Redacción
El picor en la garganta y los ojos, los estornudos, las nauseas y el dolor de cabeza, son algunos de los síntomas que sienten día a día quienes trabajan o transitan por las calles del centro de Antofagasta. La explicación es evidente: las lacrimógenas que Carabineros ha lanzado casi diariamente desde que empezaron las protestas en Antofagasta, el 19 de octubre.
Y aunque no hay cifras oficiales respecto a atenciones médicas producto de los malestares generados por las lacrimógenas, el médico broncopulmonar Antonio Cárdenas, explica que ha tenido que dar licencias médicas para que niños que sufren de asma y cuyos colegios se encuentran en zonas donde se están lanzando lacrimógenas persistentemente, puedan cerrar desde ya su año escolar.
"Es un tema serio, especialmente para los niños que sufren alguna enfermedad respiratoria, como asma bronquial. Estos compuestos químicos han generado crisis asmáticas, crisis obstructivas... para un lactante esto es más complejo aún", explicó Cárdenas.
El especialista sostuvo que es difícil dar recomendaciones para aminorar el efecto de las lacrimógenas. "Si hay jardines infantiles en el centro, no sería bueno que los niños vayan, aunque estén con mascarillas van a sentir igual".
Por lo anterior, Cárdenas sostiene que no es recomendable que los niños de prebásica y básica asistan a clases en zonas expuestas al olor a lacrimógena. "He emitido algunos certificados para que niños de esa edad que tienen asma, terminen el año escolar".
Riesgos
Por su parte, Francisco Sepúlveda, médico y voluntario en el Comité de Resguardo y Emergencia, lugar al que han llegado personas afectadas por las lacrimógenas, comentó que "lo recomendable es evitar la exposición a este gas, como el hecho de evitar ir o trabajar en el centro de la ciudad".
El médico broncopulmonar y académico de la Universidad de Antofagasta, Eduardo Vergara, explicó que el polvo de la lacrimógena queda impregnado en el suelo y las paredes de los edificios, lo que ha generado que siga afectando a las personas durante el día. "Si las personas trabajan en los lugares y están más expuestos a esta contaminación, obviamente tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias", explicó Vergara.
Falta de Estudios
Uno de los principales cuestionamientos al uso de lacrimógenas, es que no hay estudios profundos respecto a sus efectos a mediano o largo plazo en la población que ha estado expuesta por largos periodos de tiempo.
Una nota de la BBC, que cita a su vez un estudio realizado por el experto Craig Rothenberg publicado en 2016 en la revista Annals of the New York Academy of Sciences, explica que "una gran exposición al gas lacrimógeno, por concentración o cercanía, puede causar vómitos, diarrea, y según el estudio de Rothenberg, quemaduras en la piel y daños oculares graves, como edema estromal de la córnea o un desgarro conjuntival, entre otros males".