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Cómo podremos reconstruirnos…

"Lo que hemos tejido como sociedad ha caducado, nos corresponde un nuevo tejido social para hoy y mañana". Pedro Aranda Astudillo, Académico
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"Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo" Papa Francisco, Laudato si.

Nos sanamos de las enfermedades cuando las reconocemos: las crisis climáticas con visos apocalípticos en algunos años más; las acumulaciones de riquezas generadoras de masivas pobrezas y miserias; las robotizaciones desplazando el trabajo humano; la vida humana como "sociedad líquida" enajenada por sus logros y sus conciencias eclipsadas; capitales financieros en constantes pugnas competitivas; "un desarrollo con una confusión de fines". Y, las sequías de justicia inflamantes.

"El problema moral es la indiferencia del ser humano consigo mismo". E. Fromm. Las personas son para ser amadas, las cosas para ser usadas ¡pero invertimos nuestro amor! La sabiduría griega con su mitología del Rey Midas: su ambición de convertir en oro todo lo que tocase. Su pétrea exhortación "Conócete a ti mismo", lo leo como denuncia pues escudriñamos el mundo físico hasta las estrellas, y a su vez nos retratamos que ¿"el hombre es lobo para el hombre"? Proyectarnos fuera del núcleo de la conciencia es la deshumanización andante.

Aquel llamado Papal podríamos acogerlo con las sabidurías ancestrales pues los llamados a robotizarnos, "modernizarnos" no serían ¿espejismos de felicidad? Ciertamente que las aplicaciones tecnológicas nos han "acomodado la vida", en salud la muerte se verá más lejana…

En el túnel que nos encontramos un chamán Chumalú nos ubica: "Somos peces de mares profundos, si salimos reventamos", "cuando somos más grandes que lo que hacemos nada nos desequilibraría, al revés nuestro desequilibrio está garantizado".

Reconstruirnos obliga reconocer que las estructuras piramidales de gobernanzas deben invertirse, horizontalizarse, hechos de la causa: un mundo interconectado, las marginaciones sociales ya irrumpen las puertas por doquier. El valor supremo, el Bien Común gestado en las responsabilidades de derechos y deberes simultáneos. La economía en función a forjar la fraternidad humana (1° Art, de los derechos humanos"), control absoluto a los brotes monopolizadores, desde lo competitivo a lo colaborativo. Los recursos naturales son patrimoniales. Una ética de filiación con la madre tierra.

La educación en todos sus niveles asumiendo los pilares de la UNESCO: aprender a ser, aprender hacer, aprender a pensar, aprender a convivir. La educación sea formar la familia humana.

Lo que hemos tejido como sociedad ha caducado, nos corresponde un nuevo tejido social para hoy y mañana, ¿utopía? Existen países más equitativos, en algunos de ellos sus cárceles están casi vacías.

Darle una mano a Antofagasta

La delincuencia ha empañado de manera injusta la legítima demanda por un Chile más justo. La destrucción ha afectado a las Pymes que hoy claman por auxilio. Es altamente valorable que ciudadanos como el padre Felipe Berríos, el empresario Iván Simunovic y el dirigente Antonio Sánchez, con el apoyo de empresas, levanten esta campaña.
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No nos engañemos. Vienen días difíciles para Antofagasta, considerando el nivel de daño y destrucción existente, especialmente en el sector comercio, que ha sido el más perjudicado por la crisis social que afecta al país hace ya más de un mes.

Esta actividad, distribuida fundamentalmente entre pequeñas y medianas empresas nacidas en la zona y otras más grandes, involucra servicios de todo tipo y genera en la región unos 30 mil empleos, todos los cuales habitan nuestras ciudades. Esas personas -hombres y mujeres- mantienen familias, educan hijos, viven gracias a esos puestos de trabajo.

Lo complejo es que es el rubro más dañado con la impensada destrucción. A la fecha son poco más de 50 los locales saqueados solo en la capital regional y centenas las vandalizadas con intentos de robo, de incendio y rayados, entre otros hechos delincuenciales e incivilidades.

