Antofagasta, jueves 21 de noviembre, calle Baquedano entre Matta y Condell, 19.25 horas. Un grupo de personas de pie en medio de la calzada mira en dirección al mar, donde se enfrentan encapuchados y carabineros.
En ese instante, un vehículo baja aceleradamente y arremete contra la multitud de manifestantes y después directamente contra un grupo de encapuchados, dando la vuelta por calle Latorre y desapareciendo en dirección sur.
A la misma hora, centenares de personas atacan con piedras y bombas molotov el cuartel de la Subcomisaría Norte de Carabineros en el sector Bonilla, mientras en el centro, al menos seis locales comerciales comienzan a ser saqueados por turbas de delincuentes.
Estos actos, resumen bien los niveles de violencia que ha alcanzado Antofagasta algunas jornadas de los últimos 37 días, convirtiéndola en una de las ciudades más complejas en materia de orden público, junto a Santiago, Concepción y Valparaíso.
Ataques
Desde el estallido de las protestas a nivel nacional el 18 de octubre, la otrora "Antofagasta dormida" ha vivido episodios críticos los días 19, 20, 22, 26 y 28 de octubre y el 5, 12 y 21 de noviembre.
No obstante fueron estas dos últimas jornadas las más intensas. Saqueos, incendios intencionales en edificios públicos y privados, barricadas, largos enfrentamientos con carabineros, además del atropello masivo ocurrido en el centro, marcaron aquellos días.
Lo cierto es que antes del 18 de octubre habían sido pocos los incidentes donde fuerza pública había enfrentado a manifestantes. De hecho, la última vez que se usaron gases lacrimógenos y el carro lanzaagua, fue en junio del 2015 para disuadir a hinchas que causaban desórdenes en Plaza Colón en medio de las celebraciones del título de la selección chilena en la Copa América.
¿Qué explica que la ciudad de Antofagasta hoy sea uno de los puntos de mayor conflictividad en materia de orden público? las respuestas son varias e incluyen diversos factores.
Sociólogo
El sociólogo César Trabucco atribuye el fenómeno a los niveles de desigualdad que existen la ciudad, los cuales son mayores a los de otras ciudades del país.
"Si bien nosotros tenemos un promedio de ingresos que es el más alto, la distribución de ese ingreso es muy desigual. Además tenemos marginalidad en una cantidad importante de personas. Eso lo demuestra de alguna manera la cantidad de campamentos que siempre están surgiendo", argumentó.
Para el sociólogo y académico de la Universidad de Antofagasta, Alberto Torres, este nivel de violencia se da también en otras comunas, donde comienza a prevalecer la idea de que cada quien debe proteger sus posesiones.
"Esta es una característica común a muchas ciudades del país. Vivimos en la incertidumbre, invadidos por la angustia. Nuestras calles son un campo de batalla y nuestra salud mental se ve afectada. Los ciudadanos están próximos a aplicar la Ley del Talión: 'ojo por ojo y diente por diente', lo cual es peligroso y dañino para nuestra convivencia cívica", dijo.
Torres agrega que la ausencia de la autoridad en las jornadas de actos vandálicos, azuza el nivel de la violencia, puesto que desaparece el ente garantizador del orden público.
"Pareciera que las señales políticas son incompletas y corremos un serio riesgo de prevalencia de extremos ideológicos a nivel político al momento de interpretar el sentir ciudadano", afirmó.
El exprefecto de Carabineros de Antofagasta, coronel (r) Rodrigo Alegría, explica que nunca antes vio situaciones de esta magnitud, e identifica en esto el poco compromiso de algunas personas con la comuna.
"Antofagasta siempre se ha manifestado de forma tranquila y pacífica. Pero no olvidemos que la ciudad atrajo muchas personas que no son oriundas, y asociado a que tenemos una mayor población, parte de ella ha ido perdiendo valores que son inculcados en la familia, porque la familia hoy también está en un estado de crisis. Así podemos vislumbrar que muchos jóvenes no están en un ambiente familiar bien constituido. Entonces buscan la legitimidad de sus actos a través del anonimato".
Otro aspecto que podría influir en el escenario actual es la desigual inversión en infraestructura pública.
Hay que recordar que la mayor cantidad de espacios se concentra en los sectores centro y centro-sur, en detrimento de quienes viven en el sector norte, y sobre la línea del tren.
Afectados
El director del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte, Cristian Rodríguez, condenó los actos de violencia registrados en la ciudad, asegurando que la destrucción solo perjudica a las personas más necesitadas.
"Ahora, por qué ocurre así en Antofagasta. Bueno, creo que hace tiempo veníamos registrando desigualdades muy extremas en Antofagasta, con sectores muy carenciados en materia de infraestructura y con diferencias y desigualdades territoriales muy fuertes. Lo que pasa es que las desigualdades polarizan las sociedades, y generan el debilitamiento del colectivo y la solidaridad. Desintegra los grupos sociales, entonces tenemos una ciudad con una sociedad muy desintegrada y eso, según la literatura, genera mucha violencia e inestabilidad", manifestó.
2 jornadas de extrema violencia ha tenido hasta ahora Antofagasta en medio de las manifestaciones, los días 12 y 21 de noviembre, donde se saqueó y se quemaron edificios.
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