Efectos sobre el comercio local
Hay dos cosas que deben separarse: Los cambios que Chile requiere, no tienen que ir acompañados de violencia. Hay que aislar a quienes solo cometen delitos. Es indispensable apoyar la labor de Carabineros, que está sometido a un gigantesco estrés. Si hay personal que sobrepasó sus funciones, se debe sancionar, pero no se puede acusar a toda la institución.
No caben dudas de que el sector más afectado por la delincuencia de los últimos días es el comercio, especialmente el alojado en el centro de la capital regional. Es en esa zona donde se ha desarrollado el grueso de los problemas más graves.
Ya lo sabemos: incendios, saqueos, destrucción de propiedad pública y privada y un daño enorme a los negocios que han funcionado a medias por más de un mes.
Decir que esto tendrá efectos en el empleo es de una obviedad y dramatismo inmenso y aquello solo complicará más las cosas.
Peor incluso, pues el casco central ya estaba muy deteriorado debido al franco deterioro sufrido en los últimos años, por la inseguridad y la instalación de negocios vinculados al juego ilegal y la venta de alcohol.
Punto aparte ha sido la imposibilidad de Carabineros por resguardar el orden. La institución se ha visto sobrepasada por la cantidad de desmanes ocurridos y encima por un hostigamiento y ataque mediático excesivo, tan insólito como inaceptable.
Es cierto que si hay efectivos que han cometido excesos, deben ser sancionados, pero de allí que exista impunidad para enlodar a todo el cuerpo policial, hay una enorme distancia. Si Carabineros -que no es ningún enemigo- no cuenta con las herramientas para imponer el orden y está en desventaja, la inseguridad seguirá presente en toda la ciudad.
Y ya estamos observando que muchos comerciantes están dispuestos a medidas más radicales y peligrosas, lo que abre un escenario potencial aún más peligroso. Se entiende que para muchos locatarios un saqueo o destrucción de su local es el derrumbe de su único sustento y por tanto, están dispuestos a cualquier cosa con el fin de defender lo que tienen.
Es eso lo que les permite tener una casa, pagar cuentas, comer, pagar los estudios de sus hijos y contratar a otras personas que hacen lo mismo.
Hoy son miles los empleos, las familias que están en riesgo. Dejemos la violencia de lado, aislemos a quienes solo quieren destruir y robar, apoyemos a Carabineros en el orden público. Los cambios que el país debate no necesitan la violencia.