Y ante eso no se puede quedar impávido, porque debe enfatizarse que es una minoría la que quiere ver en el piso lo que ha costado generaciones levantar. La mayoría de los antofagastinos -los mismos que sienten que las demandas originales del movimiento son legítimas- no están de acuerdo con este daño enorme a los propios antofagastinos.

Ese es el espíritu de este encuentro entre la Cámara de Comercio de Antofagasta, encabezada por Antonio Sánchez; el empresario Iván Simunovic; el padre Felipe Berríos y Diario El Mercurio de Antofagasta: primero decir, estamos preocupados por lo ocurrido y luego intentar brindar una mano a quienes lo están pasando mal.

A esta tarea se sumaron rápidamente las empresas de Puerto Angamos y Antofagasta Minerals y luego vendrán otras, que entenderán que el ser solidario es una necesidad en estos momentos en que los chilenos reclaman por dignidad.

El asunto inmediato es recuperar la seguridad de las calles -lo que no colisiona con la demanda por el "fin de los abusos"-, pero hay algo más de fondo. Antofagasta y el país necesitan percibir que hay propósitos en la sociedad; de que podemos volver a confiar en el otro. De eso también se trata esta campaña.

Un nuevo pacto y las políticas públicas

"En adelante, las respuestas públicas deberán incorporar la participación ciudadana como eje de preocupación". Cristian Rodríguez, Director IPP-UCN
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En poco más de un mes, la robusta fisonomía de las columnas que durante casi cuatro décadas sostuvieron el modelo de estabilidad y crecimiento comenzaron a derrumbarse frente a una masiva impugnación social. En cambio, lo que viene gestará un nuevo pacto político, social y económico, que esperamos permita resolver la crisis presente e impulsar una nueva trayectoria de desarrollo y democracia por las próximas décadas. Sin embargo, la incorporación de las políticas públicas en este nuevo contexto, implica un cambio, una reforma sustantiva en la concepción tradicional de políticas públicas que acompañaron al modelo vigente en las últimas décadas.

En primer lugar, un nuevo pacto impone ampliar el arco de los temas de interés que se consideraba eran una problemática pública, y que hasta el presente no encontraban un espacio formal en el interés de la sociedad chilena y regional. Un ejemplo será la incorporación y ampliación de los derechos relacionados con las minorías, el género, los pueblos indígenas, los adultos mayores, los derechos ambientales, los recursos naturales o los derechos territoriales, entre otros, los cuales emergerán con mayor fuerza que en el pasado, demandando una renovada atención de parte de los gobiernos y los recursos estatales.

En segundo lugar, una nueva concepción de política pública implica desplazar la concepción de la génesis de éstas como el oficio de unos pocos localizados en la cima del aparato público, ya sea en la figura de expertos, burócratas de escritorio o políticos a un enfoque diametralmente diferente, que deberá priorizar las preocupaciones ciudadanas por sobre la influencia de pequeños grupos de interés. Lo que se señala, pareciera no ser novedad; sin embargo, en nuestro país las génesis tradicionales de las políticas han sido de arriba-bajo, las problemáticas que se abordan han estado distantes de los ciudadanos y del territorio en que se implementan. En adelante, las respuestas públicas deberán incorporar la participación ciudadana como eje de preocupación, lo cual es un tremendo desafío, que requiere aumentar la calidad y profundidad de aquellos canales, como la cuenta pública de los agentes públicos, la participación vinculante, los canales de información y transparencia frente a los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones.

Finalmente, la ampliación de derechos, no significa que las políticas en adelante perderán rigurosidad o eficiencia, sino que, por el contrario, deberán incorporar una preocupación robusta por la economía, el crecimiento, la productividad, la diversificación y la competitividad territorial. Sin embargo, aquella preocupación debiera estar incorporada en un marco y un enfoque diferente; hasta ahora, la economía y sus actividades más relevantes, han sido una variable estructural cuyo comportamiento y autonomía han estado de diferente manera distantes de las regiones o los territorios donde realizan sus operaciones. En adelante, las políticas públicas deberán hacerse cargo de tender puentes entre la economía y la sociedad regional, o sea dar un sentido democrático y de desarrollo inclusivo al crecimiento económico.