El maleficio mortal del espejismo
El rutilante espejismo persigue al hombre como un espectáculo. Cree el vulgo que el espejismo es un desvarío, un trastorno mental, el signo inequívoco de la locura de los cateadores atormentados por la sed, que se extraviaron en el desierto. Y no es así. El espejismo asoma en los atardeceres como una obra pictórica colgada del espacio, nítida, hermosa. Ríos, árboles, animales, casas, extrañas casas con ventanales resplandecientes están ahí. Minaretes árabes, barcas, véspero juguetón. Ondula el ramaje. Los animales ramonean cerca del agua plateada. ¡Qué colorido! ¡Qué placidez! ¡Qué tranquilidad bucólica!
El pampino sonríe. No lo engañará la visión. ¡Bah! Si tiene fresco el cerebro y los pies bien sentados en tierra firme. Y ese espejismo mata con frecuencia. Es cuando los cateadores que iban tras un entierro o un yacimiento minero son desorientados por la puna. El soroche los ha enredado insensiblemente en sus llamas de angustia. Una mano pesada y cruel les oprime pesadamente las gargantas. El baqueano se estremece.
-¿Volvamos? - sugiere.
-Si, volvamos - responden ansiosos.
Pero ya es tarde. El calor aprieta y el cansancio agota. Jadeantes, sudorosos, ven correr el disco del sol. Se apaga la lámpara del crepúsculo y viene la noche fría, opaca, de camanchacas espesas. Y ya están los hombres sintiendo los calofríos febriles. Uno o dos días más, el espejismo rematará su faena. En el clamor de la desesperación, colgará su cuadro sobre los lomajes y los arrieros no advertirán el maleficio. Irán tras él, esperanzados y alegres, hasta el instante final.
En la pampa los montones de revueltas osamentas son el mudo testimonio son el mudo testimonio de la tragedia. Las vértebras se desparraman como dados que el viento pule y las arenas cubren y descubren
Con amorosa solicitud. Los esqueletos de las cabalgaduras fingen delicadas y blancas armazones de faluchos.
No todos fracasan. Muchos triunfan. Son los que contaron y contarán después los pormenores de la homérica aventura.
Nota de redacción. Tomado de "Selección de autores y temas de la II Región", de Sergio Gaytán, 1996.
Luis González Zenteno (1910-1960), escritor iquiqueño.