriendo el límite de a poco. A la injusticia le empezamos a llamar inequidad, a los mendigos, personas en situación de calle", declaró.
Esto, agregó el sacerdote, generó que se fueran aceptando ciertas cosas, y que los valores quedaran en segundo plano, lo que abrió espacio para la corrupción.
"Este es un problema de un país tremendamente desigual. No hay corrupción más grande en Chile que un 50% de sus habitantes ganen menos de $400 mil. Sabemos que alguien no puede vivir con eso. Entonces, estamos empujando a esa gente a endeudarse o al robo", indicó ayer en el conversatorio.
Berríos destacó la necesidad de que también exista equidad en términos culturales. "Creo que lo que está reclamando la gente no solamente es una cuestión económica, sino que de trato distinto. Necesitamos más cultura, arte, teatro, leer, ver las estrellas. Somos más ricos como país, pero nos hemos empobrecido humanamente", declaró.
El sacerdote agregó que esta pobreza cultural trae como consecuencia el clasismo, la falta de respeto o el racismo. También apuntó al cambio generacional, asegurando que una gran parte de la juventud actual quiere otra forma de vivir.
Sobre la crisis política, enfatiza que los políticos son un espejo de lo que es la sociedad chilena actual. Por eso, enfatiza en la necesidad de que todos participen en las mejoras que requiere el país.
Berríos destaca que Chile ha logrado avanzar y crecer en muchos aspectos, mencionando, por ejemplo, la reducción de la pobreza. También asegura que la sociedad no está "podrida", sino que tiene "cosas podridas".
"Soy optimista, yo trato de no caer en las etiquetas. Insisto, sin política, nos vamos a la cresta, y los políticos son un espejo de lo que somos los chilenos", puntualizó.
"Lo que la gente reclama no es solo una cuestión económica"
La crisis social que enfrenta el país desde el pasado 18 de octubre, su origen, síntomas y los desafíos que impone a la sociedad, fue el tema abordado ayer en un conversatorio organizado por El Mercurio de Antofagasta.
En la actividad, realizada en el auditorio de este Medio, participaron el sacerdote jesuita Felipe Berríos, y el sociólogo César Trabucco. La charla fue moderada por el director de este Diario, Víctor Toloza.
Durante la conversación, los exponentes abordaron las posibles causas que generaron el actual estallido social.
Ambos coinciden en que la desigualdad es uno de los factores que fue generando el descontento, el cual se arrastra por años y está relacionado con el modelo económico y político de Chile, pero también con un cambio generacional y ciertas deudas del pasado.
El padre Felipe Berríos indicó que esta crisis no solo responde a una demanda económica, sino que también a una brecha en el ámbito cultural, lo que también debe ser resuelto. También cree que la situación que vive el país, se debe a una crisis moral, que abrió espacio para la corrupción.
En tanto, el sociólogo César Trabucco destacó que a partir de esta crisis se abre una gran oportunidad de resolver las demandas sociales pendientes.
En este sentido, enfatizó en la importancia que tendrá el proceso constituyente, cuya responsabilidad recaerá en la propia comunidad.
El padre Berríos también es optimista, pues cree que el país, pese a sus inequidades, ha sumado avances innegables en superación de pobreza y otros parámetros, y al respecto enfatiza en el concepto de "corregir", más que destruir. "Tenemos un buen país", resumió.
"Fuimos cayendo en una especie de ambigüedad, en una sopa amoral. Y corriendo el límite de a poco, a la injusticia le empezamos a llamar inequidad".
César Trabucco, sociólogo:
"En esta crisis tenemos tremendas oportunidades"
"Este modelo es el que más crea riqueza, pero la concentra tanto en unos pocos que es absolutamente ineficiente en términos de igualdad. O sea, no es capaz de crear igualdad".
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