#Basta
"Creo firmemente que justificar de cualquier forma la violencia, incita a ella, pues nada puede avalar este tipo de actos". José Miguel Castro, Diputado de la República
A más de 20 días del inicio de las manifestaciones en nuestro país, de lo que empezó como una aparente protesta por el descontento que generó el alza en los pasajes del metro de Santiago, se transformó en una de las mayores crisis sociales que ha vivido nuestro país. Crisis que afectó a todo Chile, incluida nuestra región.
Ya no sólo era una expresión de descontento por el alza en las tarifas, sino más bien una seguidilla de manifestaciones, algunas pacíficas y otras que se desmarcan de la causa original que es sin duda un petitorio válido, mejoras en post de una mayor igualdad. Así, surgen jóvenes violentistas, personas ajenas y sin interés en el movimiento social, lumpen, delincuentes que utilizan esta válida y legítima pretensión para encubrir actos delictuales, vandálicos y cometidos sin ninguna otra finalidad más que generar daños tanto en la propiedad pública como en la privada, además de causar miedo a la población, afectando la vida del resto de las personas y vulnerando sus derechos esenciales.
La realidad de la que hemos sido testigos y que hoy tiene al país sumergido en una profunda crisis social, institucional y de seguridad, ha causado daños y destrucción que en nuestra región se encuentran por sobre los 2.300 millones de pesos.
Creo firmemente que justificar de cualquier forma la violencia, incita a ella, pues nada puede avalar este tipo de actos, que por lo demás, hoy nos tienen con un país dañado que debe ser reparado y reconstruido no sólo en lo material, sino también en el más profundo sentir de los chilenos y chilenas. A mi entender dicha reparación y reconstrucción debe encausarse bajo tres grandes ejes; el primero es restablecer el orden público y para eso hemos presentado una batería de proyectos con este fin, segundo, una agenda social que, para dotarla de la debida contundencia, debe ser trabajada en conjunto sin colores políticos y tercero, escuchar con humildad a la ciudadanía para poder restablecer los diálogos y poner sobre la mesa los temas que no pueden seguir esperando.
Por lo tanto, basta con los saqueos, basta con la destrucción, basta de los rostros de TV agitadores e inquisidores y principalmente basta de la indiferencia, basta de los políticos que no condenan expresamente la violencia, porque todos tenemos derechos humanos y deben ser siempre respetados tanto de civiles como de uniformados.
Comparto que necesitamos mejores pensiones, aumentar el sueldo mínimo, que el sueldo que recibimos los políticos sea menor, menor número de parlamentarios para disminuir el gasto público. También necesitamos que nuestros adultos mayores tengan una mejor calidad de vida, que los medicamentos tengan un precio tope, porque la salud no puede ser un negocio, necesitamos salud digna, mejores atenciones, más profesionales entre otros.
Espero que lo que hoy está pasando en el país, quede en la historia, pero no como la época recordada por los saqueos, sino como la época en que nosotros, los políticos y el Gobierno junto a la ciudadanía logramos hacer cambios de fondo.