Alejandro Ahumada R.
E n un pequeño carro tirado a mano, una tradición de la comunidad taltalina, fue despedida la alumna de Nutrición y Dietética de la Universidad de Antofagasta, Lesly Arredondo.
La joven estudiante fue acompañada por una gran -y silenciosa- columna de amigos, estudiantes y taltalinos que caminaron por la calles del centro de la ciudad hasta el cementerio general para brindar la última despedida a la joven estudiante.
Lesly fue la primera - de las 9 víctimas del puerto salitrero- en ser despedida por una comunidad profundamente afectada por la tragedia en la cuesta Paposo, que costó la vida a 21 personas.
Parte Alta
El sector de Altamira y Circunvalación -en la parte alta de la ciudad de Taltal- guarda un triste registro; 8 las 21 víctimas del accidente fatal de la cuesta Paposo, vivían allí. Obreros, dueñas de casa, trabajadores de la minería, niñas y adolescentes, todos ellos vivían en una de las urbanizaciones que se encuentran en el límite de la ciudad.
Globos negros y blancos adornan gran parte de los frontis de las viviendas de una localidad duramente golpeada por el acontecimiento, y que desde hace tres días vive un duelo que -de un modo u otro- afectó a toda una comunidad que ayer comenzó a despedir a sus deudos.
La noche del martes, cientos de taltalinos se agruparon en las cercanías de la "Tierra del Moro" para recibir uno a uno los cuerpos de las 9 víctimas que residían en Taltal.
María, Diego y Antonella
Cerca de las 3 de la mañana, la última en llegar fue la caravana de familiares que trajo a María Teresa Castillo Mora (23), quien falleció en compañía de su esposo Diego García (21) y su pequeña hija Antonella (4).
Fuera de la vivienda donde vivía la joven pareja, se congregó un gran número de trabajadoras que cuidan las áreas verdes de la comuna. Son excompañeras de trabajo de Diego.
La pena de los familiares, se mezcló con la rabia por lo que -estiman- es el poco apoyo por parte de la empresa Turbus y la falta de empatía a la hora de facilitar el traslado de los cuerpos desde Antofagasta.
"Fue increíble. Esperamos muchas horas y nadie nos explicaba nada. Nos dijeron que no estaban todos los permisos, pero no era cierto, no había chofer para el traslado y tampoco un vehículo. Nos quedamos en panne y tuvimos que pasar a cargar combustible a una bencinera con el cuerpo de mi hija y mi nieta dentro de un furgón, porque ni siquiera era una carroza funeraria", señaló Raúl Castillo, padre de María Teresa.
María y Diego habían viajado con su hija para adelantar las compras navideñas. Quisieron ir por el día, y al igual que muchos taltalinos, ocuparon una de las tres líneas de buses interurbanos que cubre el trayecto entre Antofagasta y Taltal.
"Nosotros casi no tenemos otra opción para viajar hacia Antofagasta. Ahora llegaron dos líneas más, pero siempre terminan echándolos porque no pueden competir con los precios. Para todas las familias de Taltal es terrible lo que pasó. Le discutí a los gerentes que cómo dejaban a un chofer nuevo a cargo de esa ruta. El servicio es pésimo y casi no contamos con alternativas", comentó Juana Polanco, bisabuela de Antonella.
La familia de Lesly
Familiares y amigos esperaban en la afueras de la vivienda de Lesly Berríos, quien murió en el accidente junto a sus dos hijos. Patricia, su tía, reconoce la emoción que produjo entre su familia la noche de recepción del martes, cuando cientos de personas salieron a recibir con velas y globos los restos de Lesly y sus hijos.
Al igual que el resto de los familiares, Patricia comparte la rabia y afirma que las consecuencias del accidente dejan al descubierto el aislamiento y las dificultades históricas de transporte público de Taltal.
"Nuestro pueblo no tiene ninguna posibilidad de tener una alternativa de transporte interurbano. Simplemente no se puede competir. La gente de más recursos va y viene en sus propios autos, pero el resto no tiene opción. Si hubiera una posibilidad de una empresa chica de competir con un gigante como Turbus, ya la habría, pero no se puede. Al final esto es consecuencia de lo que es Chile. De la inequidad en que vive nuestro país", indicó.
Julio y sus hijas
Cuatro hijas dejó tras su muerte Julio Acevedo. Pasar el fin de semana con una de ellas -Belén, estudiante de ingeniería en minas- fue el motivo por el cual viajó hasta Antofagasta junto a su mujer.
"Decidió volver antes para poder subir tranquilo a su trabajo", afirma Belén.
"Mi papá era un hombre responsable. Llevaba 10 años trabajando en las minas del sector Montecristo", comenta.
La caravana que lo trajo de regreso a Taltal pasó por las afueras de la Mina "La Abundancia". En ese momento, Julio fue despedido por sus compañeros del trabajo. Hoy sus hijas y familia solo esperan poder despedirlo entre sus seres queridos.
"Mi amigo era un hombre luchador. No se merecía esto. Esperamos que llegue su madre mañana para despedirle. Ha sido una tragedia inmensa para nuestra familia" comenta José Cáceres, quien viajó desde Salamanca para acompañar a su amigo.
21 personas fallecieron en el accidente de tránsito ocurrido la noche del domingo en la Cuesta Paposo y que enluta a la comunidad de Taltal, de donde eran gran parte de las víctimas.
22.45 horas se produjo el accidente en la ruta B-710, kilómetro tres, de la Quebrada de Paposo. En ese mismo lugar se han producido numerosos accidentes.
22 años tenía Lesly Arredondo, la estudiante de kinesiología que falleció en el accidente de la Cuesta Paposo. Se encontraba en el último año de su carrera universitaria.